En 2018, con motivo del 60 cumpleaños de Kate Bush, JENESAISPOP preparaba una recopilación de las mejores canciones de la artista, pero las circunstancias de la vida demoraban su compleción sine die. Dos años más tarde, la pandemia global que ha sumido a todo el mundo en el confinamiento parece -desgraciadamente- una buena ocasión para publicarla al fin. Bush, probablemente la artista femenina más importante que ha producido el pop británico, y una de las artistas más importantes de la historia del pop en general, cumple 62 años el próximo mes de julio, pero nosotros hemos acotado la selección a exactamente 50 temas pertenecientes a todas las etapas de su carrera. Todos ellos ofrecen una visión panorámica de la obra de esta artista que ha hecho historia como mujer productora e influido a cientos de músicos posteriores gracias a su cruce de clasicismo y valiente experimentación, y que además ha firmado algunas de las historias narrativamente más creativas e inauditas jamás escuchadas en la música pop.
Kate Bush escribió su mejor canción en una tarde de 1983, y de hecho fue la primera composición de ‘Hounds of Love’ que grabó, seguramente porque sabía que se encontraba ante algo especial. Aquella tarde, Bush debió efectivamente hacer un “pacto con Dios”, porque sin saberlo dio con la gran canción que necesitaba para darle un empujón a su carrera tras el fracaso de ‘The Dreaming’. Pero ‘Running Up that Hill’ supuso más que un simple empujón: no solo devolvió a Bush a lo más alto de las listas de éxitos (su cima en UK fue un número 3, pero el tema incluso alcanzó el número 30 en USA), sino que se convirtió en su canción más icónica desde ‘Wuthering Heights’. Los motivos son evidentes desde la primera escucha: su trotona percusión, que parece venir a por ti; la misteriosa melodía de sintetizador que guía toda la canción, la balalaika rusa que suena de fondo y el magnetismo de frases como “it doesn’t hurt me, Do you want to feel how it feels?” o ese estribillo “if I only could make a deal with God”, todo al servicio de una melodía portentosa, contribuyeron a armar una canción impactante desde todos los puntos de vista, y eventualmente histórica. Terminó de elevarla su también icónico videoclip, un homenaje al baile interpretado por Bush y el bailarín Michael Hervieu que, a través de un dramático número de danza interpretativa, nos cuenta la historia de la canción, protagonizada por dos amantes que, temerosos de que su relación fracase, desean intercambiar sus cuerpos para entenderse el uno al otro. Con ’Running Up that Hill (A Deal with God)’, que, por cierto, iba a titularse simplemente con la frase entre paréntesis, pero el sello de Bush le pidió que lo cambiara al preocuparle la presencia de la palabra “Dios” en el título, Bush compuso con toda seguridad una de las 10 mejores canciones de los años 80, y seguramente de todos los tiempos, como demuestra la cantidad de veces que ha sido versionada o destrozada. Yo mismo escuché la canción por primera vez a través de la versión de Within Temptation, aunque el tema también ha sonado en boca de Tori Amos, Placebo, Chromatics, Little Boots, First Aid Kit o, más recientemente, Meg Myers. La propia Bush regrabó el tema en 2012, pero ninguna superará jamás la versión original.
