Inmediatamente después de que Jamie Hewlett haya contado que 2016 será un año Gorillaz, así lo ha confirmado también el hiperactivo Damon Albarn, que el año pasado debutaba en solitario con el formidable ‘Everyday Robots’ y este año editaba uno de los mejores discos de Blur, ‘The Magic Whip‘. Albarn ha concedido una entrevista a Rolling Stone en la que explica que el proceso de creación de lo nuevo de Gorillaz está siendo «realmente rápido» y que contiene «un montón de energía». «He estado atascado en el piano, en algún lugar del off Broadway, durante años. Y ahora quiero ir al lado completamente opuesto de eso». Todavía el proyecto está en sus inicios, en cualquier caso.
Sin embargo, es mucho más llamativo lo que dice sobre Blur, justo cuando suponíamos que el regreso de su grupo principal le había dado un montón de alegrías. Pero no. Su sensación es más bien agridulce y algunas de sus palabras bastante duras: «Si te digo la verdad, trato de evitar Blur como la peste. Pero algo extraño pasa en cuanto pongo un pie sobre el escenario. Simplemente me lo paso como nunca en mi vida. Y luego cuando me bajo del escenario digo: «bueno, nunca más». Es muy raro. Tiene que haber algún papelajo sobre psicología que explique esa emoción de intentar no volver a hacer algo, después hacerlo y que te encante, y una vez que lo has hecho, intentar no volver a hacerlo nunca más».
¿Por qué Damon se siente como el peor infiel al volver a la banda a la que tanto debe? En su fuero interno parece haber pasado página, a juzgar por sus siguientes palabras: «Es como que intento olvidar a veces que hice todo aquel trabajo, hace tantos años. Pero luego nos lo pasamos tan bien sobre el escenario… es un fondo muy emocional, pero también divertido, tonto y ruidoso. Es una fantástica fórmula, tener todos esos elementos chocando entre sí».