Tune-Yards investigan en su cuarto álbum ‘I can feel you creep into my private life’ la problemática del privilegio blanco en Estados Unidos desde un punto de vista personal, indagando en verdades sobre su propio racismo aprendido y tratando de reconciliarse con su privilegio y su pasado “colonizador” (Merill Garbus ha utilizado elementos de la música de Haití o ritmos africanos en su música).
Durante la composición del disco, Garbus atendió un curso sobre racismo en Oakland con el objetivo de “aprender sobre mi experiencia como persona blanca en el ámbito de la justicia racial”, y esa etapa ha inspirado un largo tan incómodo de escuchar como ha sido para Garbus asumir su parte de culpa en la protección de ese privilegio. El conjunto del álbum, que incorpora influencias del art punk, el lo-fi o la música dub, presenta una atmósfera gris, sucia e incómoda para hablar de temas como la vergüenza blanca (‘Look at Your Hands’), el auto-engaño (‘Honesty’) o el patriarcado (‘Hammer’), y el grupo es capaz de dar con canciones tan decididas como ‘Heart Attack’ y ‘ABC 123’, la sugerente ‘Coast to Coast’ o la pegadiza ‘Private Life’.
Aunque el objetivo de Tune-Yards con este nuevo trabajo ha sido incomodar ante todo, el ahora dúo no se quita de entregar una serie de canciones tan monótonas y desenfocadas como ‘Home’, ‘Who Are You’ o ‘Free’, de las cuales abundan en un disco en el que ni siquiera el single principal, ‘Look at Your Hands’, una aproximación bastante mediocre al sonido de los 80, destaca demasiado ni es representativo del resto del largo. En “creep”, el electro-punk con un elemento tribal de ‘Colonizer’ campa a sus anchas… o más bien divaga, porque el disco pierde el norte en torno a esa pista, hacia la mitad.
Calificación: 6,9/10
Lo mejor: ‘Heart Attack’, ‘ABC 123’, ‘Coast to Coast’, ‘Private Life’
Te gustará si te gusta: Psapp, Yeasayer, Chairlift, Django Django, Animal Collective, Dirty Projectors…
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