La primera canción compuesta e interpretada por una artista femenina que alcanzó el número 1 en Reino Unido iba a ser, desde el principio, la carta de presentación de Kate Bush al mundo. Cuando el jefe de EMI, Bob Mercer, escogió ‘James and the Cold Gun’ en su lugar, Bush ya los tenía bien puestos a sus 17 años para contradecirle con que ‘Wuthering Heights’ iba a ser el primer single de su disco y ninguno más. La decisión no pudo ser mejor. Inspirada, como es obvio, en ‘Cumbres borrascosas’ de Emily Brönte, uno de los grandes clásicos de la literatura inglesa, que Bush no había leído antes de componer la canción pero luego descubrió que compartía con él varios pasajes, ‘Wuthering Heights’ traslada a un contexto romántico varias citas de Catherine Earnshaw («Let me in! I’m so cold!») que suceden con ella ya convertida en fantasma, y sus acordes de piano iniciales no pueden ser más icónicos. Bush la compuso una medianoche en su apartamento, mirando a la luna llena en busca de ideas, y cedía su producción a un Andrew Powell que elogiaba la actuación vocal de la artista, realizada de seguido y en una sola toma, algo no tan habitual hoy en día. La aguda interpretación vocal de Bush en ‘Wuthering Heights’ es la razón por la que tantas artistas son comparadas con ella en la actualidad (Joanna Newsom es un ejemplo) y también emblemática del estilo totalmente teatral e ido de olla por el que la cantante ha pasado, en parte, a la historia. La apasionada melodía de la canción, que incluye el sonido de una celesta, tiene un fondo medieval, incluso gótico, que con razón ha cautivado a la ingente cantidad de artistas que la han versionado, desde The Divine Comedy a Chuck White pasando por Gabrielle Angelique, Pat Benatar o Röyksopp, y su también icónico videoclip ha sido objeto de parodias en tiempos recientes. Es imposible imaginar que la instrumentación barroca de ‘Wuthering Heights’ pudiera tener éxito hoy en día, pero escuchada 40 años después no ha perdido un ápice de su enigmática energía. Un clásico como la copa de un pino.
‘Babooshka’ es la sexta canción de Kate Bush más escuchada en Spotify y en definitiva uno de sus mayores éxitos, logrando el top 5 en Reino Unido, Francia, Italia e Irlanda, además del número 2 en Australia. La razón de este éxito sin duda fue su tontorrón estribillo “ay, ay, babooshka, babooshka, babooshka, ya ya”, pero también su simpática historia sobre una mujer paranoica que se propone pillar a su marido liándose con una mujer más joven que ella. Como la propia Bush anticipa al principio de la canción (“no podría haber tenido una idea peor”), a nuestra protagonista le sale muy mal la jugada. Curiosamente, Bush declaró en su momento que no se había dado cuenta de que “babushka” significa “abuela” en ruso hasta que lo leyó en alguna parte, pues ella simplemente utilizó la palabra porque la recordaba de un cuento que había leído de pequeña y le encajaba en la canción. En las entrevistas, Bush contaba que después de escribir ‘Babooshka’ topó con varias obras tituladas igual, por lo que asumió que debía existir alguien con ese nombre, y que incluso descubrió que una amiga suya tenia un gato llamado Babooshka, pero insistía que su elección de esta palabra fue totalmente arbitaria. La canción favorita de Natalia Ferviú, como la presentadora nos contaba en una entrevista hace unos meses, ‘Babooshka’ es recordada también por su vídeo, en el que Kate baila acompañada de un contrabajo y vestida de militar rusa.
Mucho antes que ‘Call Me Maybe’ y que ‘Viva la Vida’, Kate Bush compuso una canción pop perfecta protagonizada por el sonido de unos robustos cellos sintetizados. ‘Cloudbusting’ fue el segundo single de ‘Hounds of Love’ y aunque no igualó el éxito de ‘Running Up that Hill (A Deal with God)’, es uno de los sencillos más queridos y emblemáticos de Bush por su componente nostálgico. Una canción apasionante en la que la artista británica interpreta al mencionado Peter Reich, hijo del controvertido psicoanalista austriaco-estadounidense William Reich, y que está basada en sus memorias. William Reich era conocido por sus ideas sobre la sexología y también sobre su concepto de la “energía de Orgón”, un tipo de energía cósmica que según él se encontraba presente en la atmósfera. La canción, como el libro en el que se basa, cuenta los recuerdos del pequeño Peter junto a su padre en Orgonón, su granja/laboratorio en Maine, y en concreto versa sobre el tiempo que pasaban juntos “destruyendo las nubes” con la máquina (el «cloudbuster») que Reich había construido para hacer llover. Reich finalmente fue arrestado y murió en prisión, lo cual dejó en un enorme vacío en Peter. El vídeo de ‘Cloudbusting’, una obra maestra absoluta, cuenta toda esta historia de manera muy emotiva. Lo dirigió Julian Doyle en base a un concepto de Terry Gilliam y Bush, y una de las personas que construyó la máquina ha dejado un curioso comentario en Youtube en el que recuerda aquellos tiempos.
