1.- Apegos feroces (Vivian Gornick)
Ha sido la gran revelación de la temporada, el ‘Manual para mujeres de la limpieza’ del año pasado. ‘Apegos feroces’ (Sexto Piso) son las memorias noveladas de Vivian Gornick, veterana escritora y periodista (83 años) que durante los años 70 surfeó por la “segunda ola feminista” desde las páginas del progresista The Village Voice. El libro empieza en un patio de vecinas del Bronx durante los años 40. Una de ellas dice que su marido le quiere echar un polvo pero huele mal. Y la otra, la madre de la escritora: “eres una puta”. Este comienzo es casi como una síntesis del libro, una mirada al pasado de un populoso barrio obrero y judío de Nueva York (una mezcla entre Woody Allen y Almodóvar) y el retrato de una madre tan ferozmente insoportable como irresistible. La escritora articula su relato a través de los paseos que daba con su anciana progenitora por el Manhattan de los años 80. De esta manera, entre discusión y discusión, pasado y presente se van intercalando para reconstruir la infancia de Gornick en el bloque de viviendas donde creció y se convirtió en mujer. Disponible en Amazon.
2.- Carter (Ted Lewis)
‘Carter’ fue la primera de las tres novelas que Ted Lewis dedicó al personaje del sicario Jack Carter. Un exitazo en la corta carrera del escritor (gracias también a la película, ‘Asesino implacable’), quien murió alcoholizado con 42 años. El regreso a casa Carter para el funeral de su hermano -a una ciudad industrial del norte de Inglaterra-, le sirve al escritor como sórdido y opresivo escenario en el que desplegar una trama borrascosa y violenta, narrada en primera persona, por donde pululan mafiosos de extrarradio, obreros malencarados, prostitutas viejas y femme fatales proletarias. Un negrísimo relato criminal alumbrado por las llamaradas de las plantas siderúrgicas, en el que se disparan frases cínicas, se apuñala con réplicas ingeniosas y cada puñetazo es un ajuste de cuentas con el pasado. Si te gusta el género, no leerás nada igual en mucho tiempo. Disponible en Amazon.
3.- 4, 3, 2, 1 (Paul Auster)
El protagonista de ‘4, 3, 2, 1’ es un hombre que, no por casualidad, nació en el mismo año y lugar que Auster (Nueva Jersey, 1947). Un personaje que, según sus circunstancias y las decisiones que tome, vivirá una infancia más o menos feliz, será heterosexual o bisexual, conocerá el amor de distinta manera, tendrá un trabajo diferente, experimentará los cambios sociopolíticos de su país con mayor o menor intensidad e implicación (asesinato de Kennedy, movimientos civiles, contracultura), y tendrá una vida más o menos larga. Cuatro biografías posibles de un mismo personaje (de ahí el título), narradas en paralelo y cronológicamente a través de una prosa exuberante y sinuosa. El azar y lo imprevisto del destino, que siempre han sido ingredientes básicos en las ficciones de Auster, adquieren aquí un tono realista y grandioso, casi como de gran saga familiar a lo Philip Roth. Disponible en Amazon.
4.- La uruguaya (Pedro Mairal)
El argentino Pedro Mairal, quien debutó hace diez años con la también muy aplaudida ‘Una noche con Sabrina Love’ (que interpretó en el cine Cecilia Roth), ha escrito una novela irresistible; una mezcla perfecta entre comedia romántica, drama conyugal y tragedia existencial, protagonizada por un escritor con problemas matrimoniales y económicos que decide cruzar de Buenos Aires a Montevideo para recoger un dinero y saltarse así las restricciones cambiarias. Narrada en primera persona a modo de confesión, ‘La uruguaya’ es la crónica de un enorme fracaso (sentimental, sexual, parental, laboral), una visión divertida y melancólica de la “crisis de los cuarenta” articulada a través de una idea central: la brecha entre la realidad y los deseos es tan grande como el río que divide Argentina y Uruguay. Un viaje hacia la decepción contado con una media sonrisa. Disponible en Amazon.
5.- Calle Este-Oeste (Philippe Sands)
Una de las mejores novelas de no-ficción de este año. Philippe Sands, reputado jurista británico especialista en derechos humanos, recibió en 2010 una invitación para dar una conferencia en Lviv, la ciudad ucraniana donde nació su abuelo. La visita hizo que se interesara por los difusos orígenes de sus ancestros. Lo que empezó como simple curiosidad, se convirtió en una apasionante investigación llena de sorprendentes revelaciones, de secretos de familia relacionados con el nazismo, el Holocausto y la homosexualidad. Las vivencias de su abuelo se mezclan con las de otros tres hombres, tres abogados también relacionados con Lviv: Hans Lauterpacht, célebre por introducir por primera vez la expresión “crímenes contra la humanidad”; Rafael Lemkin, creador del término “genocidio”; y Hans Frank, abogado personal de Hitler y gobernador de la Polonia ocupada por los nazis. Disponible en Amazon.
