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La supuesta víctima de violación de Conor Oberst reconoce que se inventó todo

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conor-oberst-2014Conor Oberst fue acusado de haber violado a una mujer en los comentarios de un blog el año pasado. Su representante, a pesar de que no suele contestar rumores de internet, esta vez tuvo que enviar un comunicado negando todo, cuando el asunto se salió de madre. Conor Oberst decidió denunciar a quien le acusaba, Joanie Elizabeth Harris, por difamación.

Ahora Joanie ha enviado un comunicado reconociendo que todo era mentira y pidiendo disculpas:

«Las declaraciones que hice y repetí online y en todas partes durante los pasados seis meses acusando a Conor Oberst de violarme son 100% falsas. Me inventé esas mentiras sobre él para llamar la atención mientras estaba pasando un periodo difícil de mi vida tratando de lidiar con la enfermedad de mi hijo. Públicamente retiro mis declaraciones sobre Conor Oberst y sinceramente le pido disculpas a él, a su familia y a sus fans por haber escrito estas cosas horribles sobre él. Me doy cuenta de que mis acciones estuvieron mal y pudieron perjudicar a las verdaderas víctimas de agresiones sexuales y por eso también pido disculpas. Siento de verdad todo el dolor que he causado».

Un representante de Conor ha dicho que esta disculpa ha llegado siete meses después de que hayan intentado localizar a esta mujer por todos los medios.

Por suerte Conor ha podido seguir con su vida adelante y su nombre está entre los grandes conciertos que hemos visto en Bilbao BBK Live, donde acudía para presentar ‘Upside Down Mountain‘.

¿Homenaje a Robyn en el vídeo de The Ting Tings?

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El nuevo disco de The Ting Tings, ese que han grabado en Ibiza y que llevará por título ‘Super Critical’, saldrá a la venta a finales de este año. El primer sencillo, ‘Wrong Club’, ya cuenta con un videoclip propio en el que la parte femenina aparece luciendo un pelo que para sí querría Lady Gaga, bailando en un hangar vacío rodeada de luces. Todo es un poco ‘Call Your Girlfriend’ de Robyn, pero se lo perdonamos.

Cruïlla Barcelona 2014: la gran comunión con el público de Damon Albarn, Band of Horses y Vetusta

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damonPaso a paso, miles de personas de todas las edades se adentraban en el que iba a ser su hogar durante tres tardes y dos madrugadas. Crestas de colores mezcladas con triciclos se movían siguiendo la marea que les conducía a los conciertos de los artistas que harían de Cruïlla una peculiar obra de arte formada por estilos muy diferentes entre sí.

El público parecía expectante por ver a Angus & Julia Stone en el escenario Deezer. El dúo australiano resultó camaleónico: encandilaron con su parte más sensible tocando temas como ‘For You’ pero también con su versión de ‘You’re the one that I want’, el clásico de ‘Grease’. Ambos temas mostraron la cara más seductora de Julia Stone, quien detrás de esa apariencia de muñeca de porcelana tiene una voz y un aura de auténtica felina. El dúo rompió su apariencia inocente con ‘Private Lawns’, donde todos los miembros de la banda se lucieron en una orgía instrumental marcada por los saltos y aplausos del público. No faltaron ‘Big Jet Plane’ ni ‘Paper Aeroplane’, canciones que fueron recibidas con coros y gritos de júbilo. Angus debutó con temas como ‘Mango Tree’, momento en el que el público le animó vivamente a seguir hipnotizándoles. Los hermanos Stone también hicieron la versión de The National ‘Bloodbuzz Ohio’, que fue cantada por los asistentes, moviéndose al ritmo de la guitarra de los australianos. También presentaron un nuevo tema, ‘All the Things’, donde demostraron una complicidad ineludible tanto en sus miradas como en su canto.

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El sol se escondía tímido ante la llegada del británico Damon Albarn. Su entrada fue triunfal: gritos, silbidos… la euforia de los asistentes se palpaba. Empezó su concierto con ‘Lonely Press Play’ y ‘Everyday Robots’, canciones de su nuevo trabajo en solitario. La experiencia de los años se mostraba en el ritmo que tenía al moverse por el escenario: se dirigió al público clamando al cielo, venciéndoles con agua de su botella, pidiendo más pasión y entrega de cada uno de sus feligreses. Deleitó a los asistentes con perlas de sus antiguos trabajos con Gorillaz como ‘Tomorrow comes today’, ‘Kids with guns’ y ‘Slow Country’, canción en la que se acercó a sus fans, estrechándoles la mano mientras seguía cantando. Sorprendió con ‘Three Changes’, tema de otra de sus formaciones, The Good The Bad and The Queen, momento en el que sacó su parte más cómica poniéndose a bailar con uno de los miembros del grupo. Volvió a sus canciones más íntimas con temas como ‘Hostiles’, donde mostró su parte más intensa y sincera, cerrando los ojos al tocar, adentrándose por completo en cada una de sus actuaciones, y en ‘Hollow Ponds’ provocó una tormenta eléctrica con la pasión con la que tocaba el piano. Las canciones en las que más emocionó fueron tres joyas que dejó para el último tramo: ‘Clint Eastwood’, la mítica canción de Gorillaz que hizo saltar a todo el público al unísono; ‘Mr Tembo’, single de su último disco en el que hizo subir a la grada a un fan; y la final ‘Heavy Seas of Love’, apoyado por un coro formado por 6 cantantes.

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Todo el ambiente estaba bañado por el sabor del mar cuando Band of Horses irrumpieron en el escenario. El grupo empezó con ‘For Anabelle’ de su álbum ‘Infinite Arms’, seguido por ‘The First Song’, de su primer trabajo ‘Everything all the time’. La afonía que sufría el cantante no le impidió transmitir pasión: su voz salía con rabia, desgarrando sus cuerdas vocales como si sacara cada una de sus emociones en cada palabra cantada. Ben dedicó al público ‘No one’s gonna love you’, momento que sirvió para crear un vínculo que se mantendría toda la actuación. Todos los presentes cantaron a coro el estribillo a la vez que se movían de un lado a otro suavemente. “I love you everybody”, gritaba dichoso el líder de la banda. La melancolía se palpaba cuando tocaron ‘The other way’: Ben se adentró en el escenario en busca de un cigarro, fumándoselo lentamente mientras cantaba con el respetable, que le escuchaba devoto. Sonaron ‘Detlef Shrempf’, ‘Get me down’ y ‘Weed Party’, y el cantante hizo un brindis mientras cantaba ‘Laredo’, dedicándolo a cada una de las personas que estaban escuchando su concierto. En ‘Is there a ghost’, Ben cambió la letra a “is there a ghost en mi casa”, provocando más gritos y carcajadas de las que ya colmaban el ambiente. “I wanna fucking party with you”, aullaba Ben en otro momento. Estos instantes hacían más dinámico y cercano el espectáculo, rompiendo toda barrera entre cantante, grupo y público. Tampoco se olvidaron de su faceta más tierna, tocando temas como ‘Evening Kitchen’, ‘Infinite Arms’ y ‘Long Vows’, ocasiones en las que los mecheros y los móviles brillaron. Se despidieron con el tema más ansiado por sus oyentes, ‘The Funeral’. El grupo se fue entre gritos y aplausos, dejando un sabor dulce en cada uno de los oídos que les habían estado escuchando.