Si ‘Wuthering Heights’ se basaba en la novela del mismo nombre de Emily Brönte (a la que Kate Bush volvió a rendir homenaje hace poco) y ‘Cloudbusting’ en las memorias de Peter Reich, ‘The Sensual World’ lo intentaba hacer en ‘Ulysses’ de James Joyce incluso adaptando un pasaje del libro sobre el despertar sexual de Molly Bloom, del que Bush intentó conseguir los derechos sin éxito. Bush ya había compuesto la canción cuando descubrió que los derechos de ‘Ulysses’ no eran dominio público y pasó cerca de un año intentando contactar con los herederos de Joyce para conseguir el permiso. “La canción dice sí, sí pero ellos dijeron no, no”, bromeaba Bush en una entrevista. La artista tuvo entonces que re-componer partes de la canción y de la letra para al menos mantener el ritmo de la canción original, y escribió ella misma una versión del pasaje en la que Bloom “sale de las páginas y llega al mundo sensual”, cambiando así ligeramente su sentido… aunque el resultado iba a ser el mismo: una de sus canciones más sexys. Y quizá no fuera del todo intencionado. Los “mmm yes” no pueden sonar más eróticos, pero ‘The Sensual World’ no es una canción preocupada por la sensualidad carnal sino por la sensualidad del propio mundo, de la naturaleza, del hecho de que “podamos tocar cosas”. No obstante, ‘The Sensual World’ tiene un sonido místico, casi dream-pop, y no tan lejano a lo que The Cure hacen ese mismo año en ‘Disintegration’. No puede ser más Bush su estribillo de gaitas irlandesas, que reproducen la melodía de una canción popular macedonia. Incluso el vídeo de ‘The Sensual World’ es un poco gótico: Bush, ataviada con un vestido de novia color vino (¿o color sangre?), casi parece un fantasma danzando en el bosque, entre árboles o bajo la lluvia. La canción es por tanto más “sensual” que erótica, pero a Bush no le importa que la gente piense que la canción es sexy, de hecho reconoce que le agrada pues “la canción original tambo en lo era”. Bush finalmente consiguió los derechos de ‘Ulysses’ hace unos años, e incorporó la frase que quería desde el principio en la versión actualizada de la canción presente en ‘Director’s Cut’, su álbum de autoversiones de 2011.
Ya el título de ‘Hounds of Love’ presenta un contraste entre la violencia de unos “perros” de caza y el concepto de “amor”. Bush, que es una poeta, nos habla en el tercer single de su quinto álbum sobre el miedo al amor, comparándolo con unos perros que nos persiguen. La canción es pura pasión controlada, como a punto de explotar, y por tanto 200% Kate Bush, también en esos coros cantados por ella misma que parecen imitar a unos canes. La letra es también especialmente bonita: “encontré un zorro cazado por los perros, dejó que le cogiera, su pequeño corazón latía tan rápido, y me avergüenzo por haber huido de algo que no es real”. Sobre ‘Hounds of Love’, Bush explicaba que “va sobre alguien que tiene miedo de que los perros que le están persiguiendo le atrapen”. Y añadía: “Me pregunto si la gente vive dominada por el miedo, y si por eso teme involucrarse en relaciones. Estas pueden provocar dolor y confusión y conllevar responsabilidades, y creo que a mucha gente le asustan las responsabilidades. Pero quizás comprometerse en una relación no es tan horrible como lo hace ver tu imaginación… quizás esos perros son en realidad muy amigables”. El vídeo, dirigido por nuestra amiga Catherine, está basado en ’39 escalones’ de Alfred Hitchcock, y entre los artistas que han versionado la canción se encuentran The Divine Comedy, Futureheads y Ra Ra Riot.
