Pulp: «El viejo estilo de política ha quedado obsoleto»

-

- Publicidad -

Pulp: «El viejo estilo de política ha quedado obsoleto»

Madrid, 1 de abril de 2025, 12 del mediodía. Estoy en un hotel esperando para poder entrevistar a Jarvis Cocker y Nick Banks, cantante y batería de Pulp. Pulp van a sacar nuevo disco, ‘More’, el 6 de junio. Han pasado 24 años desde ‘We Love Life’ (2001). En la gira de regreso en la que se embarcaron en 2023, Pulp estrenaron varias canciones nuevas. Eso disparó los rumores. Sin embargo, este 1 de abril, el lanzamiento de ‘More’ es secreto. Secretísimo. Ni siquiera está anunciado, así que no le puedo decir a nadie que estoy aquí. Mientras aguardo mi turno en el bar del hotel, me llegan varios «wasaps». Hoy es el cumpleaños de un amigo y nos envía fotos de las camisetas que le han regalado. Una de ellas es de Pulp. Desde la barra veo a Jarvis y a Nick en la terraza. Me tengo que morder los nudillos para no escribirle “ADIVINA DÓNDE ESTOY”.

Pulp es uno de los grupos más importantes de los 90. Fueron abanderados del brit-pop, aunque nunca ejercieron como tales realmente. Lo suyo era un pop barroco, bailable y personalísimo, conducido por el extraño carisma de su líder, Jarvis Cocker, y donde brillaban sus letras costumbristas y ácidas. Esto no ha cambiado mucho en ‘More’. Musicalmente es bastante continuista respecto ‘We Love Life’. Quizás Pulp se hayan dulcificado un poco, eso sí: Jarvis y los suyos parecen más preocupados por explicar(se) su mundo interior que el exterior.

- Publicidad -

Jarvis y Nick se muestran divertidos y locuaces. Incluso demasiado. En la media hora que tengo (que al final se queda en 25 minutos) no consigo preguntar ni la mitad de lo que quería. Nick se pasa casi toda la entrevista partiéndose de risa, aunque no hablemos de cosas divertidas muchas veces. De hecho, la actualidad centra una parte de la entrevista. Desde el 1 de abril han sucedido muchas cosas: Trump impuso, retiró, volvió a impulsar y le volvieron a retirar aranceles económicos a todo el mundo. En España vivimos un extraño y largo apagón. La invasión de Ucrania sigue su curso, a pesar de los intentos de negociaciones de paz. Israel continúa masacrando a los palestinos. Pero este 1 de abril hace un bonito día en Madrid, bastante caluroso.

Mi primera pregunta es sobre el lapso transcurrido entre ‘We Love Life’ (2001) y este ‘More’. Quizás sea el más largo de la historia entre disco y disco…
Jarvis: Quizás. ¡Quizás estábamos buscando otro récord mundial! De hecho, ostentamos el récord mundial del mayor intervalo entre la primera y la segunda sesión con John Peel, que creo que son 14 años o algo así. Así que ya nos hemos dormido en los laureles bastante tiempo. 
Nick: Ya era hora de espabilar. 
J: Es curioso porque, simplemente, decidimos hacerlo [el disco]. Y el tema del intervalo de tiempo no era algo que tuviéramos en mente. Es decir, nos dimos cuenta de que hacía mucho tiempo que no grabábamos un disco. Pero creo que una de las cosas buenas que descubrimos fue que, cuando nos pusimos a componer, fue bastante fácil. Tuvimos tres tandas de ensayos. En una éramos Nick, Mark [Webber], Candida [Doyle] y yo. Estuvimos tres días. Luego estuvimos otros tres días con los nuevos integrantes de la banda: Emma [Smith], ​​Andrew [McKinney], Adam [Betts] y Richard [Jones]. Hicimos algunas cosas. Luego nos reunimos todos, tocamos todo lo que se nos ocurrió, lo grabamos y se lo dimos a nuestra mánager, Jeanette Lee, para ver si creía que teníamos algo que valiera la pena grabar. Porque podríamos escribir canciones y tocarlas en vivo sólo, pero ella pensó que eran lo suficientemente buenas como para formar un disco. Así que… no digo que la obedeciéramos, pero… 
N: …Pero es buena idea tener siempre ese tercer oído, para que nos diga «vale la pena seguir con esto». Si ella lo cree… Hace mucho que conocemos a Jeanette, nos fiamos de su criterio. Y si ella nos hubiera dicho «Humm, no estoy segura» le habríamos contestado: «Entendido. Nos volvemos a esconder debajo de una piedra». 
J: Pero es cierto: hay cosas que no he hecho porque [ella] me lo ha dicho. La primera que siempre me viene a la cabeza es cuando, durante el Brexit y el referéndum, la gente intentaba revocarlo y yo participé en bastantes campañas que se hicieron durante los dos años siguientes. Había una marcha en Londres y me pidieron que participara. Y por alguna razón, se me ocurrió pintarme de azul, el azul de la bandera de la UE… (aquí Nick estalla en carcajadas).
N: Desnudo no, ¿¿no??
J: No. Desnudo no. Y cantar la canción ‘Blue’ de Eiffel 65 [se arranca a cantar el soniquete de marras]. Pues de hecho me pinté de azul, la grabé y se la envié. Y me dijo que no podía hacer eso. Que iba a ser el fin de mi carrera. Así que a veces me salva de mí mismo.
N: Tener ese tipo de control es beneficioso. Así no haces el ridículo y… Aunque ahora tengo una imagen mental de ti desnudo, pintado de azul. 
J: ¡Pero que no estaba desnudo! 
N: …con las estrellas amarillas… 
J: ¡Y tampoco llevaba las estrellas! Iba de azul sólo.
N: Vale, vale. Lo pillo.
J: Nadie va a ver ese vídeo. Nunca. Aunque me lo pidas de manera extremadamente educada.
N: Estás con la guardia baja.
J: No debería haberlo mencionado.