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El último concierto del día que pudimos ver, pero no el menos aclamado, fue el de los madrileños Vetusta Morla. El escenario estaba a oscuras cuando entró Pucho, acorralado entre silbidos y gritos apasionados de los que aguardaban su aparición con anhelo. Un foco iluminó al cantante, quien comenzó su función con un solo de batería que fue acogido con fervor. Poco a poco fueron apareciendo cada uno de los miembros de la banda, empezando el concierto con el single homónimo de su nuevo álbum ‘La deriva’. El escenario se fue llenando paulatinamente de humo rojo, presentando así por supuesto ‘Fuego’. A esta le siguió ‘Golpe Maestro’. Pucho introdujo la siguiente canción con palabras llenas de conciencia social: “Lo que vivimos ahora es un periodo de pura transformación. Y esto se refleja en canciones como la que viene ahora”: ‘Un Mosquito en la Pared’. En el fondo del escenario se veían unos mosquitos reflejados en la pantalla, demostrando lo atentos que están a todo detalle. Con ‘Lo que te hace grande’ y ‘Otro día en el mundo’ Pucho se dejó la voz y el alma en cada verso que iba acompañando al ritmo de la pandereta. Mientras cantaba ‘Cuarteles de invierno’, las luces parpadeaban como flashes incesantes al ritmo que Pucho rezaba “sólo necesito despegar”, batiendo sus brazos como si de propias alas se trataran, mimetizándose con la letra del corte. La percusión se lució con ‘Mapas’, momento en el que varios miembros empezaron a tocar a la vez para marcar aún más el ritmo, asimilándose así a una danza tribal que embrujaba a todos los asistentes. Y donde el público enloqueció ya del todo fue en los míticos ‘Copenhague’, ‘Valiente’ y ‘Maldita dulzura’, momentos en los que se oía a cada uno de los presentes gritar a vivo pulmón cada uno de los versos de las canciones. Otro detalle propio de lo sencillo pero pensado del show de Vetusta Morla fue el atrezzo de ‘La cuadratura del círculo’, donde unos faros de forma cuadrangular se alternaron con unos focos redondos. ¿Casualidad? En absoluto. “Nos vamos bailando con ‘Fiesta Mayor’”, decía Pucho tratando de engañar al público. “¡Barcelona! ¡Qué bien os portáis siempre hostia!”, gritaba entusiasmado. El conjunto madrileño se despidió con ‘El hombre del saco’ y ‘Los días raros’, finalizando con unas sabias y valientes palabras: “Hay derivas emocionales, políticas, sociales, musicales, sexuales, románticas… ¡Ya nada es como era antes!” Cada cual que tome sus medidas. ¡No hay nada que no seamos capaces de hacer! ¡No hay miedo!”.

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Fotos: rousgamonal.

Primer avance de ‘American Horror Story: Freak Show’

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Como era de esperar, comienzan a aparecer en la red los primeros avances de la que será la nueva temporada de ‘American Horror Story’. Bajo el subtítulo de ‘Freak Show’, esta nueva temporada intentará contentar a la legión de seguidores que se dio de baja con la anterior. Este primer avance no es muy revelador pero ya nos abre el apetito de cara al próximo otoño, cuando se estrene la nueva tanda de episodios.

Actualización: El vídeo se trata de un «fake» hecho por un fan de la serie.

Amaia Montero, el popurrí sofisticado

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Extraído de su nuevo disco de título imposible, ‘Si Dios Quiere Yo También’, la cantante Amaia Montero estrena el videoclip para el sencillo de presentación. Se trata de ‘Palabras’, esa canción que su discográfica anunciaba con un “sonido sorprendente”.

Dirigido por Beatriz Abad, el clip refleja, otra vez según su discográfica, a la cantante «en un halo de sofisticación” en un videoclip que “combina conceptos tan diferentes como la cercanía, el positivismo y el realismo, con lo onírico y lo sofisticado”. En realidad, hay que ponerle mucha imaginación para ver todo eso en medio del popurrí de imágenes y conceptos.

Los asistentes del Bilbao BBK Live fueron leyendas del rock

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La nueva edición de Bilbao BBK Live se ha cerrado con un éxito rotundo, con un récord absoluto de asistencia de 139.000 personas, 40.000 por cada una de las tres jornadas en el recinto de Kobetamendi y 19.000 asistentes a actividades en diferentes puntos de Bilbao. De los conciertos de jueves, viernes y sábado ya os hemos hablado, ¿pero qué ha pasado con la iniciativa de Heineken «Nivel Bilbao» que se viralizó en internet logrando 700.000 visualizaciones en Youtube? Era difícil imaginar un techo mayor para una acción de este tipo y finalmente miles de asistentes pasaron por el espacio de la marca en el recinto para convertirse en estrellas del rock durante un día. Las opciones del público eran caracterizarse como una estrella, posar en un photocall, romper una guitarra contra un amplificador y, la prueba definitiva, «lanzarse a su público como los más grandes de la historia». Estas son algunas de las fotos.

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Kasabian / 48:13

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48 13‘Eez-eh’ es una macarrada de primera pero me gusta por diversos motivos. El primero, porque es realmente infecciosa, va directa al grano y no se anda por las ramas. El segundo es que desenmascara la excesiva simpleza de Kasabian desde sus inicios, por más que parte de la prensa británica y sus fans se hayan esforzado en demostrar que son una banda más rica e imaginativa de lo que en realidad son. Este tema fue el primer single de su quinto álbum de estudio, ’48:13′, publicado hace unas semanas y, tras el ameno ‘Velociraptor!‘, parecía que los de Leicester buscaban quitarse definitivamente la careta y admitir que nunca fueron los nuevos Primal Scream, sino unos hábiles imitadores de algunos de sus trucos. El cetro del hooligan pop, que solían sostener unos Kaiser Chiefs hoy de capa caída, queda ya en sus manos.

Bromeaba Serge Pizzorno, cuando le entrevistábamos hace un par de años, sobre su productor más recurrente, Dan The Automator, del que decía que se limitaba a decirles cuáles eran los mejores restaurantes de la zona y poco más. Obviamente, no se podía tomar en serio, pero lo cierto es que en este nuevo álbum han prescindido de él y su ausencia se nota. A la vista de los resultados, es fácil pensar que, si uno conseguía escuchar discos como ‘West Ryder Pauper Lunatic Asylum‘ o el citado ‘Velociraptor!’ sin pensar más de la cuenta en los autores de ‘XTRMNTR’ o en el electro-rock de Death In Vegas, era por su culpa.

Y es que, en aras de la sencillez que dicen haber buscado en su sonido, reduciendo al máximo los arreglos de las canciones, lo que han logrado es mostrar su debilidad como creadores, dejando al desnudo su falta de originalidad, su nula capacidad de evolución (diez años después, poco ha cambiado sobre ‘Club Foot’) y la simpleza, por momentos insultante, de sus melodías. Así, hay que lidiar con momentos tan bochornosos como una ‘Treat’ que, aunque comienza apabullando, culmina en una innecesaria outro de pseudo-house barato, que da vergüenza de simplona y hueca que es; o una aburrida ‘Glass’, que dice mirarse en ‘Yeezus’ (¿de verdad?) y que culmina con un rap de Suli Breaks con supuesta carga política (frases como «uno de los mayores criminales que he conocido llevaba traje y corbata» dan bastante penilla); o una flojita recta final en la que hay que soportar ‘Clouds’ (Oasis pasados por un filtro electro-carnavalero) o las horribles, dignas de un pre-adolescente, letras de ‘Bows’ y ‘S.P.S.’, a la altura de canciones tan irrelevantes.

Pero, pese a sus defectos, tampoco es para ensañarse con ’48:13′. Si nos tomamos ese proceso de simplificación como una forma de humildad, volvemos al primer párrafo, a ese reconocimiento de su música como una eficaz fórmula para engorilar a las masas. Y, en ese plano, uno puede visualizarse perfectamente sacando el macarra que lleva dentro ante la contundencia incontestable de ‘Bumblebee’, ‘Stevie’, el electro-ska saltarín de ‘Doomsday’, esa rotunda primera mitad de la ya mentada ‘Treat’, el atractivo y facilón gancho de ‘Explodes’ o esa ‘Eez-eh‘ que, por más que su de nuevo sonrojante letra se esfuerce por denunciar el espionaje de Google, simple y llanamente incita al baile más loco.

Kasabian actúan esta semana en el Festival Internacional de Benicássim, como cabezas de cartel del viernes día 18.

