Televisión

‘Ozark’: pros y contras de esta serie convertida en un clásico de Netflix

Después de cuatro temporadas, finaliza ‘Ozark’, una de las series que más alegrías ha dado a la plataforma californiana: buenos datos de audiencia, respaldo unánime de la crítica (particularmente en Estados Unidos) y un título fijo en las nominaciones de los premios Emmy (se ha llevado tres, dos de ellos consecutivos para la fantástica Julia Garner como Mejor actriz de reparto). Estos son los pros y contras de esta serie emblemática de Netflix:

Lo mejor de ‘Ozark’
1. Es mucho más que un sucedáneo de ‘Breaking Bad’. Cuando se estrenó, en 2017, ‘Ozark’ olía a refrito: el guión recordaba a la obra maestra de Vince Gilligan, los escenarios a ‘Winter’s Bone’ y los conflictos familiares a series como ‘Bloodline’ o ‘The Affair’. Falsa alarma. Pasados los primeros episodios, la serie fue adquiriendo personalidad propia. En su cuarta temporada se ha consolidado como lo que es: un absorbente relato criminal alimentado (envenenado) por un intenso drama familiar.

2. Su (sorprendente) giro hacia los personajes femeninos. ‘Ozark’ comenzó siendo la historia de un asesor financiero y padre de familia, que se metía en líos con un cartel mexicano y tenía problemas de pareja. Y ha terminado siendo una lucha a cara de perra entre varias mujeres, la mayoría señoras mayores, capitaneadas por el personaje de Wendy (una fabulosa Laura Linney). Un violento combate por el poder político y criminal de la región del lago de Ozark, servido entre sonrisas fariseas y arañazos verbales, a los que el protagonista masculino (un estupendo Jason Bateman) asiste con cara de pasmo.

3. Los personajes secundarios. Enlazando con el punto anterior, ‘Ozark’ se ha caracterizado por el cuidado que han puesto los guionistas en el dibujo de los personajes que rodean al matrimonio protagonista. Sobre todo en los femeninos. Hay tres inolvidables: la irascible traficante Darlene Snell, la temible abogada Helen Pierce y, claro, Ruth Langmore, convertida en una protagonista más de la serie y de quien se especula que podría tener su spin-off.

4. La música y los créditos iniciales. Aparte de la típica playlist, con temas de Radiohead, DJ Shadow, Kanye West, The Rolling Stones…, hay que destacar la inquietante banda sonora compuesta por el dúo Danny Bensi y Saunder Jurriaans, auténticos expertos en músicas turbadoras en la línea de Hildur Gudnadóttir o Mica Levi, como ya demostraron en títulos como ‘Martha Marcy May Marlene’, ‘Enemy’ o la reciente serie ‘El visitante’. En cuanto a los créditos, destacan por la sencillez y sutileza de su diseño. Una gran “O” con cuatro símbolos en su interior que anticipan los puntos principales del argumento de cada episodio.

Lo peor de ‘Ozark’
1. La fotografía demasiado azulada. En ‘Ozark’ es todo más azul que un mitin del PP. En realidad, el diseño fotográfico está dividido en tonos fríos y azulados para las secuencias situadas en EEUU, y cálidos y luminosos para las de México. Bien, funciona desde un punto de vista dramático. Pero, ¿no es un poco obvio el simbolismo? Menos mal que en la cuarta temporada esta decisión estética ha sido mucho más matizada y ya no parece todo un cuadro de Picasso de su etapa azul.

2. Algunas decisiones de guión. La sombra de lo inverosímil siempre ha estado muy presente en ‘Ozark’, pero nunca ha llegado a cubrirla por completo, sobre todo gracias a lo bien construidos que están los personajes. Por muy al límite que hayan puesto las tramas los guionistas, al final han colado, han conseguido que nos las creamos. Lo que sí es más discutible son algunas decisiones narrativas cuya función es crear falsas expectativas. Basta un ejemplo (con espóiler): ¿a qué viene comenzar el final de la cuarta temporada con un espectacular accidente de coche a modo de prolepsis si luego su relevancia en la trama va a ser nula? Pequeños defectos que no empañan los logros de una entretenidísima serie que ya es un clásico de Netflix.

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Publicado por
Joric
Tags: ozark