Morrissey / Low In High School

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Morrissey / Low In High School

Morrissey publica su segundo disco en tres años, algo que parecía bastante improbable circa 2012, cuando solía decir en las entrevistas que barajaba retirarse, que ninguna discográfica quería ficharle y cancelaba conciertos incluso tras desvanecerse en el escenario, sin que el público supiera por aquellos entonces que había tenido cáncer. Estos dos últimos álbumes, ‘World Peace Is None of Your Business‘ -pese a que ha desaparecido del mercado por problemas con su sello- y ahora ‘Low In High School’ ya son más de lo que dio a sus fans entre 1997 y 2004, cuando no publicó absolutamente ningún disco, pero ninguno de los dos le está sirviendo para renovar seguidores como sí lograra el espléndido ‘Morrissey, You Are the Quarry‘ (2004), su mayor éxito comercial, y debería haber conseguido el infravalorado ‘Years of Refusal‘ (2009). Especialmente después del éxito de su libro ‘Autobiografía’, Morrissey parece más concentrado en los textos, la parte de la que él puede encargarse en solitario, que en dar con un co-autor capaz de inspirarle un llenapistas como fue ‘First of the Gang to Die’ o una canción tan presta para el «sing along» pese al desamor como ‘I’m Throwing My Arms Around Paris’ o una declaración tan desesperada como ‘Let Me Kiss You’ que terminar cantando con Nancy Sinatra.

En ‘Low In High School’ no hay nada así. Estamos ante el disco más político de Morrissey, lo cual es mucho decir para el autor de ‘Meat Is Murder’, y además este llega al mercado con algunas voces vinculando algunas de sus opiniones a la extrema derecha, lo cual es bastante paradójico si observamos que en la portada del álbum se pide la cabeza de la monarquía al modo de ‘The Queen Is Dead’. Las canciones de los Smiths ya tuvieron que lidiar con acusaciones de ensalzar la xenofobia o la pedofilia, y no hay nada en este disco que llegue tan lejos. No parece que se le «haya ido la olla» o que «chochee», como afirman algunos comentarios leídos en la red que son puro «ageism». ¿Alguien recuerda ‘Qué he hecho yo para merecer esto’? Más bien parece que la sociedad ha evolucionado hacia lo políticamente correcto, y Morrissey, para bien o para mal, sigue siendo Morrissey.

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En ‘Low In High School’ encontramos, pues, mensajes contra la monarquía, canciones sobre el Brexit («Jackie»), mensajes contra las oligarquías económicas y políticas (‘I Wish You Lonely‘), parodias de la inutilidad del ejército (‘I Bury the Living’), cargas contra la policía que parecen genéricas y en última instancia son un canto contra los gobernantes de Venezuela (‘Who Will Protect Us From the Police’), reivindicaciones de quien se siente apátrida (‘Home Is a Question Mark’), algún alegato feminista (‘The Girl from Tel-Aviv Who Wouldn’t Kneel’) y posiblemente un corte anti-Trump (‘All the Young People Must Fall In Love’). Unas veces estarás de acuerdo con su opinión y otras no, pero lo seguro es que el disco no es mejor o peor por que comulguemos con las opiniones de Morrissey, sino por lo complejo o rico que pueda ser su discurso. Y muchas veces sus palabras son demasiado simplistas, sobre todo porque el artista, en la misma ‘Autobiografía’ ridiculizando a Geoff Travis, en su web oficiosa True-to-You o en sus mismas letras, ha sido capaz de hacernos llorar de risa con sus ocurrencias.