Clasificación: 6/10
Lo mejor: ‘Eez-eh’, ‘Bumblebee’, la primera mitad de ‘Tread’
Te gustará si: lo tuyo es fundirte en la masa más hooligan
Escúchalo: en Spotify

Radiohead empezarán a grabar en septiembre

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RadioheadJonny Greenwood, guitarrista de Radiohead, sigue aportando pequeños datos sobre el nuevo disco de la banda. Si hace unos meses comentaba que el grupo intentaría averiguar la dirección de su nuevo sonido a partir de otoño, ahora ha confirmado que el grupo tiene planeado entrar en el estudio en septiembre. «Empezaremos a tocar, ensayar y grabar en septiembre, a ver cómo suena», han sido exactamente sus palabras para un programa de radio de la BBC.

La continuación de ‘The King of Limbs‘ será el noveno álbum de estudio de Radiohead. Igual tampoco les corre mucha prisa sacarlo, con Thom Yorke ahora metido en Atoms for Peace, Greenwood ocupado con sus proyectos de música clásica o Philip Selway a punto de lanzar nuevo disco en solitario.

Rihanna celebró con Alemania su victoria en el Mundial

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rihanna-alemaniaNo sabemos demasiado sobre el nuevo disco de Rihanna, pero sí que la cantante ha seguido el Mundial y lo ha ido comentando a través de Twitter. A pesar de su comentario desafortunado sobre Chris Brown, que mucha gente considera que fue fake y mucha otra cree que nunca se podrá saber a ciencia cierta, más divertida fue en cualquier caso su celebración de la final del Mundial. Primero saludó a Pelé, luego animó a Alemania y finalmente tuvo la suerte de celebrar su gol ante Argentina en la prórroga -el que les dio la victoria- con el mismísimo equipo ganador. Hubo besos para la Copa y por doquier en una noche que ni ellos ni ella olvidarán fácilmente.

101 Sun Festival: BRMC y Temples triunfaron el sábado

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Durante el segundo día ya teníamos la certeza de que el protagonista del 101 Sun Festival era el sol, pero también el ‘indie’ entendido como género musical y las guitarras como instrumento protagonista. Sin embargo, la segunda noche dio la sensación de ser más completa y mejor armada, con equilibrio entre las bandas de reclamo popular como Amaral o Crystal Fighters y los que ofrecieron una propuesta exigente y personal de manos de Temples o BRMC.

Los primeros conciertos eran aperitivos que apenas duraban 30 minutos. Nada que objetar ante propuestas interesantes como las de Fila India o We are Standard, pero no parecieron sentirse del todo cómodos en ese horario. Sorprendieron gratamente Grises; los vascos, con su épica ‘teen’ y sus letras vitalistas, presentaban su último disco, que inaugura una nueva etapa en Sony. Las canciones quedaron muy fluidas y bien interpretadas, todas mejoran en un directo eficaz en el que se incluyen elementos electrónicos que hacen más atractiva la escucha. Sin duda, la suya fue una de las actuaciones que más sorprendieron a una audiencia quizás escasa, pero entregadísima al derroche de eslóganes que inundan sus letras.

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Según en qué estado te encuentres, un concierto de Russian Red en un festival puede ser un bajón de dimensiones considerables o un momento para dejarse intimidar por la candidez (o languidez, según se mire) de sus composiciones. En este caso nos inclinamos por la segunda opción, en parte gracias a la banda que acompaña a Lourdes Hernández en sus conciertos, que se hacen eco de la producción cada vez más sofisticada de sus trabajos de estudio. Como era de prever, las canciones nuevas de ‘Agent Cooper‘ no tuvieron la misma aceptación de su imprescindible ‘Cigarettes’, capaz de hermanar a la audiencia que, poco a poco, se iba levantando del césped.

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Uno de los momentos más inaccesibles llegó con los madrileños Toundra: post rock de réquiem para las ocho de la tarde. Canciones larguísimas y más guitarras entregadas a un noise saturado que hicieron las delicias de sus admiradores, conscientes que bajo un estilo tan trillado se esconden gratos destellos de genialidad y un sólido virtuosismo instrumental. Y entre tanto vaquero y tanta camiseta, Temples aportaron una nota de color y dieron la bienvenida a una preciosa noche de luna llena con su psicodelia suave. Su presencia escénica nos deslumbró por su actitud, por sus pintas, por esos pelos y por lo conectados que en todo momento estuvieron con el público. De hecho, ese día era el cumpleaños de su cantante («cumple quince», bromeó el bajista) y vaya si lo celebraron. Los británicos desgranaron con estilo su único trabajo largo, ‘Sun Structures‘, que demuestra que ofrecer un buen producto no siempre va ligado a crear algo nuevo. Canciones con estribillos pegajosos, buenísimos riffs y excelente acogida de singles como ‘Mesmerise’, ‘Keep In The Dark’ o ‘Shelter Song’.

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Como viene siendo habitual, lo primero que sonó en el concierto de Amaral fue una canción de la Velvet Underground: la voz de Nico en ‘All tomorrow’s parties’ resultó ser el trance perfecto para después de Temples, y volvió a poner de manifiesto que los zaragozanos tienen un gusto musical que excede a su propio producto. Creo que no hubo ni un solo grupo en este festival que no alabara a la ciudad de Málaga, a su clima o a su gastronomía, pero Eva Amaral fue sin duda la artista más agradecida y se mostró encantadísima de pisar ese escenario. Enseguida sonaron ‘Kamikaze’ y todas estas canciones propias tan reconocibles, tan suyas como ‘El universo sobre mí’, ‘Sin ti no soy nada’ o ‘Cómo hablar’, temas a los que resulta difícil no sentirse atraído de alguna manera. Puede que se conecte más o menos con ellos, pero lo que siempre queda claro es que Amaral es una banda que se ha ganado el respeto y el cariño del público propio y ajeno gracias a la honestidad que siempre han demostrado en toda su carrera. Incluso cayeron un par de adelantos a su próximo disco, canciones aún sin bautizar y que no parecen tan reivindicativas, y uno de los pocos «bises» propiamente dichos de la jornada, que ya acumulaba un retraso que tendría consecuencias más adelante.

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Como un as bajo la manga, todavía nos quedó otro momento memorable para esta primera edición. Una guitarra, un bajo y una batería son suficientes para que Black Rebel Motorcycle Club derrochen un espectáculo original y genuinamente americano, con el paso firme de una banda que tiene en el directo su mejor baza, el espacio natural de un sonido pantanoso que ha permanecido prácticamente intacto en sus siete trabajos de estudio, como una reliquia. Con unos pocos elementos, BRMC son capaces de resucitar el espíritu del rock en pleno 2014 con canciones como ‘666 conducer’ o, precisamente, ‘Whatever happened to rock and roll’, trasladándonos desde el estadio de atletismo hasta una taberna de motel de carretera gracias a la distorsión y a una batería que da empaque al conjunto. El final con ‘Spread your love’ fue apoteósico y nos dejó con ganas de más.

crysta-fighters-101Unas ganas con las que algunos nos tuvimos que volver a casa, aunque sospecho que los que nos resistimos a los encantos de Crystal Fighters fuimos minoría. O eso, o el público aceptó de buena gana su propuesta con el convencimiento de que quedaba poco tiempo de festival. Quince segundos de ‘Solar system’ fueron suficientes para encender la mecha, que a estas alturas ya estaba empapada de combustible. Con su habitual parafernalia hippie, sus melodías de anuncio, las plumas y sus estampados tan de Desigual, los británicos dieron muestra de sus canciones a las que quizá les pese demasiado la voluntad de convertirse en himnos. El público pasó por el aro y coreó a gritos cada uno de los «oé oé» como si estuvieran animando a su selección en Maracaná. Aparentemente algo perjudicado, el cantante elaboró un discurso trasnochado sobre la luna, la percepción y la paz mundial, como si Aldous Huxley en persona se le hubiera aparecido en los camerinos. Su actuación sirvió de despedida porque a partir de entonces nada salió bien. Tras un silencio de diez minutos y un retraso de más de treinta, en el mismo escenario aparecieron Kill the hipster, que empezaron una sesión enlatada, absurda y sin gracia. Para colmo, el sonido salía sólo de los monitores que estaban situados en el escenario, aunque su «sesión» duró poco más de quince minutos, un detalle de la policía municipal, que acechaba al festival con un acoso policial de campeonato: controles en los accesos, multas por beber en la calle y por supuesto corte del sonido imperativo a las 3:30, ni un minuto más.

