Björk siempre ha destacado su labor de compositora y arreglista, especialmente en la última etapa de su carrera, a tal punto que tiene sus propias partituras publicadas. No es ningún secreto cuánto le gusta cantar acompañada por una buena orquesta, e incluso ha publicado una versión de ‘Vulnicura‘ compuesta solo de voz y cuerdas. En aquel disco las cuerdas eran especialmente importantes ya que Björk lo escribió durante su divorcio de Matthew Barney y llegó a declarar que su manera de lidiar con tan traumática experiencia fue convertirse en «una empollona de los violines» y componer canciones para «conjuntos de 15 cuerdas».
¿Cuán lejos podía llevar Björk su fascinación con las orquestas? Su serie de conciertos ‘Orkestral’ da una respuesta aproximada. Entre los meses de octubre y noviembre, la autora de ‘Homogenic‘ ha ofrecido una serie de conciertos en el recinto Harpa de Reykjavík que se han transmitido por streaming previo pago, y con los que ha querido celebrar la salida del confinamiento, pero también homenajear a las personas más afectadas por el coronavirus, el movimiento Black Lives Matter y los músicos islandeses con los que ha trabajado a lo largo de su carrera. El último de los cuatro recitales ha tenido lugar esta misma noche sin que, en ningún momento, se haya entrado en materia política de ningún tipo. Björk, su orquesta y sus canciones han sido los absolutos protagonistas de la velada.
En cada uno de los conciertos de ‘Orkestral’, Björk ha interpretado un setlist diferente centrado en una franja de discos concreta de su discografía, acompañada en cada caso por una orquesta distinta elegida para la ocasión, como la orquesta de flautas Viibra o el coro Hamrahlið Choir, el cual incluye a un organista; y el setlist de cada uno de los recitales se ha conocido de antemano debido a que, en los días y horas previos a cada concierto, la cantante islandesa ha ido publicando interesantes explicaciones de cada canción en sus redes sociales. Con dichos textos explicativos, Björk parece haber querido acercar a su público a su trabajo como compositora de arreglos, pues en algunos textos parece estar hablando de música clásica, como en el de ‘Hidden Place’, cuya base musical se compone de una «espesa corriente» porque representa el amor secreto que siente hacia una persona, un amor que se encuentra «reprimido bajo la tierra».
En el concierto de esta noche, Björk ha tocado canciones de ‘Debut’, ‘Homogenic’ y, sobre todo, ‘Vulnicura’ acompañada por la Orquesta Sinfónica de Islandia. Cualquiera que haya asistido al recital vía streaming habrá podido leer los créditos de cada canción antes de cada actuación, y también al final, signo de la suma importancia que la islandesa otorga a los arreglos y a la autoría de los mismos, la cual varía (los de ‘Jóga’ están compuestos por ella misma, no así los de ‘Come to Me’, y algunos arreglos de ‘Vulnicura’ están compartidos con Arca). La serie de conciertos ‘Orkestral’ parece servir como último coletazo «orquestal» de Björk antes de que la artista se vuelva a encerrar en el estudio en algún momento de los próximos meses para terminar el disco de «clubbing en el salón» que se encuentra preparando, aunque antes le esperan los últimos conciertos de su residencia ‘Cornucopia’ que, como los orquestales, se hubieron de posponer por las razones que todos conocemos.
Especialmente las canciones de ‘Vulnicura’ se han crecido en el contexto de una gira orquestal para sorpresa de absolutamente nadie. Durante el concierto de esta noche, la artista ha conseguido mantener a la audiencia pegada al asiento para escuchar cada una de las palabras que han salido de su boca durante su interpretación de ‘Black Lake‘, la «odisea» de ‘Vulnicura’; y también ha logrado que una canción como ‘Mouth Mantra’ que habla sobre un tema tan poco interesante en principio como sus nódulos vocales suene intrigante y cinematográfica gracias a sus arreglos. Björk ha danzado con las cuerdas como si de música tecno se tratase… lo cual ha quedado definitivamente plasmado en el arreglo orquestal de ‘Pluto’, que ha reproducido los riffs de sintetizador y el beat de techno de la grabación original de manera muy convincente, chillido final incluido por parte de la islandesa. Los arreglos tipo baile imperial de ‘Notget’ no ha funcionado como bis pero las interpretaciones orquestales de ‘Lionsong’, ‘History of Touches’ y ‘Quicksand’ han llevado a cuestionar por qué unas canciones tan sumamente melódicas reciben tantas críticas por supuestamente ser lo contrario.
Evidentemente los clásicos de Björk han sonado especialmente agradecidos en el recital, que ha empezado fuerte con ‘Jóga’, ha seguido con ‘Come to Me’ y ha incluido también ‘5 Years’, que ya era una de las mejores composiciones orquestales de la artista. Björk se encuentra en muy buena forma vocal y sus interpretaciones de estas canciones viejas han sido más que satisfactorias. No parecía que fuera a ser el caso debido a algunos comentarios dejados en los foros acerca de los conciertos anteriores de la gira, y que aludían a una voz machacada que ya no llega a las notas altas. Sin embargo, en el recital de esta noche, la artista ha alternado entre su registro frágil tipo copo de nieve y su registro agresivo tipo animal salvaje bajo sin especial problema y bajo un control total de su voz, y ha cruzado ambos umbrales vocales sin saltarse las notas más difíciles. No, su voz ya no es la misma que hace 30 años, pero sigue siendo capaz de expresar sentimientos muy extremos, y el repertorio de este último concierto le ha beneficiado en este sentido.