Pet Shop Boys, reyes de la jornada queer de Kalorama (con sustito incluido)

-

- Publicidad -

Pet Shop Boys, reyes de la jornada queer de Kalorama (con sustito incluido)

Ya es verano. El día más largo del año coincidió con la jornada más queer, multitudinaria y divertida de Kalorama Madrid. También tenía que ser el día en el que casi se repite la cancelación por temporal del año pasado, con rayos y todo. Por suerte, quedó en sustito. La mayor afluencia de personas fue evidente desde el momento en el que había que hacer cola para rellenar tu vaso antes de volver a la programación, centrada casi completamente en dejarse los pies en la pista de baile.

Los neoyorquinos Model/Actriz fueron el sorpresón absoluto. Me habían recomendado ir a este concierto sin saber nada y así hice. Lo que me encontré fue una loquísima mezcla de tecno, rock industrial, post punk y metal en la que de alguna manera también había sitio para el vogue. Todo en uno. ‘Common People’ sonó antes del show y la música realmente parecía algo que hubiese hecho Pulp si se hubiesen adentrado todavía más en las partes más oscuras de su discografía. El propio vocalista, Cole Haden, podría ser la versión malvada de Jarvis Cocker. O de Benson Boone, si tenemos en cuenta el bigote. Su actitud es desmedida desde que sale al escenario con un cigarro en la mano para llenarse los morros de pintalabios. Como reza la canción, Haden es toda una ‘Diva’, pero del infierno. Perdí la cuenta de todas las veces que bajó a bailar con el público, pero no fueron suficientes. Este forma parte de una banda de cuatro personas que en realidad suena como un ejército. Las texturas que consiguen tan solo con batería, guitarra y bajo, y creo que sin grabaciones de ningún tipo, dieron el toque artesano a un show redondo.

- Publicidad -
Sergio Albert

María Arnal presentó su nuevo espectáculo y el que será su primer disco en solitario, ‘AMA’, en el show más tranquilito de la jornada, pero también en el más bonito. Las nuevas canciones de la artista catalana son presentadas en un contexto limpio y minimalista en el que el elenco de bailarinas, la percusión y la propia María conforman los únicos elementos del escenario. La otra gran pieza, por supuesto, es la angelical voz de la cantante, que da gusto escuchar. Esta comienza el set tirando por la experimentación, siempre en un marco de pop, con canciones como ‘ESPEJO’, inspirada en ‘I’ll Be Your Mirror’ de The Velvet Underground, o ‘PELLIZCO’, de corte más tradicional. Las voces pregrabadas desaparecen en las secciones más íntimas, con ‘QUE ME QUITEN’ o ‘XIQUETA MEUA’. Es justo en este momento en el que empezamos a notar unas gotitas caer del cielo y nos damos cuenta de que ya hay un arcoíris al otro lado de las vías del tren. Nada serio, pero no tardaría en ponerse fea la cosa.

Arnal recordó en su concierto que el solsticio de verano se trataba de un “día mágico”: “Para dejar ciclos atrás y empezar otros”. Seguro que la organización del Kalorama creía que había dejado atrás el diluvio que obligó a cancelar una jornada el año pasado. Lo que seguro no vieron venir es que volvería, pero en forma de tormenta eléctrica y vientos huracanados. Mientras la rave new wave de Boy Harsher continuaba con normalidad, de repente los carteles de los puestos de comida, si no se habían caído ya, estaban pendiendo de un hilo. Me rayo cuando el viento tira un salero delante de mí, que se rompe en mil pedazos. En la zona de restauración estábamos todos con las gafas de sol puestas para protegernos de la arenilla que se levantaba con cada ráfaga, mientras que los fans de la banda estadounidense estaban felices de encontrarse en el fin del mundo.

- Publicidad -

Cuando ya hay bastante gente dejando el recinto, la organización proyecta un comunicado en las pantallas mandándonos al túnel de acceso “mientras dura la tormenta”. Y a ver qué pasa. En este momento teníamos dos opciones: quedarnos en el puente mojándonos o estar apretujadísimos entre la multitud. La lluvia no paró en dar tregua y poco a poco todos los asistentes nos pusimos de acuerdo para volver al recinto. La situación era chunga, pero al menos no era una de las personas que llevaban esperando a los Pet Shop Boys desde las 9 de la mañana. Sorprendentemente, al volver también veo un grupo de 5 personas esperando la salida de Azealia Banks, a la cual le quedaban por lo menos un par de horas para actuar.

Sergio Albert

Alivio colectivo al saber que se encontraban trabajando en un regreso a la programación. Finalmente, y 50 minutos tarde de la hora establecida, Pet Shop Boys salen al escenario mientras son recibidos como los salvadores del festival. Si algo necesitábamos después del susto, era la música de los británicos. Estos regalaron un macroconcierto de una hora y media en el que repasaban los mayores éxitos de toda su carrera, pasando por varios cambios de vestuario. El público estaba totalmente a merced del dúo, que desprenden una jovialidad sorprendente. La voz de Neil Tennant, en especial, mantiene un gran nivel, evidente en canciones como ‘Opportunities’ o ‘Suburbia’.