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Los municipales, como programadores involuntarios, también fueron responsables de que los conciertos del domingo en el centro cultural de La Térmica se adelantaran una hora, y en sus jardines nos rifábamos las sombras. Sin duda, mereció la pena armarse de valor y aguantar el calor: si el sábado sobresalieron Second (gran momento el de ‘Rincón exquisito’) y el vocoder de The Royal Concept, el domingo fue el día para que Dorian, el grupo sorpresa que nos tenían preparado, pusieran el broche final a estos tres días de música. Justo antes actuaron Lisa & The L.I.P.S., el nuevo proyecto de la vocalista de The Bellrays, Lisa Kekaula, una especie de Lola Flores negra que también nos sonaba por sus colaboraciones con Basement Jaxx o The Crystal Method. Su enérgico y divertidísimo soul rock lleno de versiones fue la recompensa definitiva al esfuerzo del público ante quizás el concierto más bailable de todo el festival y que no habría desentonado a cualquier otra hora, porque son estupendos. Poco después, Marc de Dorian dedicaba el concierto a los asistentes, unas 700 personas (en total 22.000 los tres días), «los campeones del 101 Sun Festival». Las altas temperaturas no impidieron que hicieran gala de su oscuridad. Con unos problemas de sonido menores y que sólo afectaron al teclado de Belly, el público, que se sabía selecto, se entregó a su repertorio, desde ‘Te echamos de menos’ hasta las consabidas ‘A cualquier otra parte’ o ‘La tormenta de arena’, canciones ideales para una despedida.

La continuidad del 101 Sun Festival, que tiene a la ciudad de Málaga como principal reclamo, ya está asegurada por los organizadores. Tras una primera edición correcta en el apartado técnico y con buenos momentos en lo artístico, parece evidente que tendrá que ampliar el abanico de estilos de música y quizás plantearse si la ubicación elegida es la más adecuada. Sobre todo si quieren parecerse al FIB que, según dicen, es el espejo en el que quieren mirarse. Nosotros, sea cual sea su decisión, lo seguiremos de cerca.

Muere la escritora Nadine Gordimer

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nadine-gordimerLa escritora sudafricana Nadine Gordimer ha muerto en su casa de Johannesburgo a los 90 años de edad. Gardimer recibió el premio Nobel de literatura en 1991, entonces la primera mujer en 25 años que lo lograba, y ha sido reconocida por su lucha contra el apartheid, los conflictos interétnicos y la pobreza a escala nacional e internacional. Gordimer llegó a ser miembro del Congreso Nacional Africano y fue una de las primeras personas con las que se reunió Nelson Mandela tras su elección como presidente de África en 1994.

Gordimer nació en un pequeño pueblo cercano a Johannesburgo en 1924 y publicó su primer relato con tan solo 15 años de edad. Autora de libros como ‘La historia de mi hijo’ o ‘Mundos extraños’, entre otros, tres de ellos prohibidos por el gobierno sudafricano durante el apartheid, la escritora fue elegida doctora «honoris causa» en más de una docena de ocasiones por universidades como las de Yale, Harvard, Columbia y Cambridge. Entre sus numerosos galardones, aparte del Nobel, se encuentra el de la Academia Americana de las Artes, el cual recibió en 1978.

‘God Help the Girl’, la película

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belle and sebastianTras años de especulaciones, al fin habrá película de ‘God Help the Girl’, aquel proyecto musical de Stuart Murdoch de Belle & Sebastian en solitario en el que todas sus intérpretes eran mujeres de Glasgow. Murdoch ha escrito y dirigido el film y por supuesto también ha compuesto su banda sonora, cuya cubierta es la que véis. Ha producido la obra, eso sí, Barry Mendel, que ha trabajado en películas como ‘La boda de mi mejor amiga’ o ‘Los Tenenbaums’.

Protagonizada por Emily Browning de ‘Una serie de catastróficas desdichas’, Hanna Murray de ‘Juego de tronos’ y el líder de Years & Years Olly Alexander, ‘God Help the Girl’, cuenta Murdoch, «le ocurrió a un chico y a una chica y a una chica en una ciudad más o menos igual de grande y habitada que Glasgow». Murdoch continúa: «A lo mejor los canales eran más sucios, los rascacielos más altos, las calles más vacías cuando procedía y los clubs más concurridos de lo que lo son aquí, pero en general la ciudad era esa misma».

‘God Help the Girl’, película y banda sonora, estarán disponibles en cines y tiendas de discos respectivamente a partir del 5 de septiembre pero habrá una presentación en vivo unos días antes, el 18 de agosto. Os recordemos que el grupo escocés prepara nuevo disco para los próximos meses supuestamente inspirado en Eurovisión.

Bilbao BBK Live 2014: Black Keys y MGMT cerraron el sábado

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La jornada del sábado sirvió para poner fin a la novena y más exitosa edición del Bilbao BBK Live. Un festival que ha conseguido sumar casi 140.000 asistencias si sumamos las actividades gratuitas que se organizaron en Bilbao y que incluían conciertos de Biggot y Novedades Carminha. Puede que a la organización todavía le quede matizar un poco algunos detalles como la posibilidad de cambiar de emplazamiento si la asistencia sigue creciendo, o poner un poco de orden con los escenarios y las carpas -el sonido de la carpa Vans pisaba los conciertos de un escenario Heineken que se quedó pequeño en prácticamente todos los conciertos-, pero es innegable que el BBK Live ha dado un salto cualitativo considerable en estos tres últimos años, consolidándose como uno de los mejores festivales del país.

M A J E S T A D salieron al Red Bull Tour Bus a presentar el estupendo ‘Música para pelear‘ y a pesar de los «problemas» técnicos, o precisamente por ellos, ofrecieron un directo bastante notable. El reducido público fue entrando cada vez más y, hacia el final, con ‘Sendero luminoso» -canción que tuvieron que volver a empezar- y ‘Madrid’, todos estaban asintiendo con la cabeza.

Belako_La carpa Sony se quedó pequeña para Belako. Los bizkaínos volvían al festival después de su accidentada actuación hace dos años y consiguieron convertirse en una de las sorpresas del día. Interpretaron su hit más reconocible, ‘Southern Sea (Beautiful World)’, a las primeras de cambio y, aun así, supieron mantener el interés durante los 50 minutos de directo gracias también a la variedad de estilos con la que juegan los de Mungia, versión del ‘Sinnerman’ de Nina Simone incluida.

‘Manhattan’ de Skaters ha sido otro de los discos que este año han pasado casi sin hacerse notar y que merece un poco más de atención. ‘Miss Teen Massachusetts’, ‘One of us’ y ‘Band Breaker’ bien lo merecen. Si su actuación en el festival, un poco perjudicada por lo interesante de las propuestas que se aglutinaron en esa franja horaria, ha servido para que alguien se haya quedado con su nombre, nos damos por más que satisfechos.

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Los Enemigos y Fira Fem coincidieron a las 20:00h. Los primeros en el escenario principal, desplegando su colección de hits ante una mezcla de público fiel seguidor de la banda y un montón de despistados que estaban ahí cogiendo sitio para The Black Keys, y los segundos en el Red Bull Tour Bus ante unos pocos asistentes que, al igual que sucedía con M A J E S T A D, salieron de allí deseando volver a verlos en unas condicionas más favorables.

