Grace Jones es una de las grandes atracciones de Bilbao BBK Live. Actuará el viernes 12 de julio como cabeza de cartel, un día después de Massive Attack, Air, The Prodigy y Los Planetas; y un día antes de que lo hagan Arcade Fire, Jungle, Slowdive o Floating Points. Con motivo de esta imprescindible cita, dedicamos el nuevo capítulo del podcast REVELACIÓN O TIMO a analizar su carrera.
16 años después de su último disco, el notable ‘Hurricane’, que a su vez salió 19 años después que el anterior, no hemos querido hacer tanto un repaso de su discografía como un homenaje a su figura en general. Nacida en Jamaica, pero muy popular en el Nueva York de Studio 54 durante los años 70, Grace Jones fue en principio una modelo metida a actriz y sobre todo cantante, con unos primeros tres álbumes enmarcados en la música disco, con los que no terminaría de sentirse reflejada.
Es en la grabación paralela del cuarto y el quinto, ‘Warm Leatherette’ (1980) y ‘Nightclubbing’ (1981), cuando hay un enorme salto creativo, bajo la dirección artística de Chris Blackwell de Islad Records y con las portadas hipnotizantes del que sería su pareja, Jean-Paul Goude. Especialmente ‘Nightclubbing’ será un trabajo innovador -tanto para el mainstream, como para el underground- que ha marcado de manera muy evidente las carreras de Rihanna, Beyoncé, FKA twigs, Massive Attack, Lady Gaga o Róisín Murphy.
Lo cual no quiere decir que siempre tuviera buenas palabras para su línea de sucesoras. Conocidas son sus declaraciones en sus memorias de 2015, en las que cargaba contra las estrellas de la industria actual por imitarse unas a otras y por su falta de interés en ser verdaderas «outsiders». Aunque no tanto como sus numeritos en televisión, como aquel en el que atacó unas plantas en Chile o golpeó a un presentador porque le estaba dando la espalda.
Reflexionamos sobre el cambio de los tiempos y las maneras de valorar estos comportamientos, también con la llegada de las redes sociales, y hablamos sobre sus últimos pasos, como ese disco con Blood Orange que jamás quiso llegar. La artista sí ha colaborado de manera aislada con Beyoncé o Gorillaz.