No tengo yo tan claro que el flop de ‘Red Pill Blues’ sea porque, sencillamente, el disco sea malo. De hecho, ¿cuántos discos malos –o por lo menos regulares– hay que no son un flop, y al revés? Creo que podría ser una cuestión de malas decisiones, como la de elegir un título polémico –aunque haya sido involuntariamente– o dejar los dos singles que precedieron al disco y fueron hits fuera de la edición normal del álbum y reservarlos para la Deluxe –junto con temas tan flojos como ‘Denim Jacket’ o ‘Visions’–. Un detallito de nada, ¿verdad? Al fin y al cabo, ¿quién iba a querer comprarse un disco con megaéxitos como ‘Don’t Wanna Know’ y ‘Cold’, junto a dos de los artistas de hip hop más admirados del momento –Kendrick Lamar y Future, respectivamente–?
Y es que ‘Red Pill Blues’ no está tan mal como pueda parecer. Se dice que han forzado su modernización, tratando de sonar como el R&B contemporáneo. Pero parece olvidarse que Maroon 5 siempre destacaron por hacer R&B (rhythm & blues, ¿recordáis?) y soul blanco en un estilo contemporáneo y han sabido mantenerse vigentes, adaptarse álbum a álbum a las tendencias, en lo cual radica gran parte de su éxito. La pátina de así-suena-2017 en la producción de ‘Red Pill Blues’ es bastante inteligente, seductora y acertada, apostando por cierta sobriedad y contención, en lugar de la pirotecnia de ‘Move Like Jagger’ o ‘Sugar’. Y es sorprendentemente coherente, pese a estar realizada por un enorme y variopinto equipo humano que incluye a Jason Evigan –Britney, Fifth Harmony–, John Ryan –One Direction– o Charlie Puth. Si acaso, lo que se les podría echar en cara es que hayan sumado un nuevo miembro a la banda –Sam Farrar completa el ahora septeto– cuando suenan más sintéticos que nunca.
Tampoco se puede achacar a ‘Red Pill Blues’ que tenga malas canciones, aunque sí regulares: ‘Wait’ y la balada hottie ‘Lips On You’ son resultonas pero prescindibles. Lo de rematar ‘Closure’ con una jam session final de más de 8 minutos es, directamente, pegarse un tiro en el pie. Pero si los dos temas que antes citábamos y que no están en la versión básica del disco triunfaron pese a ser bastante simplones, no sería extraño que otro par de canciones aquí contenidas corrieran la misma suerte. Recordemos que su éxito ha sido bastante paulatino, y algo similar podría suceder con la pegadiza ‘What Lovers Do’, con SZA como invitada estelar, o la aún más bobita –pero de innegable gancho– ‘Help Me Out’, con otra triunfadora de este año, Julia Michaels.
Pero es que ‘Red Pill Blues’ tiene además varias buenas canciones: la inicial ‘Best 4 U’ tiene un groove irresistible, muy Michael Jackson, mientras que ‘Girls Like You’ y ‘Bet My Heart’, como la luminosa ‘Who I Am’ –feat. LunchMoney Lewis–, son buenos temas de soulpop contemporáneo. Aunque la gran canción de ‘Red Pill Blues’ es, precisamente, la menos explosiva y contenida del conjunto, ‘Whiskey’, una estupenda melodía en la que Adam Levine se muestra enganchado al recuerdo de una persona tóxica, con una tensión subyacente que va creciendo hasta que llega el gran verso de A$AP Rocky. Esto, con un buen remix, podría pitar. Quizá son demasiados altibajos, demasiadas malas decisiones –desde el punto de vista comercial, sobre todo–, pero eso no hace de ‘Red Pill Blues’ un mal disco en absoluto.
Calificación: 6,6/10
Lo mejor: ‘Whiskey’, ‘What Lovers Do’, ‘Best 4 U’, ‘Bet My Heart’
Te gustará si te gustan: productores de pop contemporáneo como Matoma, Kygo, Felix Jaehn…
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