- Publicidad -

El repertorio de hits de PSB es apabullante y constante durante todo el recital. El medley de ‘Where The Streets Have No Name’ y ‘Can’t Take My Eyes Off You’, ‘Rent’, ‘So Hard’ y ‘Left To My Own Devices’ brillan en la primera parte del set. Esta última llega justo después de que unos “obreros” muevan las icónicas farolas, marca de la casa, para poder revelar toda la banda que se encontraba oculta detrás. No voy a ser yo el que haga un chiste con ir abrazando farolas. La solitaria interpretación de ‘Love Comes Quickly’, aderezada con unas preciosas visuales que recordaban a una aurora boreal, fue un momento de descanso antes de los mayores bangers del grupo. ‘Always On My Mind’ y ‘It’s A Sin’ son los mayores karaokes de esta segunda parte antes del fuerte emocional del set.

La introducción de ‘West End Girls’, sobria y escalonada, es tan potente como la propia canción. Esta da la bienvenida al tramo final del show, llevado completamente con una paleta de colores apagados y con las pantallas ajustadas completamente a blanco y negro. Es en esta sección en la que PSB abordan la nostalgia de la juventud directamente, terminando con una emocionante ‘Being Boring’, en la que presumen de no haber malgastado el tiempo con una seriedad excesiva. Las lágrimas furtivas de Tennant despiden el concierto, no sin antes recibir una merecida ovación.

Ana Beltrán

Después de PSB, lo más aleatorio que podía suceder era un concierto de Azealia Banks. Justamente, se cumplían 12 años desde el último concierto de la estaodunidense en Madrid, en junio de 2012. La desvergonzada artista tenía previsto un show en 2017 en el Ochoymedio, pero tuvo que cancelar por motivos de salud y nunca se llegó a realizar. Dicho claramente, el concierto de Banks fue el más cutre de todo el festival, limitándose a un micrófono y a un DJ que iba poniendo las pistas. Sin embargo, también fue divertido. Desde luego, todas las presentes se volvieron locas en cuanto apareció en escena. Hablando con sus fans, y contándoles mi visión del show, me respondieron que “ella es así”.

¿Alguien se había enterado de que Azealia Banks también hace reggaetón? Así nos lo demostró, empezando con el acappella de ‘Salchichón’ antes de pinchar la base. Este fue su modus operandi durante todo el show. Es innegable el poder de bangers como ‘Luxury’, ‘212’ o ‘New Bottega’, que revolucionaron totalmente el escenario secundario del festival como no se había visto en ningún otro momento del fin de semana. La energía de Banks es totalmente caótica. No hay mejor ejemplo que el momento en el que sale brevemente del escenario y vuelve con un megáfono. 5 minutos después, el megáfono está estampado en el suelo. El retraso en la programación por la tormenta que había pasado por la Caja Mágica unas horas antes también tuvo su efecto en los shows posteriores. No sé decir si Banks quería irse antes de tiempo del escenario o si estaba confundida por el retraso (como todos). Lo que está claro es que fue una despedida un tanto fría.

Sergio Albert

Sí me quedé con ganas de ver más de las Scissor Sisters, que tuvieron que acortar su set a tan solo 8 canciones. Fue la definición de corto, pero intenso. La casualidad dictó que, igual que Banks, se trataba de la primera vez del grupo en Madrid en 12 años. Puede que de ahí la hiperactividad de Jake Shears, que no paró de correr por el escenario durante ‘Laura’ y ‘Take Your Mama’. A la vez, dos grandísimos temas para comenzar un concierto lleno de complicidad, tanto con el público como entre los integrantes del grupo. Para prueba la divertidísima interpretación de ‘Let’s Have A Kiki’, a la que tampoco le faltó su momento de vogue.

Confesaré que estaba esperando la llegada de ‘I Don’t Feel Like Dancin’ como agua de mayo, pero el resto de temas no tienen tanto que envidiarle. Fue sorprendente la inclusión de ‘Fire With Fire’, elegida concretamente para tocarla en España: “Nunca pensé que volvería a cantar esta canción, pero fue bastante bien en este país. De hecho, diría que fue el único en el que funcionó”, contaba Shears. Tiene ese espíritu eurovisivo que tanto nos gusta por aquí. El gran éxito de las Scissor Sisters despide Kalorama Madrid. Termina una edición sumamente diversa en la que todo ha funcionado a la perfección. Todo lo que estaba al alcance de la organización, claro, y no del imprevisible temporal madrileño.

Lo más visto

No te pierdas