- Publicidad -

Aunque hayan pasado 24 años, para mí este disco tiene una conexión con ‘We Love Life’, quizás porque me suena, musicalmente, a continuación. ¿Lo creéis así también? Porque es muy orgánico.
J: Sí. En ‘We Love Life’ tomamos una decisión muy consciente de intentar hacer algo más orgánico, después de la pesadilla de ‘This Is Hardcore’. Fue como decir: «Volvamos a la naturaleza y escapemos». Pero creo que fue un poco forzado. La idea principal en este disco ha sido intentar no tener muchas ideas previas, aparte de si algo suena bien y parece una buena idea, pues lo hacemos. Pero no le hemos dado muchas vueltas. La idea era “hagámoslo” y ya lo repensaríamos luego, si queríamos. Lo grabamos en octubre. Fue muy rápido. Todos estábamos en estado de shock, pensando: «Vaya, esperábamos que íbamos a necesitar más tiempo o que sería más traumático», porque era a lo que estábamos acostumbrados (risas).
N: Sí, siempre había algún tipo de obstáculo. Nos topábamos con obstáculos y pensábamos cómo sortearlos para encontrar la manera de llegar al producto final. [Con ‘More’] No hubo ninguno, ya sea porque hemos madurado, ya sea porque tuvimos la guía de James Ford. Quién sabe si las experiencias previas nos han protegido de pensar demasiado y exagerar las cosas.

