The Flaming Lips, una banda que aunque parezca mentira existe desde hace más de 22 años, son tan grandes y tienen tantos buenos discos que es difícil dudar de su solidez como músicos y compositores. Sin duda, se esperaba mucho de este ‘At War With The Mystics’, después de la medio decepción que supuso ‘Yoshimi Battles The Pink Robots’, sucesor del sublime ‘The Soft Bulletin’. Pero resulta que su nuevo álbum hace buena a su anterior obra.
El álbum comienza con los dos mejores temas del disco, ‘The Yeah Yeah Yeah Song’, gran canción finalmente descartada como primer single, y ‘Free Radicals’, lo cual hace un flaco favor al resto, que es poca cosa: un puñado de medios tiempos que ni fu ni fa (‘Vein of Stars’ y ‘The Sound Of Failure’ tienen cierto brillo), con demasiados interludios de synth-rock insulso y fuera de lugar. Levantan un poco el pabellón ‘Haven’t Got A Clue’ y ‘The W.A.N.D.’, primer single, filtrado hace meses en internet y que entonces decepcionó pero que dentro del conjunto resulta ser de lo mejor. Tienen el morro de incluir ‘Mr. Ambulance Driver’, un tema resultón pero menor, ya incluido el año pasado en la BSO de ‘Wedding Crashers’. Y se estrellan del todo con ‘Pompeii Am Gotterdammerung’, un tema que suena deliberadamente (según han declarado ellos mismos) a Black Sabbath, con un bajo jevi terrible y unos teclados que incluso pueden recordar a Iron Butterfly y (horror!) a Mago de Oz. Terminan el disco con la sencilla y bonita ‘Goin’ On’, que deja abierta la puerta a tiempos (y discos) mejores. Esperemos que en los próximos shows en nuestro país sepan hacernos olvidar el patinazo. Apuesto a que sí. 5





En estos días en los que ‘Aquí hay tomate’ y el diario ‘Qué’ frivolizan con la anorexia al hilo del escándalo de las modelos escuálidas de Cibeles, recomiendo un fascinante libro que también tiene que ver con los desórdenes alimenticios, esta vez en estado puro. Se trata de ‘Biografía del hambre’, de la belga (aunque nacida en Kobe, Japón) Amélie Nothomb.

Ringleader of the tormentors (2006): Hace unos meses salía la noticia. Morrissey grababa este disco de horrible título junto al productor de rock y glam Tony Visconti y amenazaba con incluir en él coros infantiles. Nos temíamos lo peor y nuestros presagios se han cumplido. Las voces de niños son tan horripilantes como pensábamos y estamos claramente ante una obra menor de Morrissey, después del que fue uno de mis discos favoritos de su carrera, ‘You are the quarry’. La cosa empieza mal con ‘I will see you in far off places’, un tema que no puedo oír sin quitarme de la cabeza el ‘Baba’ de Alanis Morissette, y sigue con ‘Dear God, please help’ y el single ‘You have killed me’, que, sin estar mal, no pertenecen precisamente a lo mejor de su carrera. La frustración se sigue alternando con la satisfacción en el resto del disco. ‘Life is a pigsty’ empieza bien, pero después de 7 minutos de lluvia y repetición, no te dan precisamente ganas de volver a escucharla. Por el contrario, la balada ‘I’ll never be anybody’s hero’ o ‘In the future when all’s well’ están bastante bien. En resumen, ni hecatombe ni uno de los discos del año. 6







Brokeback Mountain
Buenas noches y buena suerte



