Durante toda esta primavera -de abril a junio- se celebra en Madrid una nueva edición de Sound Isidro, un ciclo por el que veremos a gente como A Place to Bury Strangers, rusowsky, BB trickz, John Pollon, Cecilio G o Chaqueta de Chándal, entre decenas y decenas de nombres. Una de las citas más interesantes tenía lugar este jueves 11 de abril en la Sala El Sol: la presentación en la ciudad del EP ‘Yo te quiero pero’ de Alba Morena.
La joven artista de Salou ha fichado por Sonido Muchacho/Universal y fueron muchas las caras de la industria que acudieron para comprobar su valía en vivo.
Si ya como telonera de Kae Tempest deslumbró hace dos años, esta vez se crecía incluso más en compañía de tres músicas: una violinista, una violonchelista y una teclista al mando de los sintetizadores. Además de la propia Alba Morena, que logró convertir desde un teclado su reciente pequeño hit ‘Yo te quiero pero‘ en una minifiesta de sampleo y baile durante sus primeros segundos a modo de pre-remix.
Los referentes de Morena son claros: Rosalía, Maria Arnal y James Blake, con su exquisita voz, con un marcado carácter melancólico y folclórico, dispuesta a abrirse a nuevas vías. Tan pronto versionó ‘Quédate en Madrid’ de Mecano (sin cambiar «mariconez» por «estupidez») como ‘Parque Triana’ de Elbicho, o ‘Que nadie vaya a llorar’ de Manuel Molina.
En la de Elbicho se incorporó un guitarrista del público (Samu); en el momento de intimidad y poderío de ‘Que nadie vaya a llorar’, actuó sola con su teclado, jugándole el micro una mala pasada, al escurrirse impidiéndole tocar. Y ahí se acabaron los infortunios de un concierto impresionante, tanto en las recuperaciones de los temas de su primer disco (‘La luz del sol’, ‘Planto’) como en los futuros.
Entre estos puede que aún no reluzca nítido su hit de breakthrough, pero sí varias curiosidades que ya ansiamos escuchar en casa, tan dispares como una canción llamada ‘Por qué’ de corte casi ravero, o una ‘Mamá papá’ que rapea «lo siento papá, lo siento mamá» con mucha pinta de tener kilos de terapia detrás. La buena noticia es que sus padres estaban entre la audiencia ¿acaso vendiendo camisetas? Esa, y que el humor fue emergiendo a medida que avanzaba el show y Alba Morena se sentía respaldada por algún coro del público, que empieza a aprenderse sus canciones.
Hubo bromas sobre todo: sobre la muerte (‘Planto’), sobre las canciones viejas («y aquí terminamos con el primero»), sobre las nuevas que se quería quitar de en medio (‘Mamá papá’), sobre el momento piano («era por aprovechar el Conservatorio al que me apuntaron mis padres»), sobre el ex que la engatusó para volver (‘Otra vez’), al que luego dejó, y hasta hubo alegría cuando presentaba esa canción más triste que la bachata de ‘Muy muy triste’ y que ya me ha hecho llorar (sorry, Manuel Molina): ‘A mi hermano’.
El show se despidió con su gran éxito de momento, el infalible ‘Nadie‘, renunciando expresamente al paripé de presentarla como bis. Para esas alturas, la artista ya se había metido al público en el bolsillo. Es solo cuestión de tiempo que se corra la voz. 9.