He leído que muchas canciones o eran antiguas, o estaban pensadas para JARV IS. ¿Qué os empujó a unirlas? ¿Qué creéis que les dio el “el carácter de álbum”?
J: Bueno, ya habíamos compuesto ‘The Hymn of the North’, la tocamos y fue bien. Fue bueno trabajar en algo nuevo mientras estábamos de gira. Nos dimos cuenta de que podíamos hacerlo. Todos aportamos ideas y yo repasé algunas canciones. Por ejemplo, ‘Slow Jam’. Esa es una canción que con JARV IS la toqué una vez, pero era muy deprimente porque no tenía ritmo. Sabía que era buena, así que se la puse a Chilly Gonzales y le dije: «Me gusta mucho esta canción, pero es demasiado deprimente y no quiero que sea así». Porque el mensaje de la canción es que no sientas que las cosas van lentamente hacia la muerte. En vez de eso, toca una jam lentamente. Eso está bien. Un concepto es bueno, el otro es terrible. Entonces él sugirió: «¿has probado el Jersey Beat?». Contesté: «¿Jersey Beat? ¿Qué es el Jersey Beat?”. Y él lo tocó en el piano y… [se dirige a Nick, que se está partiendo de risa otra vez] Hay una cinta grabada de eso. Quizás quieras escucharla. Así que él lo hizo con su voz [uh-uh-uh, imita Jarvis] mientras yo tocaba los acordes. Una versión fantástica. Y pensé: «vale, esto podría funcionar». Y entonces lo hicimos en el ensayo. [a Nick] ¿Cómo lo hiciste? O sea, Nick lo hizo casi de inmediato. Fue como si hubieras nacido para hacer Jersey beat.
N: Talento, simplemente [risas]. Bueno, tú intentabas orientarnos con el sintetizador y luego hubo mucho de “ajustemos esto un poco así o de esta otra manera”.
J: Fue así. Recogimos cosas de todas partes y las probamos. Y las que sonaban bien, las grabamos. Luego íbamos a comer. Y después de comer nos sentábamos, poníamos las canciones y luego todos les poníamos notas.
N: Sí, tuvimos una sesión de calificaciones. 
J: Entonces sumábamos las notas y veíamos cuál había obtenido las mejores puntuaciones. Recuerdo que ‘My Sex’ obtuvo la puntuación más alta. 
N: Un poco como Eurovisión.
J: Pero esa fue la manera de decidir qué funcionaba y qué no.

- Publicidad -

Ahora voy a continuar con preguntas deprimentes, lo siento. ‘We Love life’ se iba a llamar ‘Pulp Love Life’, creo que lo cambiasteis tras los atentados del 11S. Este nuevo disco se titula ‘More’. ¿Tenéis miedo a que suceda algo que os vuelva a hacer cambiar el titulo?
J: Ya te digo. Me preocupa mucho que algo horrible pueda suceder. La guerra puede estallar. No me gustaría nada. ¿Tú crees que puede pasar?

Yo sufro de lo que llamo “ansiedad apocalíptica”. O sea que te entiendo.
N: Hemos hablado antes sobre optimismo, así que tratemos de ser optimistas. Las cosas más horribles no van a pasar.

