Ed Sheeran / ÷

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Ed Sheeran / ÷

ed-sheeran-divide¿Es posible que la figura de Ed Sheeran sea polémica precisamente por ser la antítesis de un artista polémico? El inglés no es el típico cantante guapo que despacha millones ni tiene un físico espectacular; no es, como canta en ‘New Man’, el que tiene unos abdominales a prueba de cervezas. Es el que en su propia firma de discos parece más el fan guardando cola que la superestrella del pop… pero es una superestrella del pop, alguien que vende más discos que otros gigantes como Bruno Mars y al que, en términos comerciales, hoy en día solo puede toserle Adele. Y todo esto con un repertorio que es en un 90% sobre el amor, y no precisamente a lo Lykke Li, ni con intrincadas metáforas, sino de forma… ñoña, para qué evitar el elefante en la habitación.

Sus letras son como son, y Sheeran puede llegar a ser muy pasteloso, en este disco encontramos ejemplos como “now I know I’ve met an angel in person / and she looks perfect”, “spending my life / falling deeper in love with you”, “I’m not scared of passing over / or the thought of growing old / because from now until I go / every night I’ll kiss you you’ll say in my ear / oh we’re in love aren’t we?”… y podríamos seguir. La pregunta es si esto es necesariamente negativo. Hemos escuchado muchas veces (incluidos los que lo hacéis porque os saltan en el modo aleatorio) eso de “te voy a escribir la canción más bonita del mundo” o “esperaba con la carita empapada a que llegaras con rosas” y podemos reconocer que esos temas tienen parte de su gracia precisamente en una letra que dispara el nivel de glucemia.

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Los defensores del pelirrojo aplauden el mérito de llegar hasta donde ha llegado teniendo esa imagen de cantautor fiel a sí mismo que no necesita ayuda ni grandes producciones más allá de su guitarra y su pedal, mientras sus detractores se quejan de que ha encontrado el tipo de canción que le funciona y que repite el patrón pasteloso en prácticamente todas ellas. Ambos tienen parte de razón. Sheeran sí tira de productores (en este disco sobresale de nuevo Benny Blanco), pero es verdad que mucho menos que otros cantantes similares, y evidentemente él (y su equipo) buscan éxito comercial, tanto repitiendo patrones como mezclándolos con el estilo de moda (‘Shape of You’), pero también se arriesga (‘Galway Girl’, abrir rapeando en ‘Eraser’), y su patrón no es solo su fórmula de llenarse los bolsillos; es, aunque la expresión suene pedante, su verdad. Su visión del amor se puede compartir o no, pero es la que es, y su “vamos a casarnos, tener hijos, envejecer juntos y vivir en la casa de la piruleta” queda más claro que nunca en un álbum que en gran parte está dedicado a su actual novia, Cherry Seaborn, y al que, si te pasó como a un amigo al que le dedicaron ‘Thinking Out Loud‘ en mitad de una calle llena de gente, deberías temerle porque deja varios sucesores.

Esta visión, cuando funciona, funciona muy bien. Ahí están las cuasi nupciales ‘Hearts Don’t Break Around Here’ o ‘How Would You Feel (Paean)’. Pero el álbum habla también de otras cosas y las intercala entre lo amoroso para no resultar pesado. Empieza, de hecho, con Sheeran rapeando -con mayor o menor fortuna- sobre su camino a la fama y lo que ha supuesto ésta para él en ‘Eraser’, donde funciona bastante bien el mensaje de auto-afirmación de “I’ll find comfort in my pain”. Sigue la ya conocida ‘Castle on the Hill‘, donde Sheeran pone toda la carne en el asador en cuanto a nostalgia y épica, dando uno de los números más destacables del disco. Y empieza el amor con ‘Dive’ (aunque no tanto en un todo me parece bonito sino desde la posición recelosa de alguien con miedo a que le rompan el corazón otra vez) y, con un punto más sexual, en ‘Shape of You‘, que funciona mejor dentro del conjunto que en solitario (aunque no es de sus composiciones más destacadas, se agradece un sonido tan distinto al del resto del álbum). ‘Perfect’, que por momentos parece una actualización de ‘The Lady in Red’, ‘Happier’ y el especial encanto de ‘Hearts Don’t Break Around Here’ y ‘Paean’ vienen a confirmarnos que estamos ante un disco de Sheeran, aunque es interesante observar un cambio de rol que se da aquí y que no es muy común: es él quien está hablando de casarse, tener hijos y envejecer con ella como máxima aspiración, es él quien está diciendo que se siente más seguro cuando está con ella, es él quien habla de sexo pero sin olvidarse del amor, es él quien espera a su princesa o, como en el vídeo de ‘Shape of You’, a su heroína que le defiende cuando le quieren partir la cara.

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En el ecuador, y, de nuevo, como contapunto entre dos baladas, encontramos una canción con referencias a Van Morrison, la cerveza Guiness o el whiskey Jameson: ‘Galway Girl’, por la que Sheeran tuvo que luchar para mantenerla en el disco y que, si la discográfica acepta lanzarla como single, podría estrellarse… pero también podría ser un pelotazo responsable de que tengamos en el próximo año decenas de temas pop con flautas irlandesas y demás toques folclóricos, porque lo cierto es que la mezcla no le queda nada mal. Menos novedosa es ‘New Man’, que por momentos parece un descarte de ‘x’, aunque tienen su gracia algunas de las formas en las que ridiculiza al nuevo novio de su ex (la referencia al blanqueamiento anal y a la discografía de Ministry seguramente dará que hablar).

Después de un tímido acercamiento a la política en ‘What Do I Know’ (con unos acordes muy parecidos a ‘Love yourself’, ¿por qué será?) y de ‘Paean’, es ‘Supermarket Flowers’ la encargada de cerrar la edición estándar del disco, un tema de minimos arreglos, escrito desde el punto de vista de su madre y dedicado a su abuela fallecida, que a más de uno le hará quitarse una pestaña que se le ha metido en el ojo. Los bonus tracks no son especialmente reseñables, aunque es interesante que ‘Save Myself’ cierre el disco conectando con la temática de autocuidado que lo abría, y habría que estar atentos a ‘Nancy Mulligan’ en caso de que ‘Galway Girl’ lo petase y quisiesen estirar el chicle, que decisiones más absurdas se han visto con un bonus track (menos hay que comentar sobre ‘Bibia Be Ye Ye’ y su ‘Spanish Lessons’ particular, ‘Barcelona’).

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En definitiva, ‘÷’ es un buen disco de pop y no deja de ser, para lo bueno y para lo malo, un disco de Ed Sheeran. La buena noticia es que a quienes les gusta su estilo tienen aquí nuevos temas que escuchar a todas horas, y también que incluso a quienes les desquicia pueden llevarse una sorpresa… lo que está claro es que aquí hay material para suponer un paso definitivo hacia el estrellato mundial, aún mayor de lo que suponía ‘x‘.

Calificación: 7,1/10
Lo mejor: ‘Castle On The Hill’, ‘Galway Girl’, ‘Hearts don’t break around here’, ‘How would you feel (Paean)’
Te gustará si te gusta: poner a tu pareja de bebé como foto de perfil… pero también si, aunque no soportas ‘El diario de Noa’, a veces te apetece (en el fondo) un plan de “lluvia, peli y mantita”.
Escúchalo: Spotify

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