Kate Bush escribe ‘This Woman’s Work’ para la película de 1988 ‘La loca aventura del matrimonio’, específicamente para su escena más crítica, en la que el padre (Kevin Bacon) descubre que la vida de su mujer (Elizabeth McGovern), en parto, y la de su bebé no nacido corren peligro. La letra está interpretada desde el punto de vista del padre, que trágicamente empieza a ver ante sí un mundo sin sus seres queridos y piensa en “todas las cosas que debía haber dicho” y en “todas las cosas que debía haber hecho”. No es nada habitual que una canción pop hable de las complicaciones del parto desde el punto de vista del padre y de sus emociones aunque siga reconociendo que dar a luz es “un mundo de mujeres”, pero Bush es experta en interpretar diversos personajes en sus canciones y el sobrecogedor dramatismo de ‘This Woman’s Work’ da lugar probablemente a su mejor balada. Tal aceptación ha logrado ‘This Woman’s Work’ entre el público que a día de hoy es la cuarta canción de Bush más escuchada en Spotify por detrás de ‘Wuthering Heights’, ‘Running Up that Hill (A Deal with God)’ y ‘Cloudbusting’ pese a que ocupó una posición bastante discreta en ‘The Sensual World’, el álbum que Bush publicaría en 1989, un año después de la mencionada película de John Hugues. Aunque seguro que a la popularidad de ‘This Woman’s Work’ ha contribuido su presencia en dicha cinta y más recientemente en ‘El cuento de la criada’: la canción suena en el primer capítulo de la segunda temporada.
En los 80, como hoy en día, se hicieron discos bien producidos y otros mal producidos. Hay discos de los 80 que es muy difícil escuchar hoy en día debido a su mala producción, y otros que gracias a su producción magistral, te llevan a la época y a la vez te hacen flipar como si no hubiera pasado el tiempo. ‘Hounds of Love’ es uno de esos discos y un ejemplo de su producción de 10 sobre 10 es su cuarto y último single, ‘The Big Sky’. Un tema grandilocuente, un poco “rock ’n roll” como la propia Bush declaraba en una entrevista, pero también vivaz y alegre, sobre las simples aficiones que de niños ocupan nuestro tiempo, como mirar las nubes. En ‘The Big Sky’, Bush buscó hacer una canción que fuera “hirviendo” poco a poco y aunque reconoce que le costó dar con la versión definitiva, ‘The Big Sky’ es una producción espectacular donde los instrumentos -incluidas unas palmas que aparecen justo en el momento adecuado- crean gradualmente un muro de sonido en el que cada uno de sus elementos suena nítido y claro como el día. Un temazo cuyo videoclip semi espacial dirigió la propia Bush acompañada de 100 fans que recabó a través de una revista.
‘Love and Anger’ es el único número 1 jamás logrado por Kate Bush en Estados Unidos… en una clasificación menor, el Modern Rock Tracks (hoy la lista de canciones alternativas). Es uno de sus singles más abiertamente comerciales pese a contener la presencia de la valiha, el instrumento nacional de Madagascar, aunque la propia Bush reconocía en las entrevistas que le costó sudor y sangre terminarlo y que ni ella misma sabe muy bien de qué va: “Realmente no tiene una historia, soy yo intentando escribir una canción. Las imágenes que obtienes de pequeño son muy potentes, y esta canción habla sobre las personas en las que puedes o no puedes confiar cuando hay algo de lo que no puedes hablar”. ‘Love and Anger’ es una canción feliz y eufórica, muy guitarrera, que curiosamente incluye un solo de guitarra de David Gilmour de Pink Floyd, una de las bandas que más han inspirado a Kate. El final del vídeo lamentablemente ha traumatizado al pobre Sufjan Stevens.
El debut de Kate Bush es todo un precedente para artistas precoces como Lorde o Billie Eilish. La británica compuso ‘The Man with the Child in His Eyes’ a lo 13 años y la grabó a los 16, pero la melodía es tan hermosa que hasta Dusty Springfield la versionó. Compuesta desde la perspectiva de una mujer joven y dedicada a ese niño que todo hombre lleva dentro (Bush pensaba que esto era una cualidad del género masculino, ya que consideraba que las mujeres “asumían demasiadas responsabilidades” y no eran capaces de mantener a su niña interior como hacían los hombres), esta emotiva balada a piano y orquesta que fue top 6 en Reino Unido es una de las grandes obras maestras de la Kate Bush más temprana. Hoy en día puede que su mensaje no haya envejecido muy bien, pero al menos su melodía permanece intocable.