El Santander Music ayer se despedía hasta el próximo año de la mejor manera, coronando con su día más multitudinario y con algunos de los conciertos más espectaculares de esta edición. Antes de llegar al festival se podía adivinar que iba a ser el día más lleno solo intentando aparcar el coche y dándose cuenta de los pocos sitios que había, alrededor del recinto, y más allá.
A las 21, el público ya estaba totalmente entregado durante el show conjunto de Los Estanques y Anni B Sweet. Me hubiese encantado disfrutar más de la impecable voz de Anni y la energía cruda de Los Estanques, pero el tener que aparcar no me lo permitió. Por suerte para mí, llegué a tiempo para disfrutar de ‘Buen Viaje’ y solo por esa repetiría. El resto de shows de la noche se fueron intercalando con las sesiones de DJ y los sets de la banda de Glassio, el compositor y productor irlandés-iraní que se encargó de amenizar los tiempos muertos con synthpop suave de los 80 y los 90. La música perfecta para disfrutar de las vistas al mar de la Magdalena. Tocaron tanto originales como versiones y, de estas, destacaría la que hicieron de New Order y su ‘Temptation’.
Las elegantes luces rectangulares del concierto de León Benavente se iluminaron por primera vez con ‘Líbrame del mal’ y ya desde el primer momento se podía intuir que este no iba a ser un show cualquiera. El control caótico que manejó la banda en todo momento fue admirable y consiguieron que solo pudieses estar en dos estados: bailando hasta caer redondo o totalmente perdido en las letras. ‘Ayer Salí’ y ‘Ser Brigada’ fueron de las mayores fiestas que se han vivido este año en el Santander Music, pero lo que no me esperaba para nada fue la increíble experiencia de ‘Mítico’ en directo, la cual en comparación deja a la corta versión de estudio por los suelos.
Abraham, con una voz que si no cantase estaría en la radio, fue el frontman perfecto. Algunos de los mejores momentos fueron cuando este se metió en el público en ‘Ayer Salí’, sin temblarle nada la voz entre el tumulto de gente, o cuando le estaba gritando a un hombre en primera fila las líneas de «¿Para qué?» en ‘Ser Brigada’, las cuales además fueron respondidas por el asistente. En resumen, un concierto difícil de olvidar y que repetiría una y mil veces más, aunque no me supiese ni una letra.
Lo malo de un concierto tan bueno es que el resto de la noche solo puede ir a peor. Al menos, eso pensaba yo ayer. Ningún otro set superó al de León Benavente, pero la cosa tampoco fue a peor. La primera evidencia de esto fue el siguiente concierto de la programación, los granadinos Lori Meyers, con su quinta aparición en el festival santanderino. Ayer el nivel de luces y gadgets estaba bastante alto y Lori Meyers lo mantuvieron ahí. ‘El Tiempo Pasará’ y ‘Emborracharme’ fueron de las más cantadas y celebradas por los asistentes y, naturalmente, dejaron ‘Mi Realidad’ y ‘Alta Fidelidad’ para el final del set. Fue un show bastante disfrutable y más relajado que el anterior, por lo que todo pudimos coger un poco de aliento.
Delaporte comenzó y acabó su actuación con la parte de «toda la noche» de ‘Toro’, de El Columpio Asesino, y entre medias hubo lo que definiría como una sesión de tecno melódico que se la recomendaría a cualquiera. La voz de Sandra brillaba cada vez que la usaba, pese a estar moviéndose a lo largo del escenario durante toda la actuación. ‘El Volcán’ y el mashup entre ‘Cariñito’ y la ‘Gasolina’ de Daddy Yankee fueron de los momentos más energéticos del set, que es lo que uno busca en un concierto de Delaporte.
La noche se fue terminando con el sobrio concierto de El Columpio Asesino, que actuaron sin absolutamente nada de fondo y con las pantallas aumentadas en blanco y negro. Si hubiese que definir el set en dos palabras, serían «bajo infinito». ‘Preparada’, ‘Babel’ y ‘Ballenas Muertas en San Sebastián’ fueron los temas que mejor sonaron y que consiguieron levantar los ánimos a un público que llevaba alrededor de ocho horas bailando. Hacia las 4:10 sonaron los inconfundibles acordes de ‘Toro’, que fue elegida para despedir esta edición del Santander Music por todo lo alto.