Este año ha habido dos grandes sorpresas en la temporada de premios en Estados Unidos. La primera es la inexplicable (omni)presencia en las nominaciones de ‘Bohemian Rhapsody’, el biopic chanante sobre Freddie Mercury que hasta ganó el Globo de Oro a la Mejor película dramática. Y la segunda, que no se haya repetido el duelo en la cumbre entre Damien Chazelle (‘First Man’) y Barry Jenkins (‘El blues de Beale Street’), que muchos daban por hecho aún antes de que se estrenaran sus nuevas películas tras el éxito de ‘La La Land’ y ‘Moonlight’.
Una tercera “sorpresa” (con comillas bien gordas) es que de los ocho filmes nominados al Oscar a la Mejor película no haya ninguno dirigido por una directora. Y no hablo de cuotas, sino de calidad. Una de las mejores películas estrenadas el año pasado, ‘The Rider’ (Chloé Zhao), ha sido olvidada por todos los premios salvo por los más indies. Y dos títulos tan notables como ‘Vida privada‘ (Tamara Jenkins) y ‘En realidad, nunca estuviste aquí’ (Lynne Ramsay), lo mismo.
En el caso de ‘¿Podrás perdonarme algún día?’, sus posibilidades eran, a priori, mucho mayores. El hecho de que la película fuera muy bien acogida en el festival de Toronto (auténtica antesala de los Oscar), esté narrada con un lenguaje muy accesible, y sea una producción de Hollywood (de la Fox) protagonizada por una estrella, Melissa McCarthy, en un papel poco convencional, hizo que sonara muy fuerte como una de las candidatas a entrar en la categoría de Mejor película. Finalmente, se ha tenido que conformar con tres nominaciones: mejor actriz, actor de reparto y guión adaptado.
‘¿Podrás perdonarme algún día?’ es un biopic sobre una oscura biógrafa cincuentona, huraña y alcoholizada, y su amigo gay, decadente y fracasado. ¿Puede haber un argumento más a contracorriente en el Hollywood actual? La prometedora Marielle Heller, que ya ha demostrado su gusto por los personajes singulares en ‘The Diary of a Teenage Girl’ y la serie ‘Transparent’, ha adaptado las memorias de Lee Israel, una escritora neoyorquina que en los años noventa, en plena decadencia profesional, decidió falsificar cartas de escritores que admiraba, como Noël Coward o Dorothy Parker, para venderlas en las librerías. Como ya hizo en su debut con Kristen Wiig, la directora vuelve a confiar en una actriz cómica para un papel dramático. Y, como suele ocurrir, la han nominado al Oscar (aunque en el caso de McCarthy, ya la nominaron por una comedia, ‘La boda de mi mejor amiga’).
‘¿Podrás perdonarme algún día?’ continúa esa tradición tan estadounidense de los retratos de perdedores. El personaje que interpreta McCarthy no estaría muy lejos de otros fracasados célebres como el Ray Milland de ‘Días sin huella’, el Stacy Keach de ‘Fat City, ciudad dorada’ o el Nicolas Cage de ‘Leaving Las Vegas’. Personajes todos ellos hundidos en la miseria y el alcohol por no poder estar a la altura de una sociedad que glorifica el éxito y penaliza el fracaso hasta extremos enfermizos.
Aunque en el caso de ‘¿Podrás perdonarme algún día?’, la directora no se olvida de subrayar un importante matiz: Lee Israel era un mujer (la alusión a Tom Clancy es muy divertida), y su amigo, el también nominado Richard E. Grant, un hombre homosexual en el Nueva York asolado por el sida de los noventa. La relación de amistad entre estos dos losers (lo mejor de la película) es la base dramática en la que se sustenta una estimulante trama delictiva que es presentada como una melancólica reflexión sobre la soledad, el miedo al fracaso y, en un giro de lo más revelador, como una versión esquinada del “sueño americano”. Ya lo dice la propia protagonista en el juicio: sus años como delincuente fueron los más felices y exitosos de su vida. 8.