6.- Rendición (Ray Loriga)
En ‘Rendición’ (premio Alfaguara 2017), Loriga elabora una fábula llena de riqueza metafórica; una distopía retrofuturista, con ecos de Orwell, Huxley y Ballard, donde se reflexiona sobre temas como el destierro por culpa de la guerra, la hipervisibilidad del mundo contemporáneo o las diferentes caras de la sociedad del bienestar. Una fabulosa alegoría sobre nuestro presente híper conectado e híper visible, donde todos nos delatamos continuamente y nos (sobre)exponemos al juicio de los demás. La ciudad transparente es como la red social definitiva, un lugar donde la soledad no existe, ni los secretos, ni el misterio, ni el pudor. Un sitio donde no tienes razones para sentirte infeliz ni para rebelarte. Es el Gran Hermano perfecto, sin estado totalitario, horizontal. El autor habla de todo esto sin engolar la voz ni pontificar. Mostrando, más que juzgando. Haciendo preguntas, más que respondiéndolas. Con un fino sentido del humor que revela una verdad transparente: las distopías del futuro tendrán forma de utopía. Disponible en Amazon.
7.- Cáscara de nuez (Ian McEwan)
La última novela de Ian McEwan está narrada desde un inusual punto de vista: un bebé nonato. El protagonista es como uno de esos supuestos fetos listísimos porque se han desarrollado escuchando a Mozart, un nonato filósofo y borrachín que ha ido aprendiendo todo de oídas por medio de las conferencias en podcast con las que su madre se queda dormida (a veces, con unas copas de más). El autor consigue que nos creamos esta inusual voz intrauterina y entremos en el juego de la ficción de cabeza, sin necesidad de cesáreas. Una cabriola estilística que, ¿da para una novela de más de doscientas páginas? Pues sí. Sorprendentemente, ‘Cáscara de nuez’ (Anagrama) funciona más allá de su arriesgada premisa. Por un lado, es una curiosísima reescritura prenatal de ‘Hamlet’, un soliloquio lleno de dudas existenciales y pertinentes reflexiones sobre la actualidad (el feto escucha las noticias que su madre oye de la BBC), de esas que dan ganas de subrayar y soltarlas después como si fueran propias. Y, por otro, una sugestiva y emocionante intriga criminal. Disponible en Amazon.
8-. El cuento de la criada (Margaret Atwood)
Gracias a la adaptación de la HBO, la visionaria distopía feminista de Margaret Atwood ha sido uno de los best seller de la temporada. La escritora canadiense nos narra este cuento en primera persona, como si lo hiciera a través de la cofia de la criada protagonista (mala traducción de “doncella”, las verdaderas criadas son las Marthas). Y lo que narra es aterrador: Estados Unidos transformado en una dictadura teocrática, con la población femenina sometida a un rígido sistema de castas, en un mundo donde la infertilidad es la norma por culpa de la contaminación. El extraordinario talento literario de Atwood, su habilidad para las descripciones poéticas y la expresión de la voz interior, ilumina una historia profundamente pesimista inspirada en un personaje real: Phyllis Schlafly, la líder ultraconservadora que en 1970 consiguió tumbar la primera Ley de igualdad estadounidense. Disponible en Amazon.
9.- Mi nombre era Eileen (Ottessa Moshfegh)
La bostoniana Ottessa Moshfegh (una de esas estadounidenses que odia su presidente, hija de madre croata y padre iraní), se propuso escribir una novela comercial que se vendiera en los aeropuertos. Y lo ha conseguido. ‘Mi nombre era Eileen’ es una (buenísima) novela comercial que narra el proceso de deslumbramiento de una chica por otra en clave de thriller psicológico. Su protagonista es una veinteañera hosca y depresiva, adicta a los laxantes y a la autocompasión, que vive con un padre alcohólico en una casa donde hace mucho que no se ha pasado la mopa. La aparición de la inteligente, atractiva y segura de si misma Rebecca (o así la ve ella, la novela está contada en primera persona) trastocará la vida de Eileen impregnándola de un humo tan tóxico como el que suelta el tubo de escape estropeado del coche que conduce. Disponible en Amazon.
10-. Que me quieras (Merritt Tierce)
La debutante Merritt Tierce fue madre soltera adolescente, dejó sus estudios tras terminar el instituto y se pasó una década sirviendo mesas en Texas. Tras cursar un taller de escritura, Tierce dejó caer la bandeja llena de cafés aguados y se sentó a escribir. El resultado es ‘Que me quieras’, una novela triste, sórdida y con mucha carga autobiográfica. ¿Otro libro más de autoficción? No exactamente. Aunque esté narrado en primera persona y la protagonista sea claramente un álter ego de la autora, la novela no cae nunca en esa monserga autocomplaciente en la que se revuelcan algunos practicantes de la literatura del yo. Tierce no es una plasta que te cuenta lo mal que se siente como si fuera el diario de una adolescente enfurruñada. No. Tierce narra principalmente lo que su protagonista hace: servir mesas en turnos interminables y agotadores, practicar sexo como si la fueran a encerrar en un convento, consumir drogas para evadirse de la realidad y autolesionarse para castigarse por evadirse de la realidad. Disponible en Amazon.