Empiezo a acostumbrarme a leer/escuchar en mis carnes lo de «OK boomer», pero no por ello voy a renunciar a decir algo incuestionable: el numerosísimo público que llenaba ayer Ochoymedio Club a ver el concierto (sin importar cuántas veces hayan tocado en Madrid en el último año) de Cariño y Megansito El Guapo (y no es un decir: la pista estaba ya repleta cuando la pareja salió a escena) es muy muy joven. Veinteañeros (o ni siquiera) que no es que no pudieran vivir la primera corriente in die pop de los 90. Es que ni siquiera habrían nacido aún, en muchos casos. [Fotos: Nacho Nabscab, cortesía de Intromúsica y Ochoymedio Club.]
Digo esto porque hay quien quizá no valore lo que el trío femenino afincado en Madrid en su justa medida porque, entiendan ellos, ya se ha hecho antes. Desde luego, su pop tan naif como impetuoso en su espíritu punk es algo que aquí cuajó hace unos 25 años en una particular escena que congregaba a proyectos tan variopintos como La Casa Azul, Los Fresones Rebeldes, TCR, Gasca, D’estrellitas Power, La Pequeña Suiza… y que las élites del «indie bien» tuvieron a mal llamar –quizá hoy se recuerde con cariño, pero se acuñó con intención de desprecio– «tontipop».
Un término que a buen seguro resbalaría del todo –si alguien se lo planteara– a un público que parece incapaz de tal cinismo, quizá más sensible y más respetuoso con canciones que, simplemente, son dulces y bonitas y hablan, mal o bien, de amor. Unas canciones que anoche en la sala But soliviantaron a un entregado público –hubo amagos de pogo, pero sobre todo saltos y abrazos– que vivió el aún corto repertorio de las Cariño nutrido por ‘Movidas‘ –no faltó su célebre adaptación de C. Tangana ni se cortaron en recuperar el villancico ‘X Navidad‘, y estrenaron un par de nuevas canciones, una de ellas sin las baterías pregrabadas, que no estaban listas– como una auténtica fiesta.
Una fiesta pop pero también de la naturalidad y la diversidad sexual que amparan en sus canciones, a la que se sumaron como invitados especiales Confeti De Odio
Quien albergue alguna duda de que, salvo catástrofe imprevista, Cariño harán un buen papel en el festival de Coachella 2020, que se olvide: las chicas estrenan un nuevo formato, con una miembro extra en escena que lanza las bases, dando más libertad para cantar, tocar sus instrumentos y disfrutar de ello a María, Alicia y Paola. Especialmente entregada y divertida se mostró esta última, una auténtica polvorilla que se afanaba con ganas en las guitarras –en directo muestran mucho más músculo que en disco, por encima incluso de los teclados– y que es, pese a cantar apenas algún coro, la auténtica frontwoman del grupo. No por nada ocupa el centro del escenario. 7,5.
Antes de Cariño, Megansito El Guapo presentaba las canciones de ‘MEG’, su primera mixtape. Parecía que no se guardaba nada al arrancar directamente con el sexy-soul de ‘Mentiroso‘ y el ultrabailable ‘Perdona’, pero estábamos equivocados. Lejos de ir de más a menos, cuando el show decaía un poco el dúo se sacó de la chistera una prometedora colaboración sorpresa: tres cuartas partes del grupo Baywaves se sumaban con guitarra, bajo y batería a ellos para una fantástica versiones soft rock de ‘Carretera’ –su mayor éxito en streaming ahora mismo–, ‘Mentiroso 2’ y ‘QQH’. Rematando con una versión bastante punky de Daniel Daniel, el improvisado quinteto se marchó dejando la sensación de que Cupido podrían tener en ellos unos firmes competidores. 7.