Rigoberta Bandini nos ha conquistado durante los últimos meses con canciones como ‘In Spain We Called It Soledad‘, ‘Fiesta‘ o incluso una versión de Mocedades. Escogimos la primera para el listado de mejores canciones de 2020 y durante semanas fue su canción más escuchada en las plataformas, pero ‘Too Many Drugs’, que en realidad es anterior, es vuestra favorita y ha vuelto a tomar la delantera ya con 1,3 millones de streamings en Spotify y el apoyo -ahora sí- de varias playlists multitudinarias. Es hoy nuestra «Canción del Día».
‘Too Many Drugs’ es un medio tiempo de cierto tono poético y reflexivo que anticipaba el buen uso que la artista catalana hace del Spanglish: «too many drugs / muy poco espíritu» es su lema, en medio de un texto que afronta tristemente una crisis personal («me voy / sigo el camino y con mi ego ya veré cómo lo haré»), con un punto ciertamente espiritual: «y es que yo, siempre intentando entender / Cosas que tienen que ver con el ser / Y es que yo, siempre intentando soñar / Y al final todo reside en mirar / Que dentro yo tengo un palacio real / Lleno de cuartos donde patinar».
Lo espiritual se transforma en espirituoso, cuando la producción modifica el tempo para tratar de convertirse en una cumbia, y Rigoberta Bandini recita un texto con acento colombiano. Es un indicio de la locura que después veríamos en ‘In Spain We Called It Soledad’ y que se retrata también en el directo que recientemente se ha visto en Youtube para el Museo Thyssen al término de la siguiente actuación subida a Youtube. Un anticipo de lo que podrá verse el día 23 de enero en el ciclo Madrid Brillante de Madrid: para entonces Filomena ya será historia.
Aunque el público parece tener claro de qué va el tema en cuanto al consumo de drogas, Rigoberta Bandini ha apuntado hacia otros lados en diversas entrevistas. En Mondosonoro apelaba más bien a la espiritualidad: «Estamos muy cojos de espíritu. Cuando escucho música de los sesenta o setenta, la veo muy emotiva. Y ahora la consideramos cursi. Y creo que para el alma era mejor, no quiero ponerme yo cursi, precisamente, pero toda la generación actual solo habla de cosas como culos y drogas, y eso no es natural a nuestra existencia. La tristeza lo es. Hay algo como de ser más normales que creo que se agradece. Es tanto la eficiencia que yo creo que la gente agradece igual música más emotiva. Como lo era en su momento Mocedades o The Beatles. Yo le pongo los Beatles al peque (NdE: al bebé que acaba de tener) por la mañana y me sonríe. Al final todo tan “dark” me genera ansiedad».
Diari de Barcelona planteaba si la canción hablaba en realidad de la adicción a las redes sociales, y esta era su respuesta: «El año pasado tuve mucho contacto con la meditación y con escucharme un poco más a mí misma y se abrió esta pequeña puerta hacia mi interior, aunque suene muy cursi, que me dio mucha serenidad, mucha felicidad, muchísima menos necesidad de cosas externas a mí. Es cierto que el mundo de las redes sociales asusta. Yo soy la primera y creo que el 90% de las personas de mi generación, y de todas, estamos enganchados. Debemos asumir que estamos un poco enfermos y tenemos que empezar a poner pequeños límites. Yo tengo una mierda de temporizador que te pone el iPhone que sólo me deja 45 minutos al día».