Mientras Tom y Kat están en capilla, sus ilustres invitados se pasean por esa magnífica ciudad que es Roma luciendo sus mejores galas. Ya hemos visto a jLo y su pequeño marido Marco Antonio disfrazada ella de una manera inenarrable, a Jim Carrey, a los hijos adoptivos de Tom… Y no podían faltar los Beckham, ahora que Victoria es íntima amiga de Katie y le aconseja muchísimo en temas de moda y partos naturales.
De esta guisa se personaba el matrimonio en la ciudad eterna el viernes 17 y parece que lo hayan hecho con la única intención de que hablemos de sus pintas. En fin, vayamos por partes: ¿qué es lo primero que falla en esta imagen? Que las dos figuras juntas no encajan. Mientras que una de ellas parece una estricta gobernanta inglesa, la otra parece que se haya escapado de ‘Doctor en Alaska’ en un renuncio, y que lo haya hecho en moto porque sino que alguien me explique el porqué de sus gafas.
Victoria, y no como le pasó esta otra vez, va de un fino y un elegante que da gusto verla, además de llevar unas cuantas de las tendencias de este otoño: la falda de tubo con cinturilla alta, las corbatas (aunque la suya es mucho mejor que la que nos venden a nosotros en el H&M), la camisa blanca inmaculada y las gafas retro de pantalla gigante que deben ser de la carísima marca Diva. Hasta aquí todo bien. Ahora, lo que yo no entiendo es cómo Posh le ha permitido a su maridito destrozarle el look así; ¿qué complemento es David con esa chaqueta? El atuendo en sí no es feo, pero es que no encaja en el contexto. Si se hubiera ido a esquiar a Aspen yo misma hubiera ido a felicitarle por elegir una chaqueta tan simpática, pero en Roma y con esa esposa tan impecable al lado, ¿por qué tanto horror? La chaqueta lo tiene todo: es oversized, con renos, en lana gruesa, con cinturón de idéntico material… Además, remata el conjunto con unas gafas de pera de espejo que, si bien también siguen estando muy de moda, no encajan nada con el resto. Da la impresión de que el metrosexualismo le ha sorbido el poco seso que le quedaba a David y que ni Victoria es ya capaz de hacer carrera de él.
Menos mal que David no se puede quedar a la boda porque tiene partido, que lo mismo se presenta con una bufanda del Real Madrid y en chanclas y a Vicky le da un síncope. Casi me lo da a mí al ver esto que no soy nada suyo así que fíjate… ¿Qué opinará la Cienciología de todo esto?



El recopilatorio de Garbage tendría que haber salido ya, pero parece que se ha retrasado. Incluirá un tema nuevy grabado por el grupo tras su enésima separación, los singles más populares en orden cronológico y algún tema que no encontramos en ninguno de sus discos, como ‘#1 Crush’ o ‘The world is not enough’, su tema 
Al 33% del equipo JENESAISPOP le han regalado alguna vez por Reyes o Papá Noel un disco de Enya. ‘Orinoco Flow’, ‘Anywhere is’… ¡Qué hermosura de momentos! 2006 ofrece también una Navidad perfecta para que la irlandesa nos cante sus cosas sobre la relajación, la familia, el «carpe diem» y eso. Este año, más descarada que nunca, reedita ‘Amarantine’, que no repitió el éxito de aquel disco que se customizó con motivo del 11-S, ‘A day without rain’, con un CD2 que, atención, incluye títulos prometedores: ‘Adeste Fideles’, ‘Magic of the Night’, ‘We Wish You a Merry Christmas’ y ‘Christmas Secrets’. Por favor, si vais a regalarlo, hacedlo cuanto antes para que vuestros familiares y amigos le saquen el mayor partido posible. ¿Qué se hace con un disco así si te cae el 6 de enero?


Las buenas intenciones y la simpatía no hacen buenos discos y a Robbie Williams, mal que me pese, no hay manera de que le salga nada ni medio decente. Después del pésimo, terrible e insufrible ‘Intensive care’, el paso dado con ‘Rudebox’ había llamado mi atención. El disco prometía un giro electropop y contaba con la colaboración de Mark Ronson, productor de Lily Allen, la misma 



Hay veces en las que ser fan de un cantante o un grupo es realmente desagradable, e incluso puedes llegar a plantearte tu propio fanatismo. El otro día me acerqué a comprarme lo último de Iván Ferreiro, y tengo que confesar que me dolió en el alma pagar el precio de su nuevo «MiniLP», titulado ‘Las siete y media’. No es que fuese exageradamente caro, pero lo cierto es que tiene exactamente ocho canciones (o siete y media, según se mire). Ni una más, ni una menos. Y me pareció un poco estafa, más que nada porque su disco anterior y primero en solitario -‘Canciones para el tiempo y la distancia’- no me parece horrendo, pero es que tampoco me termina de matar, así que me esperaba otra decepción. Reconozcámoslo: es difícil que cuando eres realmente fan del grupo anterior de alguien, te encante lo que hace en solitario.
Hace tiempo, escuchando el anterior disco de Damien Rice, ‘O’, una persona muy cercana a mí me preguntó si estaba escuchando a Don McLean (autor de ‘American Pie’ para los despistados) al que sigo con gran afán desde mi preadolescencia. En aquel momento no me había parado a pensar que pudieran tener parecido pero en cuestión de minutos, cuanta más atención ponía, más semejanzas encontraba. Estos días, al oír el nuevo LP de Rice, ‘9’, confirmo y me reafirmo en que si me hubieran dicho de primeras que era Don McLean me lo habría creído sin ninguna duda. Y es que los parecidos son más que asombrosos en temas como ‘Animals Were Gone’ o ‘Coconut Skins’. 


Estando tan acostumbrados a artistas que después de un gran debut defraudan con su segunda entrega, es un alegrón comprobar cómo hay otros (pocos) que no hacen sino reafirmar la intuición de grandeza inicial y que incluso se proyectan aún más allá. Porque lo de Micah, ese jovenzuelo con cara de amish (ver foto) y pasado de un personaje de Burroughs, tiene visos de convertirse en una leyenda. Quizá sea exagerado después de ver tantos proyectos de mitos convertidos en promesas rotas (se me ocurren cantidad de nombres…), pero tal es el entusiasmo que despiertan en uno las sucesivas escuchas de ‘… & The Opera Circuit’, un álbum que grabó con amigos mientra él yacía postrado en el catre, recuperándose de una lesión de espalda. 
En 1984 veía la luz una de las obras de más alcance del autor checo Milan Kundera, ‘La insoportable levedad del ser‘, durante su exilio en París (ciudad donde aún reside). Kundera, comunista en su juventud, no tardó en criticar duramente la política socialista de su país y de toda Europa del Este donde obviamente esta obra sufrió la censura esperada, a pesar de que el autor siempre rehuyó de admitir el contenido político de la misma.




Hay tantos grupos a los que se ha comparado con My Bloody Valentine, que ya ni siquiera presto atención cuando se comenta que alguien está influido por esta banda. Pero con Serena Maneesh no ha pasado lo mismo. Recuerdo que alguien me dijo que se parecían muchísimo a ellos. La primera vez los escuché con escepticismo y no les presté mucha atención. Luego, vi que era algo más que un nuevo intento por imitarlos y la cosa cambió.


Cinco años después del excelente ‘It’s a wonderful life’ y de algún que otro problema con las drogas, Mark Linkous publica nuevo disco. Las colaboraciones con Dave Fridmann o un