Si uno tuviera el mismo morro que tiene el propio Liam Gallagher y su equipo para saquear el legado de The Beatles, The Jam, The Kinks, The Who, Small Faces, etcétera, haría un corta-pega de la crítica que hice para ‘As You Were’ hace casi dos años y me quedaría más ancho que pancho. Pero no. Uno era de esos que miraba con recelo a los que copiaban en el examen y, gracias a eso, salían indemnes, mientras que estudiaba y se esforzaba… para superar la prueba con algo más de holgura que aquellos. Así que aquí estamos, reseñando un ‘Why Me? Why Not.’ en el que el pequeño Gallagher calca los propósitos y resultados de su debut en solitario: hacer un disco de Oasis sin su hermano Noel mejor de los que hace Noel sin él. Y esta vez, hay que decirlo, Liam gana la partida.
Cierto es que no lo tenía muy difícil, con Noel entregado a “modernizar” su sonido: así entiende él emular el electrorock que ya practicaban Primal Scream cuando él era un Dios con su grupo. Pero que no se engañe: es como si, a su/nuestra edad, se pusiera una visera del revés para aparentar ser guay. Pero a lo que venía… Dentro de que ‘Why Me? Why Not.’ es una nueva colección de temas que parece un “adivina qué grupo/s y canción/es hemos fusilado aquí” –The Troggs, en ‘Halo’, y Lee Hazlewood (¡bien!), en la estupenda ‘Gone’, se incorporan a su batería de, ejem, influencias–, el segundo trabajo de Gallagher en solitario vuelve a ser un buen disco. «Como el primero, pero mejor», dijo él en su promoción. Y sí, tal cual: este disco es más variado y enfocado en varios aspectos que su debut.
En su conjunto es un álbum bastante apañado y compacto gracias a unos arreglos cuidados y exquisitos, en el que queda claro sobre todo que el estilo compositivo de Noel no es único: Andrew Wyatt (Lykke Li, Miley Cyrus) y Greg Kusrtin (Adele, Beck) son tan capaces como aquel de crear “monstruos de frankenstein” musicales con lo mejor de los 60 y 70 –incluida la parte lírica, a menudo un refrito de versos ajenos–. Especialmente brillantes son los números en los que ambos van de la mano. Como el sucio arranque con ‘Shockwave’, en el que dan un toque contemporáneo y pop al imitado blues rock de Bo Diddley –mención especial para la mala baba de su letra en el puente, ese «You’re a snake / You’re a weasel», que tiene bastante guasa–. O ‘Halo’, con ese nervioso piano a lo Jerry Lee Lewis potenciado con una rocosa base rítmica y una estupenda melodía. O unas ‘Be Still’ y ‘One of Us’ –un llamamiento público y abierto a la reconciliación con su hermano mayor– que bien servirían como singles para un hipotético (y cada vez más lejano, parece) regreso de Oasis. O la ya citada ‘Gone’, que con suntuosas cuerdas y ambiente western, supone una brisa de aire fresco en su repertorio. O el piano-rock setentero de ‘Alright Now’, con ese loco giro melódico post-estribillo y su solo –de nuevo esquilmado a Harrison–. Hasta la aproximación al pop –porque, como el extra de la edición Deluxe ‘Glimmer’, esta canción tendría cabida en ‘Golden’ de Kylie Minogue– que supone ‘Now That I Found You’ resulta bastante simpatiquilla… aunque solo sea porque diluye un poco esa hombría de hooligan malencarado de Liam.
Más allá de la constante impostura de sus fotocopias musicales, también hay patinazos, claro. Porque cuando te dedicas a «homenajear» corres el peligro de quedar en evidencia ante los originales. ‘Meadow’, por ejemplo, es un bonito émulo de George Harrison en solitario, que comienza muy bien… pero que se vuelve previsible. Del mismo modo, el prog-rock expansivo de ‘The River’ tendría cabida en un disco de Oasis… pero en ‘Standing In The Shoulder of Giants’, no en ‘Definitely Maybe’. Y ‘Once’ es el enésimo intento fallido de dar con un nuevo clásico acústico a lo ‘Wonderwall’ o ‘Don’t Look Back In Anger’, mientras que el corte titular, de nuevo muy late-Beatles, provoca más bostezos que ganas de corear… Etcétera.
Pero no se puede poner en duda que ‘Why Me? Why Not.’, pese a su permanente artificio, sea genuino en su propósito y desarrollo: es bastante evidente que estas son las canciones que Liam quiere cantar y, también, las que mejor se le dan (la verdad es que, sin ser un cantante dotadísimo ni contar con más de un registro, lo hace bien). Imaginarle haciendo otra cosa, de hecho, sería impensable. Así que, por improbable que parezca, más le valdría a Noel darle una oportunidad a un regreso de Oasis. Porque, de seguir así, para aquellos que siguen gozándolo con baños de nostalgia como este, Liam acabará por empequeñecer a su hermano –si es que ser cabeza de cartel de Glastonbury con un solo disco propio no lo hizo ya–. Y nunca lo hubiéramos adivinado años atrás, la verdad.
Calificación: 6,9/10
Lo mejor: ‘Shockwave’, ‘Halo’, ‘Gone’, ‘Be Still’
Te gustará si te gustan: The Beatles, The Kinks, The Jam, The Who… y Oasis.
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