The Smashing Pumpkins se pasan al post-punk. Si The Cure no van a la montaña… ¡que saquen disco los de Billy Corgan! Estos titulares son tan apetecibles en un mundo en el que la mayoría de los artistas surgidos en los años 90 están estancados en lo creativo -cuando no muertos- que estaba especialmente emocionado con los primeros singles que presentaban ‘CYR’: dos temas tan acertados como ‘The Colour of Love’ y el propio ‘Cyr’ que nos hacían pensar no en un discazo que volviera a hacer historia como «Mellon Collie», pero sí en una cosa tan apañada como la que por ejemplo nos han dado los últimos Garbage.
En esa línea apuntan otras canciones de este largo bien largo como ‘Black Forest, Black Hills’ o ‘Anno Satana’, esta última, pese a la risa que puede provocar su nombre, bastante cautivadora en su estribillo «I never needed anyone, no-oh-no». Entre canciones como esta y lo que mola la base rítmica y los teclados de ‘Cyr’, por momentos parece que uno podrá exclamar: «el nuevo disco de Smashing Pumpkins te gustará si te gustan… ¡Depeche Mode!».
Lo que nos encontramos es en cambio un álbum que no es en absoluto sucinto como estos temas, sino excesivo y repetitivo en el que sus encantos -que los tiene- se van diluyendo como el sabor de un único carabinero en un arroz para 20 comensales. De entrada, ‘The Colour of Love’ te sabe meter en el álbum, pero para cuando llega ‘Minerva’ vuelves a estar tan fuera del mundo Smashing Pumpkins como antes de que empezara esta era.
En algún lugar de ‘CYR’ hay un buen álbum de los de Billy Corgan, homogéneo y bien encaminado en cuanto a dirección artística, en el que funcionan incluso las apuestas algo más diferentes. Es el caso de ‘Wyttch’, necesaria pues aporta un toque más metalero; o ‘The Hidden Sun’, cuyo inicio te lleva a Abba o a Lady Gaga, para bien, dependiendo del día. El resto en general forma una amalgama impersonal con temas tan indolentes como el cuasi góspel de ‘Haunted’, el deslavazado ‘Birch Grove’ o la cantidad de laca que ha decidido ponerse para nada ‘Tyger, Tyger’.
Los nombres son para hablar de ellos aparte, y además de ‘Ramona’ y ‘Anno Satana’, entre letras oscuras que nos hablan de «abedules» y «tumbas», emerge un tema llamado en alemán ‘Schaudenfreud’ que por si no sonaba demasiado pretencioso, está mal escrito («Schadenfreude» es «alegría del mal ajeno», ¿pero qué demonios será «Schaudenfreud»?). Parece que por mucho que celebremos las viejas reuniones y la incorporación de antiguos miembros, a Billy Corgan no hay quien se atreva a hablarle de selección, continencia o tijera, o simplemente a decirle que está inspirado, sí, pero no tanto como se cree.
Calificación: 5,8/10
Lo mejor: ‘Cyr’, ‘The Colour of Love’, ‘Black Forest, Black Hills’, ‘Wyttch’
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Youtube: vídeo de ‘Cyr’