Algo que no sucede en ocasiones con las letras de este disco. Durante los últimos años Morrissey ha escrito varias canciones sobre ciudades, llevándonos a París, a Estambul o a Roma en diferentes etapas de su vida, y ahora su serie de viajes nos lleva a Israel. No puede llegar su decisión en un momento más controvertido, cuando hay una guerra entre músicos decidiendo si se debe (Radiohead, Nick Cave) o no se debe (Roger Waters, Brian Eno) tocar en este país. Morrissey, que recibió las llaves de la ciudad de Tel Aviv en 2012, incluye aquí hasta tres pistas con Israel como telón de fondo. ‘The Girl from Tel Aviv Who Wouldn’t Kneel’, una especie de chachachá que termina en plan tango, empieza como el retrato de una mujer que no se «arrodilla ante ningún marido, rey, tirano o dictador», pero su mensaje feminista –probablemente inspirado por Etty Hillesum, quien murió en un campo de concentración de Auschwitz– se termina diluyendo entre críticas a la «tortura legalizada» (posible referencia a Guantánamo, pues luego aparece «América» en la letra y no para muy bien) y la conclusión repetida ad nauseam de que el problema de todo es que «la tierra supura petróleo». Y ‘When You Open Your Legs’ es totalmente intangible, con el oyente preguntándose por qué a Morrissey le echan reiteradamente de un club de Tel Aviv a las 4 de la mañana, o qué tiene que ver eso con el nombre de la canción. Como dice el single del álbum, su propia oda a procrastinar quizá cargada de ironía o no, parece que cuando tenía que terminarla, ese día decidió «pasar el día en la cama».

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Más compleja es la propia ‘Israel’, que cierra el álbum, en la que Morrissey no se limita a elogiar esta tierra que adora, que también lo hace, sino que separa a la gente de la política («no puedo responder por lo que hacen los ejércitos / no sois vosotros»). Ese lúgubre piano que domina la canción es como mínimo ambiguo, que es en realidad la gran baza de ‘Jackie’s Only Happy When She’s On Stage‘, la canción más conseguida de toda esta retahíla de canciones políticas por ser la que más lecturas permite.

Morrissey se ha pronunciado, de manera controvertida, a favor del Brexit, cuando la mayoría de músicos ingleses ha enarbolado un mea culpa en plan «qué hemos hecho». Pero en esta canción es difícil intuir una opinión pro-Brexit al menos de manera rotunda. Opine lo que opine Morrissey, el artista aquí sí usa su imaginación para ofrecer un retrato de la política bufonesco, teatral y muy divertido. «Jackie» no es otra que la «Union Jack» y los «you» parecen una referencia a la EU, es decir, la «Unión Europea». Morrissey viene a decir que «Jackie» solo es feliz cuando está en el escenario, cuando es la protagonista, pero que una vez se cierra el telón, no tiene ni idea de qué hacer sin nadie que le escriba el guión ni audiencia propia. Morrissey será pro-Brexit, pero quizá involuntariamente le ha quedado toda una metáfora de lo perdida que puede ir la «Union Jackie» sin la UE: sus gritos para el «exit», para el «Brexit», no parecen llevar precisamente a la liberación ni a la felicidad. Al contrario, la canción sónicamente es un tren a punto de descarrilar. Por si fuera poco, y por si alguien lo dudaba, el tema funciona sin dobles lecturas, cuestionando el devenir de la vida de los actores y su ego, cuando ya no tienen público. ¿Alguien da más para esta canción supuestamente pro-Brexit? Sí, hay quien también la entiende como una crítica a la discriminación por edad, contra la que el artista tantas veces se ha pronunciado.

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Esta canción de tintes apocalípticos es también una de las más conseguidas musicalmente, mientras ‘Spent the Day In Bed‘ aporta variedad con sus juguetones teclados; y ‘I Wish You Lonely’ resulta una de las más pegadizas pese a no tener estribillo claro gracias a sus «never coming back, never coming backs» y «never giving in, never giving ins». Hay canciones a piano al modo de las canciones políticas a piano que ya hacían los Communards en 1986, y también hay algo de obviedad en abrir un disco con un himno medio brit-pop medio jamesbondiano y en cerrarlo con el típico número intimista. Hay buenas y malas decisiones en ‘Low In High School’ (su título termina siendo revelador), pero el trabajo de Joe Chiccarelli a la producción continúa siendo elogiable en una producción variadísima capaz de destacar cada instrumento por separado, y sobre Morrissey… puede que no viva su mejor momento creativo, pero cuando se pone, continúa siendo no ya único, que eso nadie se lo quitará jamás, sino también brillante.

Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘I Wish You Lonely’, ‘Jackie’s Only Happy When She’s On Stage’, ‘Spent the Day In Bed’, ‘Israel’.
Te gustará si: no acudes a un disco para reafirmar tus opiniones políticas
Escúchalo: Spotify

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