El pasado mes de junio el alma de Kesha se rompía en mil pedazos cuando su ídolo Jerry Seinfeld le negaba un abrazo hasta tres veces en una alfombra roja. Un humillante incidente que además quedó grabado en vídeo para entretenimiento de todo el mundo.
Pero Kesha sigue adelante. De hecho, la autora de ‘Praying’ ha conseguido redimirse de este castigo que le ha plantado la vida abrazando a otro de sus ídolos, la persona que le inspiró a hacerse compositora, Bob Dylan.
La cantante ha contado en una entrevista que hubo una temporada en que creyó que debía parar de «intentar abrazar y, no sé, atacar a todo el mundo», pero que luego se le pasó: «me dije no, a la mierda: me gusta abrazar, es mágico, es un hermoso intercambio de energía, comunica «te acepto», es la conexión más bonita».
«Entonces la cosa más maravillosa sucedió», continúa Kesha, que cuenta cómo conoció a Dylan durante un festival en el que coincidieron [NdE: el festival Firefly en Dover, en el estado de Delaware] porque él aceptó reunirse con ella. «Tenía miedo porque se me había negado un abrazo hacía poco, estaba «traumatizada por abrazo», así que le conocí y como que me quedé allí plantada y sonreí y entonces él abrió sus hermosos brazos y me dio el abrazo de Bob Dylan más precioso y curador con el que jamás habría soñado, y ya nada más podía importarme. Y al final de la conversación, me dio otro abrazo».
Parece pues que las cosas van bien para Kesha, por fin: de hecho la cantante acaba de anunciar que su primer disco en cinco años, ‘Rainbow’, sale el 11 de agosto.