Band of Horses, esa banda que ha ido perdiendo su lado más ruidoso mientras iba ganando adeptos, hizo que el Escenario Heineken resultase insuficiente dado el poder de convocatoria que tienen los autores de ‘Mirage Rock‘ y de lo bien que sonaron. ‘Funeral’ fue de lo más coreado junto con ‘Is There a Ghost’ y ‘No One’s Gonna Love You’. Una vez hubo terminado ‘Funeral’, los asistentes corrieron en desbandada a pesar de que los de Ben Bridwell todavía no habían acabado para poder disfrutar The Lumineers. Los autores de ‘Ho hey’ se convirtieron en un perfecto ejemplo de lo que programar un concierto a una hora poco apropiada puede llegar a implicar. Da igual que suenen bien, que el directo sea impecable o que demuestren que su repertorio no se basa en un único hit. El escenario principal, con un público que lo abarrotaba, estaba pidiendo a gritos que alguien enchufase una guitarra eléctrica y reventase tímpanos. Haber cambiado el horario y el escenario con Band of Horses habría supuesto que hoy estuviéramos hablando de los Lumineers como uno de los vencedores del festival como pasó el año pasado con Edward Shape and the Magnetic Zeros. Aun así, ni un «pero» se puede poner a su directo.

The Black Keys, el plato fuerte del día, salieron al escenario con Gus Seyffert y John Wood «escondidos» detrás de la batería y, desde el primer momento con ‘Dead and gone’, se convirtieron en lo más destacado del festival. Sonaron crudos – algunos se quejan de que les faltó sonido – y equilibraron el set list para que sonasen canciones de sus dos últimos trabajos, casi la mitad de ‘Turn Blue‘, quizá los temas más conocidos, sin olvidarse de sus anteriores Lp’s. Terminar con dos hits del calibre de ‘Fever’ y ‘Lonely Boy’, su ‘Wannabe’ particular, es algo que está al alcance de muy pocos y que el público supo agradecer, pero poner el broche final con ‘Little Black Submarines’ no se paga con dinero. Actitud -creo que ni saludaron, nada que ver con Prodigy y sus insufribles «bring it on, Bilbao»-, buen sonido y mejor repertorio. Puede que hace diez años tocasen en Bilbao ante una audiencia de unas 50 personas y que sea difícil de entender cómo es posible que ahora toquen delante de 40.000 pero, visto lo del sábado, lo que deberíamos preguntarnos es por qué no fueron masivos desde el minuto cero.

Si Auerbach y Carney rebasaron las expectativas, MGMT hizo otro tanto. El escenario Heineken, prácticamente intransitable, vio como unas proyecciones lisérgicas acompañaban a una de las propuestas más sólidas y originales del panorama actual. Para mi sorpresa interpretaron ‘Time to pretend’ y una locura de versión de más de 8 minutos de ‘Kids’ con las que contentaron a un sector del público que solo conocía esas canciones. Para los demás, abrieron con ‘Congratulations’ – ¿cuándo lo va a usar Wes Anderson en alguna bso? – y cerraron con ‘Alien Days’ convirtiéndose en el mejor broche final para un festival que pueda haber.

Aunque para broche final, la verbena indie que Eme Dj protagonizó en la carpa Sony. Voy a volver a citar a John Hughes pero la selección de canciones que sonaron, aunque puede parecer a priori un poco manida e intrascendente, encierra verdades filosóficas. Lo mismo que ‘Todo en un día’. ‘Mi gran noche’, ‘La revolución sexual, ‘I follow rivers’, ‘Tormenta de Arena’, ‘Años 80’ y demás, mezcladas exquisitamente, hicieron que el público bailase hasta morir.

Fotos: Musicsnapper, Rhythmandphotos & Tom Hagen

Blood Orange remezcla a Sia

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siaSia, que esta semana podría conseguir su primer top 1 en EE UU con ‘1000 Forms of Fear‘, ha sido remezclada por Dev Hynes, o lo que es lo mismo, Blood Orange.

La canción escogida por el productor, claro, ha sido ‘Chandelier’. ¿El resultado del experimento? Una pieza extraña e imaginativa que envuelve la gran melodía de la australiana en texturas tropicales y ritmos salpicantes. Una ‘Chandelier’ veraniega era posible.

SZA, de almacén en almacén

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szaSZA ha hecho un vídeo para ‘Julia’, a todas luces uno de los singles más claros de su álbum debut. En el clip, dirigido por Rodney Passé, podemos ver a una SZA luciendo diversos modelos y yendo de almacén en almacén, al parecer, en busca de un muchacho. ¿O será que este le lleva hacia esos ambientes oscuros? En cualquier caso, un buen vídeo de la autora de ‘Z’ que, os recordamos, presentaba colaboración con Jill Scott hace tan solo unos días.

La sensualidad de Sharon Van Etten

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sharon von ettenSharon Van Etten presenta vídeo para uno de los temas destacados de su último álbum, ‘Are We There‘. La pieza, mayormente en blanco y negro, acompaña el tema ‘Our Love’ y en ella la autora de ‘Magic Chords’ despliega toda su sensualidad en una habitación acompañada de un chico. Atentos, por cierto, al final del vídeo. Dirige Karen Collins.

Os recordamos que Sharon Van Etten actuará en nuestro país en diciembre.

Brandy versiona ‘Magic’ de Coldplay

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brandyLa gran Brandy, que prepara algo para este verano, ha versionado ‘Magic’ de Coldplay. La cantante ya mostró su admiración por la banda de Chris Martin en el pasado sampleando ‘Clocks’ en un tema de su último disco y ahora ha decidido marcarse una versión muy fiel a la original del single de presentación de ‘Ghost Stories‘. ¿Cómo le ha quedado?

101 Sun Festival debutó con Franz Ferdinand y Triángulo de amor bizarro

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franzferdinand101 Sun Festival ha nacido con la vocación de convertirse en el evento musical más importante de Andalucía. Todo olía a nuevo en este festival, ubicado en un estadio de atletismo en las afueras de la ciudad y reconvertido en un recinto con dos escenarios idénticos, uno enfrente de otro, sobre césped, donde los conciertos se alternaban con la misma oscilación de un metrónomo. Sin embargo, esa sensación de estar estrenando algo se quedaba a medias por culpa de una oferta musical sin demasiado espacio para la diferencia. El festival cuenta con muy buenos nombres en su cartel pero se han echado de menos nuevos descubrimientos.

La cancelación del concierto de The Struts por enfermedad del cantante y la sustitución de éste por un no tan atractivo dj set de Niños Mutantes provocó que muchos asistentes se tomaran la llegada con calma. Las altas temperaturas y los rigores del verano malagueño funcionaron como elemento disuasorio, y los primeros conciertos de la tarde apenas convocaron a un puñado de asistentes. Ni siquiera Polock, una banda relativamente exitosa que acudía a presentar su segundo disco, ‘Rising Up‘, fue capaz de atraer a mucha gente y eso provocó que su sonido se percibiera como una mera banda sonora de aterrizaje.

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El verdadero pistoletazo de salida estuvo protagonizado por la contundencia de los decibelios de Triángulo de amor bizarro, de una intensidad no apta para oídos sensibles. Últimamente, cada concierto de Triángulo se traduce como una nueva confirmación de su talento, en donde se advierten chispazos de brillantez enterrados en un noise deslumbrante. El público se entregaba sin remedio a un setlist certero, coronado con canciones como ‘Estrellas míticas’ o ‘De la monarquía a la criptocracia’ que hicieron vibrar el recinto mediante una saturación de volumen que alcanzó su punto más álgido en el enérgico final.

Los mallorquines L.A. continúan con una gira que ha pasado por ciudades como México D.F., Austin, Los Ángeles o Nueva York, como muestra de que el recorrido internacional de la banda parece no tener fin y parece superar la repercusión que tienen en su propio país. Con buen tino y profesionalidad, ofrecieron lo mejor de su repertorio y algún adelanto de su nuevo disco grabado, cómo no, en Los Ángeles y que estará listo para 2015. Su líder, Luis Alberto Segura, interrumpía los larguísimos silencios entre una canción y otra para alabar la cocina andaluza e incluso interrumpió la introducción de una de las canciones para señalar la presencia de un drone que grababa a los asistentes desde el cielo.

