¿Qué separa a Tove Lo del éxito masivo? ¿Qué tiene que hacer, si tres discos de pop bailable y ecléctico tan notables como ‘Queen Of The Clouds’, ‘Lady Wood’ y ‘Blue Lips’ no la han convertido ya en una superestrella? Hay quien la acusa de ausencia de carisma, de ese halo estelar que sí tienen, por citar ejemplos generacionales y no lejanos en estilo, Ariana Grande, Charli XCX o Carly Rae Jepsen. Yo lo llamaría «marketing», pero entiendo lo que quieren decir. De hecho, yo creo que precisamente su gran encanto está en esa naturalidad de la que carecen esas otras compañeras de la sueca, que le permite decir y hacer las cosas como ella quiere sin importar lo controvertido que pueda ser. La honestidad no vende discos, pero sí construye carreras.
Y ‘Sunshine Kitty’, en su modestia, es otro capítulo más de esa línea de discos que hacen de la sueca casi una cantautora que hace pop –no precisamente al estilo de Taylor Swift–. Otra colección de canciones personales que sí, presumen de una producción sumamente elegante y atrevida, rabiosamente contemporánea pero que no trata de marcar el futuro, sino asentarse en el presente –en esta ocasión con especial protagonismo de guitarras–: el dúo The Struts, con aportaciones puntuales de Shellback, Jack & Coke, Mattman & Robin e Ian Fitzpatrick, sigue siendo fundamental en ese plano, y de hecho recuerda más a su debut que a su doble trabajo posterior. Pero al fin y al cabo, decía, son canciones personales e íntimas, como páginas de un diario.
De hecho, Ebba Tove Nilsson ha revelado que gran parte de ‘Sunshine Kitty’ –sin ser un disco conceptual, como sus anteriores trabajos– está basado en las historias sentimentales, propias o ajenas –de amigas y amigos reales de la artista–, que escribe en diarios desde que era una niña. Así, por ejemplo, ‘Glad He’s Gone’ es la historia real de su amiga Uma –presentada en la intro ‘Gritty Pretty’ por Mateo, otro protagonista de una canción posterior– cuando tenía un novio que no la trataba con la debida atención y cariño, y a la que invita a asumir que es mejor que la haya dejado –recordándole, por ejemplo, las veces en que él la “invitaba” a hacerle una mamada que terminaba con “un collar de perlas”–. La historia de ‘Bad as the Boys’, aunque invita a ALMA, también retrata su primera experiencia con una pareja mujer, desencantándose al ver que su amor podía ser igual de cruel que el de los tíos. Tan creíble como suena la de ‘Really don’t like u’, ese dueto con Kylie Minogue que remite en su estribillo al Michael Jackson de finales de los 70 o a unos Miami Sound Machine hasta las cejas de ansiolíticos: llegas a una fiesta sabiendo que te encontrarás a tu ex con alguien, pero no sospechas que será con ella.
Esos tres singles, junto con esa esperanza depositada sin control ni razón sobre la primera pareja que surge tras una ruptura relatada en ‘Sweettalk My Heart’, supone una colección deslumbrante de singles que ya por sí mismos dan vida a todo ‘Sunshine Kitty’. Pero, además, el álbum esconde nuevas gemas que aciertan redundando en el electropop que ya domina –como ‘Mateo’, una historia adolescente sobre pillarte por un chico al que persiguen chicas más aparentes y llamativas que tú/ella, ‘Shifted’, con sus arreglos sutiles, o la preciosa balada ‘Mistaken’, con esos sintes que podría firmar Johnny Jewel–. Y, sin perder de vista la coherencia del disco, –una vez más, se disfruta con gusto de principio a fin–, números que ofrecen otras perspectivas: por ejemplo, la sugerente colisión con el funk brasileño de ‘Are U gonna tell her?’, con MC Zaac, que nos abre la puerta del club en el que suena el tiro trance ‘Jacques’, producido por el hit-maker británico Jax Jones. O la perreante frescura protocaribeña a lo Rihanna de ‘Equally Lost’, interpretada con Doja Cat.
Incluso cortes que de primeras parecen menores, como ‘Stay Over’, ‘Come Undone’ o la final ‘Anywhere u go’ –un lamento de morriña de los días en los que se mudó de Estocolmo a Los Angeles–, terminan por ganarse su propio espacio en el pequeño y cotidiano universo de ‘Sunshine Kitty’. Un trabajo que, con menos aspiraciones narrativas que sus primeros discos y una especial luminosidad, parece más discreto. Pero, a la postre, nos reafirma en considerar a Tove Lo una rara avis en el pop. Porque hacer, uno tras otro, cuatro discos notables de pop honesto, bailable y emocionante es toda una rareza.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Really don’t like u’, ‘Bad as the Boys’, ‘Sweettalk My Heart’, ‘Glad He’s Gone’, ‘Mateo’, ‘Mistaken’, ‘Are U gonna tell her?’
Te gustará si te gusta: Charli XCX, Kim Petras, Carly Rae Jepsen
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