‘Quedará en nuestra mente’ es 100% Amaia: ventajas e inconvenientes

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‘Quedará en nuestra mente’ es 100% Amaia: ventajas e inconvenientes

Amaia publicará su primer disco el 20 de septiembre, en un par de semanas. De él conocemos el primer single, ‘El relámpago’; su cara B en el 7″ ‘Nadie podría hacerlo’ y finalmente ‘Quedará en nuestra mente’, el segundo single oficial del álbum que ha salido este verano y que lleva semanas siendo lo más votado de JENESAISPOP. En él ha confirmado que su carrera estará al margen de la moda de lo que suena en radio y de la esclavitud de las playlists de hits de Spotify. «Ni sé lo que es streaming», declaraba la penúltima ganadora de Operación Triunfo en cierta ocasión, y no hace falta que lo jure después de haber entregado esta composición preciosa, pero desde luego no ideada para el adolescente medio de 2019.

No puede estarlo cuando su inspiración es tan retro que es remota. En ‘Quedará en nuestra mente’ Amaia remite al pop español de los años 60 y 70, también al indie de los 90, pero siempre desde una perspectiva bastante sui generis. No, Amaia no está haciendo música experimental. No, Amaia no está revolucionando la industria con un género nuevo. Pero sí, lo que está haciendo es lo suficientemente personal como para que, al oírlo, no puedas sino exclamar: «¡Esto es TAN Amaia…!» La primera referencia está clara y tuvimos ocasión de hablar sobre ello con ella. Esto decía cuando le preguntábamos por la influencia de Marisol en el álbum, que en esta canción se percibe sobre todo en la «outro» final: «Influencias de Marisol y de canciones de los 70 seguro que hay porque yo canto por Marisol. Inconscientemente creo que eso se nota porque estuve muchos años imitándola. Música de los 60 y de los 70 mis padres siempre han escuchado y yo he crecido con ese tipo de música, y entonces se notará. Pero no era nada planeado. Yo componía y era lo que me salía».

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Tras un arranque tranquilo, la canción se levanta incorporando el ritmo de batería y en ese momento se transforma en un tema de pop-rock que quizá ya no habría cantado Marisol. La referencia más clara parecen Fleetwood Mac, en concreto ‘Rumours’, y en concreto ‘Dreams’; pero ahí se suma también un punteo más bien indie pop. Habrá quien piense en el jangle pop británico, pero por proximidad puede recordar también al Donosti Sound, dada la inocencia de la letra, más La Buena Vida que Le Mans. El grupo de Irantzu Valencia nunca se habría cortado en cantar algo tan directo como «hace tres meses todo iba bien / Pero al final yo me enamoré». Pero además, ‘Quedará en nuestra mente’ también recuerda a La Buena Vida por la libertad que estos se tomaban para huir del estribillo y de las estructuras convencionales.

En esta canción, encontramos sus estrofas y sus estribillos, pero son particulares y, de manera significativa, ninguno de los dos se repite después de la aparición de un puente adicional y una outro independiente que sirve como clímax. Amaia ha reconocido que ha tenido problemas para estructurar canciones, y es algo relativamente palpable en ‘Quedará en nuestra mente’. Esto nos decía sobre la composición del álbum en general: «He tenido ayuda porque es la primera vez que compongo. Antes había hecho alguna cosa, pero nunca me había puesto a componer canciones enteras en general. Al principio me resultaba más difícil que ahora, cada vez tengo más facilidad porque también es práctica. Me costaba estructurar las canciones. Tenía muchas partes, pero no sabía cómo hacer estrofa, estribillo, puente… como que no. Raúl (Refree) también me ayudó. Santi (Motorizado) también (…) La canción tiene que tener estructura sí o sí. A veces le enseñaba canciones a mi hermano y me decía: “está guay, pero como que no queda una canción redonda. Falta algo para que tenga un principio, un fin”. Y eso era problema de la estructura. Sobre todo al principio necesité ayuda para estructurar las canciones. Al final con la práctica te vas haciendo».

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Sin embargo, ese «problema» para estructurar termina siendo una ventaja, pues termina de dotar a su composición de personalidad en su pequeña huida de lo convencional, al tiempo que desprovee a la canción de esa «desesperación» por triunfar que se huele a la legua en la mayoría de sus compañeros de generación, procedentes o no de OT. Hay quien hace superproducciones para sus vídeos y luego está Amaia, que aparece en este dando de comer a unas cabras o jugando en un parque de bolas como grabada por una cámara Súper 8. Más claro, el agua.

Lo mejor de la canción es, definitivamente, su final. Tras unos teclados de synth pop como tomados prestados de La Oreja de Van Gogh (los más divertidos, los de ‘Pop’), Amaia estalla citando al grupo de su productor Santi de Él Mató a un Policía Motorizado («Los Motorizados», los rebautiza) y, ahí, cuando parece que la referencia es demasiado familiar, una broma interna, se consigue que de lo particular lleguemos a lo general, añadiendo una nota de humor 100% Amaia, para evitar que esta canción de amor quede demasiado «stalker»: «No te asustes, por favor, porque sé que al final todo pasa y morirá, quedará en nuestra mente y ya está».

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Todo es tan hermoso… ¿cuál es el inconveniente de todo esto? Evidentemente que el público no ha terminado de entenderlo y el single no ha pasado del top 65 en las listas españolas, aguantando en la tabla de Promusicae tan sólo una semana. Es el comportamiento clásico de los singles de los grupos indies, de Izal a Vetusta Morla, pasando por Carolina Durante. Las radios no van a pinchar un tema con referencias a Marisol y La Buena Vida, y solo falta comprobar cuál será el funcionamiento del álbum, en qué tipo de recintos va a actuar Amaia y si el circuito de festivales seguirá abierto para ella en 2020. ¿Apostamos a que ese será su espacio?

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