Pregunto esto porque Estados Unidos en 2001 tenía un presidente horrible. Y ahora tiene un presidente aún peor. Hay otras cosas que no imaginábamos en 2001: el auge del fascismo, el Brexit, el regreso de la Guerra Fría… Mi pregunta es: ¿os sentís pesimistas? Sin embargo, en el disco habláis de convertir el pesimismo en optimismo. Entonces, a pesar de todo el entorno, ¿crees que, como músicos, como ciudadanos, podemos cambiar este mundo? ¿Desacelerar hacia algo mejor?
J: Eso espero. Tenemos que intentarlo, ¿no? Creo que, como decíamos antes, no hay mucha oposición a lo que está pasando. Existe la sensación de que así son las cosas. ¿No es horrible? ¿Qué podemos hacer al respecto? Ese ha sido el sentimiento en política durante mucho tiempo: la gente no siente que tenga ningún poder (pausa). Pero si te das cuenta de que puedes marcar la diferencia y cambiar la manera en que vives tu vida, entonces tienes poder. Espero que eso suceda. El viejo estilo de política ha quedado obsoleto. En el Reino Unido tenemos a los Conservadores y al Laborismo, y el Laborismo se creó para dar derechos a quienes trabajaban en condiciones terribles, pero que hacían que el país funcionara. Ya sabes, los conservadores simplemente decían: dejémoslo como está, gente.
N: Y dadnos el dinero.
J: Pero el capitalismo ha evolucionado hacia una forma diferente de trabajar. Básicamente se traslada la explotación a otro país. A, no sé, Indonesia o donde sea. Así que se hacen acuerdos para que todo lo fabriquen otros en otra parte. Y eso pone a la clase trabajadora del Reino Unido en una posición extraña porque están como abandonados a su suerte…
N: Y se empiezan a tomar decisiones equivocadas.
J: En cierto modo, se vuelven nostálgicos. Voy a participar en una charla cuando regrese al Reino Unido mañana en la Tate Modern, con un tipo llamado Craig Oldham que escribió un libro titulado ‘In Loving Memory of Work’ [“En amoroso recuerdo del trabajo”], que trata sobre la huelga minera. La huelga minera fue un fenómeno considerable, especialmente en nuestra parte del mundo. La pérdida de las minas y las acerías destrozó profundamente las comunidades de Sheffield y South Yorkshire. Pero, como sabes, esas industrias eran lugares horribles para trabajar. Se respiraba humo, uno se quedaba sordo por el ruido. Pero la gente lo añora porque había sensación de unión. Y creo que ese es el desafío: no se puede, no se quiere que vuelvan las industrias contaminantes y que todos se mueran de nuevo a los 40.
N: Pero queremos esa sensación de comunidad.
J: Así que encontrar algo que haga que las personas se sientan unidas y parte del mismo equipo, en lugar de que todos quieran ser el papá o lo que sea, creo que es el gran desafío ahora.
N: Y todo se vuelve tan divisivo, ¿no? Hay como 2000 canales de televisión. Todos miran sus móviles y todos miran algo diferente. Es muy raro que haya una cosa que una a mucha gente. Además, a la gente se le ha dicho que ya no tiene ningún poder, ese tipo de cosas, durante años y años, cosas así, y la gente lo cree. Pero cuando piensan que tienen algo como una comunidad que los une, se dan cuenta de que sí tienen poder. Y espero que eso sea algo que salga a partir de lo que sucede en EEUU. Ha hecho que Europa ahora piense más como una. Somos estados pequeños semi pegados entre sí, aunque los británicos se han apartado de una manera absolutamente ridícula. Pero quizás esté haciendo que la gente del Reino Unido se dé cuenta del desastre descomunal que fue el Brexit, y que si te plantas [solo] ante Estados Unidos, simplemente te engullirá así de rápido. Pero si te das cuenta de que Europa es nuestra comunidad, entonces te dará un sentido de comunidad, de que todos estamos juntos y de que puedes tener el poder de no ser absorbido por el horrible capitalismo americano.
J: Es como intentar preservar la civilización, básicamente, lo cual es importante.
N: O podría ser que Europa se convirtiera en el último bastión de algún tipo de sociedad democrática. Y si no tenemos cuidado, eso también podría desaparecer. Pero… ¡tiempos felices! (risas)
J: Creo que la creatividad es una parte importante de eso. Porque la creatividad no solo se consume. Todos consumimos el mundo que nos rodea. Pero si puedes convertir eso en algo propio que te devuelva algo de poder, sabes que no eres solo un cliente.
N: Y de nuevo, quizás la música pueda contribuir en gran medida a salvar a todos. Ir a un concierto, sin importar si es más grande o pequeño, puede dar a la gente ese sentido de comunidad y decir: tienes el poder si te unes para hacer algo, incluso si solo estás pasando un muy buen rato viendo a algunos músicos tocar música que te gusta mucho. [Esto] podría impulsar la unión de la comunidad, llevarla más allá en los demás aspectos de nuestras vidas y darnos cuenta de que… ¡podemos salvar el mundo ahora! (risas).

«Jarvis: Crecí en un entorno dominado por mujeres. Aprendí sobre sexo escuchando a escondidas a mi madre y a sus amigas. Y era raro que, al intentar tener relaciones, siempre las criticara desde una perspectiva femenina, como: «¿Qué haces ahí?»»

Volviendo al disco, habla sobre todo de sentimientos, ¿no? De hecho, leo en la hoja promocional que una de las bases del álbum fueron los problemas de Jarvis para hablar de ellos: “Estaba poniendo cosas en canciones en lugar de hablar realmente con las personas involucradas”.
J: ¡Culpable!
N: ¿No lo somos todos?
J: ¿Todos? No. Eso es algo que yo siempre he tenido. Este disco se lo puse a mi mujer la primera. Bueno, mientras lo grabábamos le iba poniendo trozos. Y luego, cuando estuvo prácticamente terminado, se lo puse entero. Suena muy obvio, la verdad, pero si vives con alguien debería saber lo que haces. Pero yo nunca lo explicaba. Era como un secreto. Creo que porque cuando empecé en un grupo estaba en casa y tenía que hacerlo en la habitación. No quería que mi madre lo oyera, es como si te pillaran masturbándote o algo así. Es como “no quiero que lo oigas”. Estaba intentando hacer algo propio, solo para mí. Y así empezó todo. Así que fue difícil deshacerse de esa sensación de que era algo que interpretaría para otras personas que no conocía y les contaría todo lo que pensaba, pero no se lo diría a las personas cercanas a mí. Y obviamente esa es una forma un poco psicótica de vivir tu vida. Pero comencé así y así seguí haciéndolo. Se lo puse a Kim y le gustó, y eso fue un alivio. La única con la que me miró raro fue con ‘My Sex’. Me dijo: «¿estás tratando de decirme que eres gay?». Todavía me mira un poco raro cuando la escucha.

