La verdad es que lo de Orville Peck ha sido una sorpresa incluso para los que apostábamos por él como un nombre de futuro. Porque, la verdad, no esperábamos que firmara tan rápido por una multinacional. Y mucho menos que, gracias a eso, una figura del country pop como Shania Twain se animara a hacer un dueto con él, como sucede en ‘Legends Never Die’, tema estrella de ‘Show Pony’, secuela de su álbum debut ‘Pony‘. Pero, como ya destacábamos en su reseña, entendemos que cuesta resistirse a la parafernalia del misterioso –él insiste en mantener su anonimato, así que no insistiremos en el tema– cowboy enmascarado que canta sobre los marginados por la tradición country –no solo colectivos LGTB+, sino también minorías raciales y personas fuera de cánones estéticos convencionales–. Es atractivo y tentador, y ese encanto no aminora en este disco de seis canciones, más aún cuando un mayor presupuesto le permite ser más virguero con su cuidada estética: solo por ver el vídeo que se ha marcado con la intérprete de ‘Man! I Feel Like a Woman!’ –y con una aparición estelar de John Waters como locutor–, ya ha valido la pena el viaje.
Es cierto que a ‘Show Pony’ se le pueden achacar los mismos «pecados» que al primer disco de Orville Peck: por momentos, puede resultar excesivamente convencional si nos ceñimos a su sonido. Tanto que no se percibe ni un atisbo de perversión en estas seis canciones, ni en lo melódico ni en sus arreglos, que pudieran apartarlas de las emisoras de música country norteamericanas, pinchadas junto a las de los ya políticamente correctos Lady A(ntebellum) o (ya ex-Dixie) The Chicks. Sí se atisba algún pequeño gesto para escapar de lo predecible en lo musical, particularmente en los dos números semiacústicos del disco, ‘No Glory In the West‘ –perfecta en su crudeza desnuda– y ‘Kids’ –algo más escasa de punch–, o el tan solemne como enrabietado número final ‘Fancy’. Pero la impresión es que Orville, en general, apuesta de momento por asentar su figura antes de, quizá, ser más atrevido en el apartado musical. Y, del mismo modo que repite en debilidades, ‘Show Pony’ coincide en las fortalezas de ‘Pony’: no cabe separar la estética y las letras de las canciones, puesto que todo eso componen la idea de este singular proyecto.
La gran gracia de canciones inapelables como ‘Summertime‘, ‘Legends Never Die’, ‘Drive Me, Crazy’ –cuya intro casi parece esperar por la entrada de Lana Del Rey cantando ‘Norman Fucking Rockwell’ y que incluye una simpática mención a ‘November Rain’ de Guns ‘N’ Roses– o ‘No Glory In The West’ no está en que caiga en tópicos, sino que se apropie de ellos para remover las cosas desde dentro. Y los emplee para lanzar mensajes por la inclusión, la ecología y la búsqueda de la auténtica libertad, esa que otorga el derecho a ser diferente sin miedo. Un derecho que sigue pendiente de conquista en todo el mundo. Por eso la tristeza de la persecución, de la permanente huida –la road-movie de ‘Drive Me, Crazy’ nos traslada, maravillosamente, al universo de chaperos en la América profunda de la inolvidable ‘Sarah’, de lx polémicx JT Leroy–, empapa también ‘Show Pony’ de manera necesaria, a la vez que proclama el orgullo de la diferencia yendo de la mano de una reina como Shania. Un gesto quizá menos exitoso pero igual de importante para la comunidad LGTB+ que el de Lil Nas X triunfando con ‘Old Town Road’.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Legends Never Die’, ‘Summertime’, ‘No Glory In the West’, ‘Drive Me, Crazy’
Te gustará si te gusta: Lana Del Rey, Kacey Musgraves, Trixie Mattel.
Escucha: Legends Never Die