Las bandas sonoras repletas de artistas populares, juntos o por separado, constituyen prácticamente un género al margen del que han resultado compilaciones memorables que han marcado generaciones –‘Easy Rider’, ’Singles’, ‘Lost In Translation’…– y también desastres soporíferos –basta con mirar a la reciente BSO de ’50 sombras liberadas’–. Podríamos encuadrar ‘Black Panther: The Album’ como la BSO del último filme de la franquicia Marvel y por tanto un nuevo volumen de esa categoría aludida. Pero es que no lo es exactamente. De hecho, apenas 3 de las canciones contenidas en él suenan durante el film (los singles co-protagonizados por Kendrick Lamar con SZA y The Weeknd, más ‘Opps’ –tema de Vince Staples y Yugen Blakrok–) e incluso existe un auténtico score de la película, compuesto por Ludwig Göransson, que tendrá su propia edición aparte.
Entonces, ¿qué es este ‘Black Panther’? Pues, como bien indica su subtítulo, “un álbum musical de e inspirado por” la película. Es decir, un álbum de Kendrick Lamar. La mayor estrella del rap en estos momentos no solo participa en prácticamente cada corte del disco –cuando no figura de manera manifiesta, hace coros, algún verso suelto, produce o escribe algo–, sino que dirige ejecutiva y artísticamente esta obra, llevándola a un lugar muy particular, que encaja con su visión de la música negra de una manera global y, de paso, amolda las características del superhéroe protagonista (para despitados: creado por Stan Lee y Jack Kirby en 1966, T’Challa es el rey y protector de un país africano llamado Wakanda, cuyos poderes sobrehumanos proceden de la magia ancestral de sus dioses; fue el primer superhéroe popular con orígenes africanos, un guiño de Marvel a la comunidad afroamericana cuando se acrecentó la lucha por sus derechos civiles) y el argumento de la película a su propia idiosincrasia.
El resultado es, como decíamos, una obra bien cohesionada desde todos los puntos de vista. En lo estético y musical, aunque toca muchos palos por parte de artistas de lo más diverso, todo suena sólido y coherente en su predominante oscuridad, con contadas y cruciales chispas de luz; en lo lírico, Kendrick se sirve del background del personaje para trazar su propio paralelismo (ya desde sus introductorios versos de ‘Black Panther’) con él, como rey absoluto del hip hop que ya en ‘To Pimp a Butterfly’ vio en el abandono generalizado del mundo occidental por los pueblos de África una conexión con los males endémicos de los afroamericanos en su país. Pero que nadie se asuste porque, aunque ‘Black Panther: The Album’, como cada obra de Duckworth, tiene bien de miga espiritual/social (Lamar no solo se centra en el héroe, sino que trata de entender el punto de vista del villano Killmonger), estamos sobre todo ante un disco –una banda sonora, si se prefiere– no solo apasionante sino además muy entretenido.
Y no, no solo hablo del entretenimiento de bucear en los extensos créditos del álbum, en los que no solo descubriremos en primer plano a artistas del renombre de The Weeknd, SZA, James Blake –figura en dos cortes–, Anderson .Paak, Khalid, Future o Travis Scott, sino también a Robin Hannibal (Rhye, Quadron –con los que Lamar colaboró tiempo atrás–, Laura Mvula), BadBadNotGood, Sounwave, Mike WiLL Made-It o Al Shux (Lana del Rey, BANKS) en las producciones. Sino de que es un disco bastante memorable desde el punto de vista del pop. Aunque cada cual tendrá sus más y menos (en mi caso, ‘Bloody Waters’ sería la más prescindible del conjunto) favoritas, cada uno de los 14 cortes tiene una entidad y calidad incuestionables.
Antes decía pop y no era una forma de hablar: en ‘Black Panther: The Album’ hay mucho más que hip hop. Aunque lo hay en gran cantidad y calidad –a la cabeza, sin duda, los descomunales ‘King’s Dead’, de Jay Rock, Future, James Blake, y Kendrick, ‘X’, de Schoolboy Q, 2 Chainz y Saudi, y ‘Big Shot’, de Lamar con Travis Scott–, el R&B contemporáneo (‘The Ways’, de Khalid y Swae Lee), el soul (‘I Am’, de la revelación Jorja Smith) y hasta el afropop (maravillosa ‘Redemption’, de Zacari –que ya brilló en ‘DAMN.’– y la sorprendente Babes Wodumo) o el afroR&B (preciosa ‘Seasons’, de Mozzy con Sjava & Reason) tienen cabida en un disco que no tiene lastres y que no solo se escucha muy a gusto sino que demuestran, una vez más, que la influencia y los poderes de Kendrick Lamar no se limitan a soltar enormes barras. Su capacidad como creador y catalizador artístico hacen de esta falsa BSO aparentemente intrascendente otro peldaño para su creciente leyenda como uno de los grandes referentes culturales de esta era.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘All The Stars’, ‘Pray for Me’, ‘King’s Dead’, ‘Redemption’, ‘I Am’
Te gustará si te gusta: Kendrick Lamar, pero no te interesa solo el hip hop sino una visión más amplia del pop
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