A estas alturas, Lori Meyers no tienen que esforzarse demasiado para demostrar el misterioso poder de atracción que ejerce sobre el público festivalero. ‘Una señal’, la primera canción de su repertorio, fue suficiente para meterse a la audiencia en el bolsillo, ejerciendo un reinado incontestable en los festivales por los que pasan, algo parecido al que tuvieron en su día Los Planetas, y «con las ganas que tengo de follarte» es el nuevo «cuatro millones de rayas». Su repertorio habitual, tan infalible como siempre y proclive al karaoke, estuvo endulzado por el cariño que demuestran los de Loja a la ciudad de Málaga y por el acento andaluz que imprimieron a todo el concierto: dedicó ‘Luces de néon’ a la barriada de El Palo, señaló con entusiasmo las bondades de los pueblos de la provincia y la malagueña Anni B Sweet fue invitada al escenario para cantar ‘Y el tiempo pasará’. Todo el concierto estuvo lleno de detalles para el público andaluz, mayoría aplastante en este festival. Fueron vitoreadísimas ‘Tokio ya no nos quiere’, ‘¿Aha han vuelto?’ o, por supuesto, ‘Mi realidad’. Verdaderamente era difícil encontrar en la audiencia a alguien que no estuviera emocionado con un espectáculo vibrante, con esas letras adolescentes. Para la despedida, con el público rendido a sus pies, pincharon una canción de Los Pekenikes, que indica que no anda equivocado quien compara el sonido de Lori Meyers con el de Los Brincos.

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Tras el éxtasis, el concierto de Spector quedó deslucido para un público que necesitaba un descanso, por más ganas que le pusiera su cantante, con ese look tan rabiosamente nerd. Éste fue uno de los momentos en el que la homogeneidad guitarrera de la propuesta de este festival comenzaba a hacerse pesada en la audiencia, que por cierto vivió su particular drama con las larguísimas colas de acceso a los cuartos de baño, que llegaron a cruzar el recinto de un extremo a otro, situación que fue corregida poco después por la organización.

Franz Ferdinand subieron al escenario con ganas de comérselo. Pese a que no están precisamente en su mejor momento artístico, su directo tiene las garantías de una banda experta en ofrecer un show divertido y festivalero hasta sus últimas consecuencias, tanto que resulta difícil situar este espectáculo en otro ambiente. El escándalo llegó para quedarse gracias a canciones inconfundibles como ‘Do you want to’, ‘No you girls’ o ‘Take me out’, ejecutadas de una forma sencillamente perfecta y abrigadas con el calor de un líder que te invita a la fiesta. El final, con todos los integrantes tocando en comunión la misma batería, fue el broche a un concierto impecable.

Igual que le pasó a Spector, el concierto de Havalina no cuajó. Quizás por el horario, por su situación o por la propia naturaleza de su sonido, el espectáculo quedó deslucido y soso, y mira que los madrileños le echaron ganas. Nada que ver con el prodigioso salto al escenario de Rinôçérôse. Los franceses, pioneros en su momento de unir dance con guitarras, dieron con la tecla precisa y su vibrante actuación fue la responsable del mejor concierto de la jornada, en el que hubo tiempo para el «revival» de clásicos como ‘Le Mobilier’, que encendió a la audiencia en un fin de fiesta ideal, por fin un espacio para el hedonismo, que falta nos hacía.

will.I.am. logra su 10º número 1 en UK con ‘It’s My Birthday’

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will.i.am.will.I.am. es el rey en Reino Unido esta semana gracias a su nuevo sencillo junto a Cody Wise, ‘It’s My Birthday’, que entra directo al top 1 de la lista de sencillos británica. Es el décimo número 1 de Will en la clasificación tras ‘Scream & Shout’ ft. Britney Spears, ‘This Is Love’ ft. Eva Simons o ‘Hall of Fame’ de The Script -en la que era artista invitado-, entre otros temas en solitario o junto a los Black Eyed Peas.

El resto del podio lo completan ‘Problem’ de Ariana Grande ft. Iggy Azalea y ‘Ghost’ de Ella Handerson. En cuanto a las entradas, aparte de will.i.am., solo un par: ‘Don’t Look Back’ de Matrix & Futurebound, top 38; y ‘Rude’ de Magic, top 76.

En cuanto a álbumes, pocas sorpresas: ‘x‘ de Ed Sheeran se mantiene fuerte en el primer puesto de la tabla seguido por ‘Futurology’ de Manic Street Preachers, que entran en el top 2, y la nueva recopilación de Dolly Parton, ‘Blue Smoke’, top 3 (su actuación en Glastonbury habrá tenido mucho que ver). Completan el top 5 ‘In the Lonely Hour‘ de Sam Smith y ‘Wanted on Voyage’ de George Ezra y entran también ‘Live Life Living‘ de Example, top 8; ‘1000 Forms of Fear‘ de Sia, top 11.

Laurie Anderson, encerrada en una cámara hiperbárica

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laurie-andersonSuena a broma pero no lo es: Laurie Anderson, según informan varios medios, estuvo a punto de asfixiarse tras quedarse encerrada dentro de una cámara hiperbárica, donde recibía este tipo de terapia. Cuando se disponía a salir de la cámara, Anderson se dio cuenta de que esta se encontraba cerrada. «Corta de aire», dicho por ella misma, la artista afortunadamente logró mensajear a un amigo, el cual llamó al 911, y salir sin sufrir ningún daño.

Anderson, al parecer, rechazó ser atendida por los bomberos una vez llegaron al spa Pure Flow, que es donde la artista recibió el tratamiento, y abandonó el recinto poco después visiblemente conmocionada. Por su parte, el dueño del spa ha declarado que la cámara se encontraba en perfecto estado pero que «hubo un malentendido con la sincronización». Apunta, además, que Anderson probablemente se quedó dormida y se despertó desorientada. Por suerte, pues, todo quedó en un pequeño susto para la autora de ‘O Superman’ y viuda de Lou Reed. Habrá que ir con más cuidado la próxima vez…

Justin Timberlake versiona a Ray LaMontagne

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justin timberlakeJustin Timberlake tocó hace unos días en la Hammerstein Ballroom de Nueva York en presentación de su último proyecto. ¿La sorpresa de la noche? Una versión de ‘Jolene’ de Ray LaMontagne, incluida en el álbum debut del cantautor norteamericano, ‘Trouble’. ‘Jolene’ es una de las canciones favoritas de Timberlake, tal y como él mismo comenta antes de hacer su versión. Puedes escucharla continuación y después recordar la original. ¿Cuál es mejor?

Example / Live Life Living

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Example_Live_A Example se le fue bastante la cabeza en la etapa ‘The Evolution of Man‘, poblando el tracklist de aquel álbum post-fama de cuerdas y guitarrazos metaleros que dificultaban la escucha a todos los que veníamos de bailar sus hits con (‘We’ll Be Coming Back’) o sin (‘Changed the Way You Kissed Me’) Calvin Harris. ‘Live Life Living’ es una clara rectificación, concebida como un disco homenaje a la música electrónica de los 90, con nombres como The Prodigy, Faithless, Underworld y Chemical Brothers en el punto de mira, algo muy evidente por ejemplo en ‘All The Wrong Places‘ y ‘Seen You’, y que no es que sorprenda demasiado después de que Faithless produjeran temas pasados como ‘The Way’ de ‘Playing in the Shadows‘. El proyecto de Elliot Gleave no vuelve a sonar tan natural como en sus mejores tiempos, las melodías de los sencillos -porque en la semana de salida ya conocemos cinco- ‘Kids Again‘ y ’10 Million People’, tema que por cierto contiene un guiño a ‘Rio’ de Duran Duran, suenan algo más forzadas. Pero la ruta estilística es la adecuada y no es casualidad que ‘One More Day (Stay With Me)‘, un tema en la misma onda revival que Disclosure, esté resultando su mayor hit en un par de años. Las brutotas co-producciones de Critikal, como ‘Only Human’ y ‘Take Me as I Am‘, no se pasan de la raya, y también aparece como co-productor Stuart Price, que ha grabado a Example con algunos micrófonos utilizados durante ‘Confessions on a Dance Floor‘ de Madonna. Se ha encargado por ejemplo de ‘At Night’, producida además en solitario por él, y resultando de las más chulas. Puede que a esa altura del disco, casi al final, pienses que es una pena que Stuart no se haya hecho cargo de todo el álbum. Aunque ojo, también ha estado a los mandos de la última canción, ‘Longest Goodbye’, cuyos sonidos new-age vienen para recordarnos que los 90 también fueron la década de Enigma, no sólo la de Massive Attack… Pero al menos hasta ese momento habíamos disfrutado de un buen álbum en el que el trance se encuentra con el breakbeat y los sonidos raveros.