¿Por el verso “I haven’t got an agenda/I haven’t even got a gender” (No tengo un plan secreto/Ni siquiera tengo un género)? Precisamente mi si siguiente pregunta es sobre esa canción. Es un poco “Jarvis contra la masculinidad tóxica”, ¿no?
J: Sí. Crecí en un entorno dominado por mujeres. Aprendí sobre sexo cuando, ya sabes, necesitaba averiguar algo, escuchando a escondidas a mi madre y a sus amigas. Y era raro que, al intentar tener relaciones, siempre las criticara desde una perspectiva femenina, como: «¿Qué haces ahí?». No me criaron con una visión muy positiva, así que, bueno, terminé con una visión del sexo… (pausa) un poco complicada.

Recuerdo la nota interior de ‘This Is Hardcore’. Rezaba: “It’s OK to grow up – just as long as you don’t grow old. Face it… you are Young” (Está bien hacerse mayor, siempre y cuando no te hagas viejo. Acéptalo… eres joven). ¿Aún opinas igual? Hacerse mayor es otro de los temas principales de este disco…
J: Sí. Creo, que lo más positivo es que uno crece, aprende un poco sobre el mundo y sobre sí mismo, pero tiene que seguir interesado en el mundo. Para mí, envejecer significa creer que ya está todo hecho. Que lo has visto todo. ¿Para qué molestarse? Y eso es muy negativo. Mientras mantengas la curiosidad y quieras descubrir cómo funciona todo, todo está bien.
N: Mentalidad positiva.
J: Eso.
N: Me gusta considerarme una persona positiva. Me encanta aprender cosas. No sé qué he aprendido en los últimos días, pero he aprendido algo. La curiosidad y el interés nos mantiene jóvenes.
J: Lo difícil es recordar las cosas. Apunto cosas en mi móvil todo el rato.

En ‘Spike Island’ hay un verso que te define: “I was born to perform. It’s a calling. I exist to do this”… (“Nací para actuar. Es una llamada. Existo para hacer esto”)
J: “Shouting and pointing”(“gritando y señalando”).

Sí. Leí tus memorias, ‘Buen pop, mal pop’ ([editado en España por Reservoir Books, ndr]. ¿Tuviste alguna vez un “plan B”?
J: No (tajante). O sea, nunca un tuve un trabajo ni nada por el estilo. Ese verso, «Nací para interpretar», empecé a decirlo al final de los conciertos, y luego Jeanette me dijo que no lo hiciera. Ese es otro ejemplo [de su perspectiva]. Dijo que sonaba un poco creído o algo así y que dejara de hacerlo. Así que dije, vale, está bien. Me alegro de que terminara en una canción (pausa). No nací para actuar, es decir, no nací en una familia de artistas o intérpretes. Mi padre había cantado, pero se fue antes de que yo fuera consciente de eso. Y mi madre no podía cantar ni para salvar su vida. Eso no le frenó para hacerlo muy fuerte en cualquier evento familiar. Era muy doloroso estar cerca. Así que no nací para convertirme en esto. No nací en una dinastía de artistas. Pero siempre quise estar en un grupo desde que tenía siete años, más o menos. Probablemente por los Beatles. Mucha gente los nombra porque era un grupo que venía como de la clase trabajadora y se convirtieron en la banda más grande y mejor del mundo, lo que animó a millones de personas a decir: «nosotros también podemos hacerlo».
N: Nunca tuve a nadie en la familia que fuera musical de ninguna manera. Cuando empecé a tocar, no había ningún tipo de apoyo entusiasta. Había un ánimo benévolo, en plan dejarte solo para que tiraras adelante, ¿sabes? Pero no había ese «¡Sí! ¡Vamos a pagarte unas clases! ¡Te vamos a acompañar a comprarte un instrumento!». No. Era simplemente «haz lo que haces, ponte manos a la obra». Así que simplemente lo hacías sin pensarlo: si es divertido, adelante.

Lo más visto

No te pierdas