The Chainsmokers / Sick Boy… Side Effects

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The Chainsmokers / Sick Boy… Side Effects

Hasta cierto punto, se puede decir que el hecho de que ‘Memories… Do Not Open’ fuera un completo desastre era una sorpresa. Ni sus peores tics, ni su simpleza, podían hacer presagiar una “cosa” como aquel álbum, en el que The Chainsmokers no sólo aburrían, sino que encima pretendían dar una pátina de conciencia más postiza que los dientes de oro de Kinder Malo. Aunque para sorprendente, el éxito que, a pesar de todo, sigue teniendo el dúo compuesto por Alex Pall y Andrew Taggart.

Así las cosas, ‘Sick Boy… Side Effects’ vuelve a ser inesperado… pero esta vez para bien. Al menos, no es tan infumable como su álbum debut e, incluso, un poco mejor que su anterior EP, ‘Collage’. Y es que en estas seis canciones, la mayoría de las cuales han venido desgranando en los últimos meses, The Chainsmokers siguen siendo los topetes dedicados al baile machacón que conocíamos y que les hizo populares, pero con un poquito de evolución. Así nos lo pareció en ‘Sick Boy’, en la que añadían cuerdas y castañuelas para mostrar un lado más oscuro, y en ‘You Owe Me’, con esa tuba marcando acordes y un esfuerzo melódico y de arreglos palpable. Y una línea similar sigue la progresiva ’Everybody Hates Me’, confirmando que sí son capaces de ser más complejos sin traicionar a esas hordas de seguidores que, inexplicablemente para muchos, les adoran. Todas ellas, curiosamente, están unidas por una causa común: hacer ver que son lo bastante fuertes como para resistir todo el odio que les dispensan desde las redes sociales y la crítica (“Alimentaos con el trabajo de mi vida / ¿Cuántos likes merece mi vida?”, canta Taggart en ‘Sick Boy’).

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Esa es la homogénea cara B del EP, tras un primer tramo en el que conviven, un poco inopinadamente, el post-gabber-dubstep ‘Save Yourself’ (tema a medias con el productor NGHTMRE, del sello Mad Decent) y una ‘Somebody’ (con el vocalista Drew Love) que, esta vez sí, mimetiza sus viejos patrones con la que es, de largo, la mayor y más positiva noticia del disco, una ‘Side Effects’ que ni siquiera parece un tema The Chainsmokers. Impulsada por un gran ritmo funk de slap-bass, esta canción, que no duelen prendas en decir que es de las mejores que haya publicado nunca el dúo, revela además su pequeño “secreto”: sin duda su gran baza es la estupenda melodía vocal de Emily Warren, artista con la que vienen colaborando desde hace tiempo y que les “ayuda” a escribir sus canciones (no sólo a ella: ‘Soap’ de Melanie Martinez, ’Boys’ de Charli XCX o ‘New Rules’ de Dua Lipa, nada menos, llevan su firma, por ejemplo). De hecho, un vistazo a los créditos muestra que, salvo la ratonera ‘Save Yourself’, todas las canciones del disco llevan la firma de Warren. Falta saber si ella, que tiene su propia carrera en solitario, estaría interesada en ello, pero eso a todas luces convierte a The Chainsmokers en un trío, más que en el dúo de “hermanos” que pretenden ser.

Calificación: 5/10
Lo mejor: ‘Side Effects’, ‘You Owe Me’, ‘Sick Boy’
Te gustará si: sabes distinguir entre una canción de Matoma, Jonas Blue y Cheat Codes.
Escúchalo: Spotify

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