Example actúa esta semana en el FIB.

Clasificación: 6,8/10
Lo mejor: ‘One More Day (Stay with Me)’, ‘All The Wrong Places’, ‘At Night’
Te gustará si: los años 90 nunca se fueron para ti
Escúchalo: en Spotify

One Direction, un divertido disparate

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one-dEspaña es directioner. No solo lo dicen las cifras recaudadas y el número de espectadores en cada pase a lo largo de tres conciertos, sino también las banderas con las que, el jueves, el Vicente Calderón sepultó a su multitud al ritmo de ‘Don’t Forget Where You Belong’. Me refiero, digo, a la capacidad de organización y convocatoria de una base de fans que, si nutrida de niñas y adolescentes, toma fuerza económica en los veinteañeros que monopolizan sus primeras filas y, sobre todo, en los padres de familia que, además de comprar todo tipo de accesorios, se dejan convencer por la filosofía directioner durante casi dos horas.

Al pensar en un fenómeno socioeconómico como el de One Direction, es fácil asociarlo a una suerte de fanatismo infantil. Sin embargo, estemos prevenidos. He de deciros: desengañaos. Porque el público más poderoso que sigue a One Direction es aquel que ha crecido a la par que la banda. Es en esta gente («not a girl, not yet a woman», que diría Britney) donde se produce el apoyo y la posibilidad económica. Es ahí, en esos jóvenes que coreaban palabra a palabra el setlist, donde Twitter toma forma y los hashtags, plagados de ingenio y de una rabia tan innecesaria que se vuelve imprescindible, convierten el fenómeno directioner en lo que es: un divertido disparate.

A priori, viéndolos descender la rampa que divide en dos el escenario, puede resultar incomprensible la magnitud de este fenómeno. Uno ve a cinco chicos normales, con un aspecto medianamente cuidado y nada más en su poder que un puñado de canciones pegadizas que hablan de amor. Jóvenes (chicas y chicos) están fuera de sí, ocupando foso y gradas, al verlos por las pantallas gigantes. Dicho así, no es más que un fenómeno pop común multiplicado por mil. ¿Por qué, entonces, han sido ellos los que han alcanzado este imperio comercial (como bien lo denominaron Spice Girls) y no otros? ¿Por qué ellos y no The Wanted, cuando estos últimos ofrecían una imagen sexualmente más atractiva? ¿Por qué tampoco 5 Seconds of Summer, el grupo que ha actuado antes? No podemos decir tampoco que se trate de una consecuencia de su paso por The X Factor, puesto que millones de bandas han desaparecido a los meses de su aparición televisiva. Además, la influencia de estos no fue más allá de países angloparlantes.

El fenómeno se debe, y no es en vano que las vuelva a nombrar, al mismo factor que encumbró a Spice Girls. Ambos grupos, ambas empresas con potentes equipos de trabajo, han reducido el componente musical a una de las múltiples características de su compañía. One Direction y Spice Girls vendían un mensaje: ser directioner o fan spice marca en ti una diferencia. Ser parte de ellos supone entender la vida de un modo tan divertido que sería imposible vivir igual de otra forma. Ser su seguidor, nos convencen, te convierte en alguien especial por ser tú y porque ser tú te hace distinto. A la vez, no dejan de repetirte que esas diferencias te hacen parte del grupo. Parte de su grupo. No podemos olvidar que la base de la cultura pop y de los fenómenos masivos es casi un manual de autoayuda. Como la publicidad, el arte está no en que compres el producto, sino en las posibilidades y esperanzas que ese producto te vende. Y ese tipo de sentencias, no obstante, son lo que todos ansiamos en nuestra adolescencia: pertenencia y originalidad. O, ampliándolo a la cultura pop, lo que es lo mismo: economía y celebración.

El tour se sostiene, como la mayoría de las giras internacionales, sobre una estructura fija. Sin embargo, aquí no hay sets más allá del concierto y su encore. Al menos, no hay interludios que los separen. Parece que quisiesen reforzar la idea de sencillez, de cercanía y su cohesión como banda. En realidad, podría parecer, simplemente, que el desarrollo no está muy trabajado.

No olvidemos, si tratamos a One Direction como la empresa que es, que están en su tercer disco, y es en este, según los estatutos de la evolución del pop, en el que se produce la madurez. Así ha ocurrido en la imagen y el sonido de guitarras de su último disco (en el mainstream, el término orgánico y la música que suena como música de verdad parece ser sinónimo de crecimiento). De la mano, vienen con la madurez los rumores de ruptura. Al evolucionar, tampoco pueden permitir que sus fans se alejen. Esta supuesta espontaneidad, real por otro lado, es la principal herramienta de la gira.

Todo comienza con un vídeo introductorio, muy parecido a aquellos que abren los tours de pop femenino (es de aquí de donde One Direction bebe y no de las boybands, pero esto daría para varios artículos). A los primeros riffs los sigue la explosión de fuegos artificiales. El espectáculo comienza con ‘Midnight Memories’, una canción que soporta ser el opening gracias al furor del comienzo, pero que sigue siendo uno de sus singles menos atractivos. Después viene ‘Little Black Dress’, un mero puente para introducir el primer éxito de la noche, ‘Kiss You’. Pantallas llenas de colores, los chicos corriendo por el escenario y el Calderón, así como una noche anterior el Estadio Olímpico, entregado al completo.

Las siguientes dos canciones demuestran que One Direction no son una banda de singles. De hecho, ‘Rock me’, que nunca lo fue, funciona mucho mejor de lo que lo ha hecho, por ejemplo, su penúltimo sencillo y primera canción de la gira. Con frecuencia, las canciones que popularizan no son las mejores opciones de sus discos. Aun así, la empresa sigue funcionando. Ocurrirá lo mismo con ‘C’mon C’mon’ o ‘Happily’, que todo el estadio corea. Incluso ‘Moments’, un bonus track de la edición deluxe de su primer disco, es aclamado con la misma fuerza que un lead single de éxito masivo.

Tras ‘Don’t forget where you belong’, que presenta Niall con el público a sus pies (España, aparte de directioner, es #TeamNiall), los estadios se vienen arriba con ‘Live while we are young’. Son ‘Right now’ y ‘Through the dark’ las que permiten el descanso en una parte compuesta por cuatro baladas, partida en dos por ‘Happily’. Concluyen esta sección ‘Little Things’ y ‘Moments’, con rostros llorosos, discosticks fluorescentes y abrazos entre los asistentes.

A estas alturas del espectáculo, uno ya ha descubierto que el ánimo de los chicos depende de la entrega del público. Mientras en el Estadio Olímpico se permitieron bromear en momentos puntuales e improvisar una versión de ‘Viva la Vida’ de Coldplay, en Madrid también echaron mano del ‘I got a feeling’ de Black Eyed Peas, interactuaron en español con el público o corearon, aprovechando el ambiente futbolístico, el popular «Yo soy español, español, español». Quizá, alguien los previno en Barcelona.

Como ya he dicho, Niall parece ser el integrante que mejor conecta con el público en nuestro país. Es el amigo gracioso del grupo, el colega en el que siempre confías, el tío con el que sales de fiesta y, después, quieres presentar a tu familia. Es el vecino y el primo y el hermano mayor y pequeño.

Liam, por su parte, asume el rol adulto: el padre trabajador que vela por el proyecto de la familia. Harry es el hijo guapo, el sobrino con talento que conseguirá lo que se proponga. Zayn el joven distante, reservado, que a veces se trata demasiado en serio. Y Louis, el divertido bala perdida que ha ido quedando en un segundo plano mientras mantiene una posición imprescindible, sobre todo a la hora de componer, en el grupo.

