SVSTO desafía al patriarcado con ironía, voguing y protesta

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SVSTO desafía al patriarcado con ironía, voguing y protesta

Es una pena que nunca vayamos a saber qué habrían comentado Las Bistecs sobre el mundo actual. Seguro que habrían tenido mucho que decir sobre muchas cosas. Nos podemos imaginar algo escuchando a Ojete Calor o a PARQUESVR, pero Las Bistecs -Alba Rihe, Carla Parmenter y a la sombra Adrián Gil- eran diferentes.

Llegado, en 2024, el segundo disco de Alba Rihe y Adrián Gil como Venecia Flúor, ‘Libre albedrío’, la Bistec que faltaba, Carla Parmenter, ha retomado su carrera musical con el alias de SVSTO. Carla está sabiendo revivir el legado de las autoras de ‘Señoras bien’ publicando canciones que son hits absolutos. Nadie escribe las rimas que ella escribe ni lo hace con tanta gracia. Y lo mejor de la presentación de ‘CRISIS‘ en Barcelona -el pasado 25 de abril- es que ‘Mil €‘, su mayor éxito, abre el show y no se echa tanto de menos después.

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Digo «tanto» porque el show se habría beneficiado de tirar algún hit más al final, a modo de clímax. Tan verdad es que la gente se sabe (casi) de memoria las geniales letras de ‘En la pista‘ -un pedazo de banger- o ‘Venganzza’, como que las mejores pistas de ‘CRISIS’ se suceden casi todas al principio. O quizá le pedimos demasiados hits a Carla Parmenter, demasiado pronto. Como si fuera una de esas fábricas que decoran el paisaje del Vallès Oriental, su lugar de nacimiento y fuente de inspiración. Están muy presentes en pantallas y por supuesto en las bases industriales de Alejandro da Rocha, su productor.

Las letras de SVSTO hablan por sí mismas, son desafiantes y provocadoras, también inteligentes y absurdas por igual (el absurdo no es sinónimo de bobo, sino todo lo contrario). En directo, el desafío a la derecha de ‘Mil €’ se convierte en un grito de guerra. Sobre el escenario, SVSTO interpreta sus letras con la actitud que exigen, convertida en una especie de diva proletaria, vestida con chándal, cadenas y tacones, y acompañada de sus bailarinas, que la sostienen como nos sostienen nuestras amigas en la vida real. Antes de ‘Venganzza’, su ácido dardo a los machirulos, pregunta si hay heteros en la sala. Es una amenaza. Los hay, claro.

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Carles Rodríguez y Curtcircuit

El show de SVSTO es mejor cuando tira de humor o de performance, como en ‘Cemento’, que Carla presenta inmersa en el infierno de la contaminación acústica, gritando al micrófono, tapándose un oído con el dedo, como si estuviera en medio de una obra, ahogada por el estruendo de los taladros. Esta escena parece salida de un skit cómico de TVE y funciona. Y es peor cuando las canciones bajan el nivel aunque busquen la pista de baile, como el respiro de ‘Pantalla’ -que SVSTO interpreta rodeada de bailarinas que la enfocan con la linterna del móvil- o la bailable ‘Techno castanyera’.

El nudo de la fiesta se desvía hacia la performance, con resultados desiguales. Una pasarela de voguing siempre es bienvenida, las bailarinas de confianza de SVSTO dan un buen show, pero el desfile es imposible de ver a menos te sitúes en primera fila. SVSTO cede también unos (largos) minutos a la protesta, convirtiéndose en una manifestación por los derechos de las personas LGBT («PROTECT LES DOLLS» dice la pancarta de SVSTO) o en contra de las políticas neoliberales de Jaume Collboni, alcalde de Barcelona. Una reivindicación muy necesaria pero que se extiende demasiado, mientras suena un remix interminable de ‘En la pista’.

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Esta vez sola, sin su antigua mitad «Bistec», SVSTO comanda el escenario de la Sala Apolo y demuestra que la ‘CRISIS’ puede ser divertida si se afronta con resistencia y humor. Ella dispara al patriarcado, homenajea los paisajes asfaltados que la rodean y reivindica la noche como ese lugar que nos permite liberarnos y ser quienes somos. E incorporando una manifestación dentro de su propio show, dirige la atención hacia los problemas reales de los que habla en sus letras. Ella ya avisaba: “Mi música no está hecha para evadirse sino para bailar enfadada”. Pues eso.

Carles Rodríguez y Curtcircuit

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