Seguimos con nuestra sección Estética de videoclip, sacando punta y cortando en trocitos los vídeos más destacados que hemos visto estas últimas semanas.
Who Dat Boy (Tyler, The Creator)
¿”Quién es ese chico”, que manipula una bomba de relojería con un póster de Leonardo DiCaprio en ‘Romeo y Julieta’ pegado a la pared? Esta fricción entre elementos con significados aparentemente antagónicos solo puede terminar de una manera: estallando, explotándole a “ese chico” en toda la cara. Tyler, the Creator mezcla en su nuevo vídeo (lo ha dirigido él mismo bajo el seudónimo de Wolf Haley) el clásico tema del transplante de rostro (‘Los ojos sin rostro’, ‘Cara a cara’, ‘La piel que habito’) con las metáforas visuales y el discurso racial de la reciente ‘Déjame salir’. Para evitar que le atrape la policía, el cirujano A$AP Rocky le cambia a Tyler su (sospechosa) cara negra por una (inofensiva) cara blanca. El resultado de esta operación de camuflaje estético es otra bomba de relojería, en este caso cómica: Tyler aparece con unos rasgos muy parecidos a los de Action Bronson, un rapero que, no por casualidad, es musulmán. El vídeo termina estallando por tercera vez, pero en esta ocasión de forma inesperada: con un fragmento de la canción ‘911 / Mr. Lonely’.
Tommy Can’t Sleep (Die Antwoord)
En 2014, Die Antwoord estrenaron ‘Ugly Boy’, un vídeo con muchos cameos en el que aparecía Marilyn Manson. Más allá del colegueo, su aparición se podía ver también como una declaración de intenciones. Desde sus comienzos, Die Antwoord ha explotado en sus vídeos la estética macabra y sórdida que en su día hizo célebre al autor de ‘Antichrist Superstar’. Además, en aquel clip también aparecían dos elementos que se repiten en este nuevo trabajo: los dibujos de pollas de baño público y el actor Jack Black. ‘Tommy Can’t Sleep’ es el segundo cortometraje impulsado por el dúo sudafricano. La diferencia con el anterior, ‘Umshini Wam’ (realizado por Harmony Korine), es que este lo ha dirigido la propia Yo-Landi Visser. El corto, protagonizado por 16 Jones, la hija del dúo, ilustra una pesadilla infantil. Tommy no puede dormir porque ve ratas. Y sus padres –esta es la auténtica pesadilla- le reprenden y no hacen nada para calmarle. La película mezcla los habituales referentes asociados a este tipo de propuestas siniestras, del expresionismo alemán a David Lynch, pero cosidos con la aguja infectada en oscuridad y abyección del fotógrafo Roger Ballen. Una especie de versión perversa de Alicia, donde el niño entra por una ratonera y lo que se encuentra dentro es la visión de un futuro muy poco maravilloso. “Sweet Dreams”, que susurraría Manson.
Signs Of Life (Arcade Fire)
En la década de los sesenta, a partir del exitazo de ‘Operación Trueno’ (1965), se produjo una avalancha de imitadores de las películas de James Bond. Aparecieron agentes como para llenar un listín telefónico: 001, 003, 070, 077, 777… y hasta algunos con nombres tan farragosos y poco comerciales como agente A.D.3, 0S1 o X 1-7. El nuevo vídeo de Arcade Fire rinde homenaje al pastiche bondiano en su vertiente más pulp. ‘Signs Of Life’ es como si lo hubiera dirigido el Jesús Franco de ‘El caso de las dos bellezas’ (1968) o ‘Bésame, monstruo’ (1969); un delirio popero, con mucho zoom y montaje sincopado, protagonizado por dos “agentes especiales enamorados”. Mientras la glamurosa pareja disfruta de “un agradable día de actividades culturales”, una señal aparece en el cielo. A partir de esa misteriosa visión, se pone en marcha la investigación. Diecisiete fragmentos de pesquisas detectivescas en las que, entre piquito y sorbito de vino, se mezclan las conspiraciones ufológicas con la santería afrocaribeña. Al final, en el único plano sostenido, vemos a la protagonista con un gallo en los brazos y un proverbio haitiano: “Byen pre pa lakay”, algo así como “estar cerca de casa no es lo mismo que estar en ella”.
Fool’s Errand (Fleet Foxes)
Las personalísimas coreografías de Ryan Heffington han creado escuela. El autor de los célebres bailes de los vídeos ‘Chandelier’ y ‘Elastic Heart’, y de los controvertidos “cinco movimientos” de la serie ‘The OA’, parece haber inspirado las singulares coreografías del nuevo vídeo de Fleet Foxes. Dirigido como es habitual por Sean Pecknold, el hermano del vocalista (quien tiene también una notable carrera como director de animación stop-motion), ‘Fool’s Errand’ muestra a la bailarina Jade Lorna Sullivan ataviada como una sacerdotisa y realizando unos movimientos rituales con tal vehemencia que podría abrir el mar en dos como Moisés. Sus arrebatados gestos tienen su contrapunto en las ligeras danzas (algunas de inspiración balinesa) que realizan las demás bailarinas dispuestas ¿simbólicamente? en cuatro grupos de tres. Rodada en 35 mm, la película destaca por su exuberante visión de la naturaleza -que lo pone en relación con la foto que ilustra la portada del disco: ‘Eroded Sea Cliff at Tōjinbōobra’, de Hiroshi Hamaya- y por el misterio de raíz animista que impregna sus imágenes.
Man Of War (Radiohead)
Colin Read, también conocido como Mandible Claw, lleva varios años dirigiendo algunos de los vídeos de skate más sorprendentes de la actualidad. Piezas célebres como ‘Solos’ o el largometraje ‘Spirit Quest’ donde el realizador experimenta constantemente con la edición de las imágenes y cosquillea nuestra percepción visual. En este último título aparecía un corte de montaje en el que se pasaba del día a la noche en mitad de un salto y sin apenas rácord. En ‘Man of War’, el director utiliza este mismo ollie visual como forma de articular un desasosegante relato sobre la angustia y la paranoia del hombre contemporáneo. Por medio de un virtuoso uso del montaje, con los cortes perfectamente sincronizados, Read consigue un efecto, un imposible plano-secuencia, lleno de riqueza metafórica. Día y noche, realidad y fantasía (paranoide) se superponen en este paseo/huida de un hombre por las bucólicas/amenazadoras calles de Brooklyn. Cuando el hombre ve su foto en el teléfono que ha perdido una desconocida, su cabeza estalla como cuando Bill Pullman escucha en ‘Carretera perdida’ aquello de “Dick Laurent is dead”. Las dos “realidades” empiezan a mezclarse y la locura ya no te persigue: te ha dado caza.