Bajo su firma está, por ejemplo, ‘Strong’, una de los mejores posibles singles de su último disco, y vociferado hit que da paso al último tramo de la parte principal del concierto, concluida con ‘One thing’, ‘Diana’ y ‘What makes you beautiful’.

Tras un descanso de unos minutos, el esperado encore comienza con ese extraño single veraniego (por ser una balada) que es ‘You & I’, y que nos conduce a un final en el que ‘Story of my life’ precede a ‘Little White Lies’ y su single más icónico hasta la fecha, ‘Best Song Ever’.

Al salir, luces apagadas y un estadio rendido, la multitud se congrega a las puertas. Ahí, se dan dos reacciones diametralmente encontradas. La mayoritaria, aquella exaltada por parte de los fans o acompañantes que, pese a no ser seguidores, han disfrutado de un show absolutamente divertido. Una fiesta pese a las carencias en el sonido o la sencillez de las puestas en escena. Porque eso es lo que ‘Where we are’ pretende, su única intención: hacerte olvidar los problemas, sentirte parte del fenómeno. Entretenimiento.

La otra reacción, la que he visto en el hombre sentado detrás de mí durante todo el concierto del Vicente Calderón, es la de gente hastiada. Ese tipo de personas (así lo estuvo haciendo él) que creen interesante taparse los oídos cada vez que las fans gritan. Con lo bien que está uno en su casa, sabiendo, además, que ‘Where we are’ es una fiesta en la que, si uno no está dispuesto a pasárselo bien, no va a hacerlo. El pop, como la vida, es una cuestión de actitud. Y eso son One Direction. Porque ellos, tan cultura pop o kitsch o trash o mainstream (¿dónde están las líneas que diferencian todo esto?), es eso: una celebración de la economía de mercados.

¿Y qué más debería esperar uno en una noche de verano?

Bilbao BBK Live 2014: Foster the People y Conor Oberst vencen el viernes

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Al Bilbao BBK Live siempre le ha caracterizado una falta de prejuicios bastante considerable a la hora de programar el cartel. No es de extrañar que en una misma jornada te puedas encontrar con una propuesta pop, electrónica, soul, rock o de cualquier otro estilo, y lo de ayer fue directamente el paroxismo de la bipolaridad con un público, que venía de Jack Johnson y Conor Oberst, bastante confundido ante el «espectáculo» de Prodigy.

La jornada del viernes dio comienzo con la presentación que Chet Faker hizo de ‘Release your problems’. La propuesta -elegante y sutil en formato minimalista- lució muchísimo ante un reducido público y la luz gris que iluminaba el recinto dio al concierto un tono de intimidad que en un festival, y en un escenario relativamente grande, es casi imposible conseguir. Faker no fue el único que lo logró: Anímic, que venían con ‘Hannibal‘ debajo del brazo, también lo consiguieron en el Red Bull Tour Bus. Dos buenas oportunidades para recuperar unos trabajos a los que quizá debiéramos haber prestado más atención cuando se publicaron.

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Mientras en el Escenario Bilbao The 1975 ofrecían un espectáculo pop -‘Heart Out’ podría aparecer en una BSO de John Hughes- en el Escenario Heineken Frank Turner & The Sleeping Souls volcaba su pasado punk en un rock casi sureño que, de no ser porque coincidía con Conor Oberst, hubiese merecido mejor suerte.

Lo que el miembro de Bright Eyes hizo en el Escenario Sony, además de uno de los mejores conciertos del día, se convirtió en un acierto de programación por el que habría que dar las gracias al responsable. ‘Upside Down Mountain‘ es uno de esos trabajos que suele pasar casi de tapadillo entre tanto lanzamiento y cualquier excusa es buena para poder disfrutar de él. También con un sombrero a lo Juanito Valderrama -definitivamente es tendencia- Oberst abrió con ‘Time Forgot’ y ‘Zigzagging toward the light’ a las que siguió el ‘We are nowhere and it’s now’ de Bright Eyes. A esas alturas del show, cualquier despistado que apareciera en la carpa era incapaz de irse. Terminó con ‘Another Travelin’ Song’, también de Bright Eyes, y sabiéndose en el pódium de la jornada.

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Los londinenses Bastille salieron al escenario principal con el tema de ‘Twin Peaks’ a modo de intro -para algo tienen un Ep que se llama ‘Laura Palmer’- oliendo tanto a Coldplay que era casi insoportable. Nada que objetar a cómo sonaron y, desde luego, la asistencia de público fue más que notable, pero aquello no pintaba nada bien hasta que, de repente, encadenaron tres temas que entre sus fans deben ser himnos: ‘Things We Lost in Fire’, con el que su frontman bajó hasta la mesa de control; ‘Pompeii’ y, obviamente, ese ‘Of the Night’ que no tiene mayor razón de ser que petarlo en los festivales. Lógico, por otra parte: a ver quién se resiste a ‘Rhythm is a Dancer’ de Snap y a ‘The Ryhthm of the Night’ de Corona todo junto en una única canción. Sonaron bien, conectaron con la audiencia y fue una fiesta. De eso se trata, ¿no?

JackJohnson_

Una de las coincidencias en el horario que más dramas había desatado en los foros del festival fue la de Jack Johnson con Izal. A ambos se les quedaron pequeños los escenarios – en particular a Izal porque si llega a entrar una persona más en la Carpa Sony ésta hubiera explotado – y ambos hicieron méritos para estar entre lo más destacado de la jornada. En el Escenario Heineken, el autor del nunca suficientemente alabado ‘In Between Dreams’, con una escenografía sacada de un escaparate de Loreak Mendian, fue soltando hit tras hit comenzando y terminando el show con canciones de ese trabajo. Abrió con ‘Banana Pancakes’ y cerró con ‘Better Together’. Lástima de público que, como siempre que este hombre actúa, no calló ni un momento.

FosterThePeople_

No sé si decir que fue una sorpresa lo de Foster The People. Lo que sí que supuso la actuación de anoche fue la confirmación de que algo ha pasado entre el primer disco de la banda y ‘Supermodel‘. Algo que ha hecho que el grupo de Mark Foster sea no solo capaz de ejercer de cabeza de cartel sino de convertirse en los vencedores del día y mucho me temo que del festival. Si Franz Ferdinand no supieron aprovechar la ocasión de antes de ayer, por el sonido o por la falta de ganas, los autores de ‘Pumped up Kicks’ hicieron todo lo contrario y salieron a por todas. Abrieron con ‘Helena Beat’ y la encadenaron con ‘Don’t stop’ y ‘Best Friend’. Ya estaba prácticamente todo ganado: tres hits incontestables nada más empezar y todavía quedaban ‘Call it what you want’ con aporreo de batería que engoriló a la muchachada, ‘Waste’, ‘Houdini’ y ‘Coming of Age’.

Si ayer decíamos que el Bilbao BBK Live había prescindido de dinosaurios para atraer al público poco dado a los festivales no es que nos hubiésemos olvidado de The Prodigy, es que publicar un disco de éxito en los 90 que todo el mundo tuvo en cinta en el 97 y dejó de escuchar en el 98 no te convierte en un dinosaurio. Aun así, la presencia de Liam Howlett y compañía por segunda vez en el festival desentonaba bastante. Lo que pasó entre ‘Breathe’, con la que abrieron, y ‘Firestarter’, la 4ª o 5ª canción, fue que el concierto se les fue de las manos. Les faltó dinamismo, con pausas entre canciones insufribles, el público seguía bailando cuando no sonaba nada y creo que los únicos que aplaudieron fueron los de las primeras filas y el de la mesa de sonido. Desconexión entre el grupo y el público no, un paso más allá.

Gracias a Dios que El Columpio Asesino hizo que nos olvidásemos de todo en la carpa Sony…

Fotos: Musicsnapper, Rhythmandphotos & Tom Hagen