A menudo parece una obligación que en cada obra un artista debe romper barreras, que se superen a sí mismos, que cambien como síntoma de mejoría o madurez. Y un paso atrás o a un lado suele mirarse con recelo, cuando no como un retroceso. No es más que una mera convención, y estas están para ser derribadas. Un ejemplo puede ser el tercer disco de TOPS. El grupo de Montreal mostró uno de esos avances que hacen arquear cejas en ‘Picture You Staring’, el álbum que publicaron en 2014. Aquel mostraba un potencial comercial superior al de su sugerente debut, con temas como ‘Way To be Loved’ y ‘Outside’ que hacían presagiar éxitos mayores en el futuro. Pero el futuro ya está aquí, se llama ‘Sugar At The Gate’ y nada de eso ha pasado ni parece que vaya a pasar. ¿Qué ha podido ir mal?
En realidad nada va mal, salvo que aquel no es el camino que han elegido Jane Penny y David Carriére –estrenan formación como quinteto, con las recientes incorporaciones de Jackson Macintosh y Marta Cikojevic– para su grupo. ‘Sugar At The Gate’ es un disco notablemente más rácano en ritmos bailables y ganchos que su predecesor, con excepción de sus –por otra parte, preciosos– singles ‘Petals’ y ‘Further’ (muy bonito su vídeo, que presenta una relación de poliamor con dos miembros del grupo), que apenas encuentran un comedido eco en ‘Cutlass Cruiser’. Y es que, salvo la excepción ruidosa y desmelenada de ‘Dayglow Bimbo’, ‘Sugar At The Gate’ discurre por territorios de placidez y no poca melancolía. Jangle pop suave y dulce que tan pronto remite a referencias cercanas como Homeshake, Sean Nicholas Savage o el Ariel Pink más sobrio, como a viejos héroes del pop más elegante, nivel Everything But The Girl o Sade.
Este aparente retroceso –que, la verdad, no vimos venir cuando afirmaban que el título de esta obra evoca un orgasmo–, supone en realidad una reafirmación de la militancia de TOPS en la liga de un pop delicado que antepone la belleza a lo comercial. En esa línea situamos maravillas –discretas, pero maravillas– como ‘Marigold & Gray’, ‘Cloudy Skies’ o la singular ‘I Just Wanna Make You Real’, con ese cautivador arreglo de flauta que subyace bajo una estructura tan anómala como hipnótica. Una faceta fascinante en la que se detienen sobre todo en su segunda mitad, perezosa y taciturna pero en ningún caso aburrida ni mucho menos vulgar o prescindible (a ‘Hours Between’ y la final ‘Topless’ me remito). De hecho, diría que el haber escogido envolverse en brumas de intimidad y cierta tristeza en lugar de exponerse más, es una decisión muy valiente.
TOPS inician este sábado, 28 de octubre, en BIME Live (Bilbao) una pequeña gira de presentación de ‘Sugar At The Gate’ en nuestro país: el día 1 de noviembre estarán en la sala Moby Dick de Madrid, y el día 2 en la sala Sonar de Santiago de Compostela.
Calificación: 7,2/10
Lo mejor: ‘Petals’, ‘Further’, ‘Cutlass Cruiser’, ‘Marygold & Gray’
Te gustará si te gusta: Sean Nicholas Savage, Homeshake, los primeros EBTG y Sage
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