Los Planetas / Zona temporalmente autónoma

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Los Planetas / Zona temporalmente autónoma

planetas-zonaNunca antes había transcurrido tanto tiempo, 7 años, entre dos álbumes de Los Planetas. Se temió, incluso, que pudieran separarse para siempre, un rumor que estuvo ahí y que disiparon con su fichaje por El Segell del Primavera y la publicación del EP ‘Dobles fatigas’, continuando con una gira por salas. Sin embargo, como cuentan en la entrevista de portada de este mes en la revista Rockdelux, la verdadera crisis llegó en el momento posterior a ese de plantear un nuevo álbum. La falta de entendimiento con el sello acabó frustrando su alianza y, ahí sí, poniendo en duda la continuidad del grupo. Finalmente, J puso en claro sus ideas y acordó con la banda reactivar su sello, El Ejército Rojo, para grabar y autoeditar este ‘Zona temporalmente autónoma’. Una inmejorable forma de celebrar 25 años de carrera.

Se trata de un disco evidentemente muy esperado por sus fans más leales, pero también por los que no quedaron convencidos por ‘Una ópera egipcia’, pese al carácter más pop y directo de buena parte del disco, y el citado e irregular ‘Dobles fatigas’. Estos parecen haber reencontrado la excitación ante ese pop de guitarras reminiscente de sus inicios en ‘Espíritu olímpico’ (un nuevo featuring de La Bien Querida), su singular aproximación al hip hop en ‘Islamabad’ (que ha crecido con los días hasta convertirse en uno de los momentos cumbres del disco) y la enternecedora ‘Porque me lo digas tú’. Lo cierto es que quizá se sorprendan al comprobar que en realidad Los Planetas de 2017 no se despojan en su noveno álbum de estudio de sus iconoclastas hallazgos recientes, aunque sí es patente es que vuelven a dar un leve giro estilístico.

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‘Zona temporalmente autónoma’ es una nueva evolución de la evolución, un acercamiento más estrecho a la estructura de canciones convencionales, pero que no renuncia en absoluto al componente folclórico, crucial en la reinvención del grupo cuando en la primera mitad de los 00s parecía acomodado en su sota-caballo-rey. La vía empleada, en cambio, es distinta. Fruto del dominio del lenguaje flamenco que han ido logrando con obras anteriores, ahora es la métrica, el compás y el quejío el que se adapta en los canones del pop rock, del formato canción, y no al revés. Dejan atrás el afán experimental y didáctico de discos como ‘Una ópera egipcia’ y ‘La leyenda del espacio’ que sostenían como discípulos de Enrique Morente para seguir el camino.

Como en el certero single antes citado (un seguro nuevo himno de la banda), no cabe duda de que en el espíritu de canciones como ‘Hierro y níquel’, ‘Libertad para El Solitario’ o ’Ijtihad’ (un simpático homenaje combinado a ‘Daytripper’ e ‘Isla de Encanta’) subyacen bulerías y cantiñas. Sin embargo, merced a un espíritu directo y de cierta espontaneidad (los desarrollos largos son muy puntuales), nos retrotraen feliz e inesperadamente a la época dorada del enorme ‘Unidad de desplazamiento’. Un regreso al pop químicamente puro que se manifiesta de manera aún más obvia en las preciosas ‘Zona autónoma permanente’ y una ‘Amanecer’ en cuyo uso de los arreglos de cuerda, como la ya citada ‘Porque me lo digas tú’, nos trasladan al motor de un autobús. Incluso la desarmante ‘Hay una estrella’ muestra un perfil acústico poco habitual en ellos que, la verdad, resulta de lo más emocionante.

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Pero ojo, que como decía no todo es puro pop aquí y el folclore andaluz está tan presente como en obras pretéritas. Así, los pseudo-caracoles de ‘Una cruz a cuestas’, con la mágica colaboración vocal de Soleá Morente, dan paso precisamente a una ‘Soleá’ en la que un órgano litúrgico rememora a los cruciales Triana. Un recurso que se repite, con gran acierto, en ‘La gitana’ (basada en el poema del escritor y ocultista británico Aleister Crowley). Curiosamente la ’Seguiriya de los 107 faunos’, de explícito título, parte de una idea instrumental del grupo argentino reflejado en su nombre y no es tan tradicional como parece. Sí es, en cambio, el momento más plomo del disco.

Otro tanto a favor que se anotan Los Planetas con ‘Zona temporalmente autónoma’ es sacudirse el sambenito de encabezar una generación de artistas de escasa conciencia político-social (se obvia a menudo que su coheniano plan de intentar cambiar el sistema desde dentro funcionó bastante bien, al menos durante un tiempo). Y lo hacen enarbolando un discurso bastante radical como el del escritor yanqui Peter Lamborn Wilson, que bajo su seudónimo Hakim Bey estableció las bases del neoanarquismo en una obra titulada como este disco. La zona temporalmente autónoma es un planteamiento utópico de sociedad que funcionaría al margen de poderes políticos, militares y económicos de manera oculta, subterránea. Un concepto que ya se manejaba en el sufismo original, con Dios/Alá como elemento irrenunciable de equilibrio. Si lo he explicado muy mal, la citada ‘Islamabad’, que solo emplea ‘Ready pa morir’ de Yung Beef como eficaz coda dramática, lo hace mucho mejor. Ese carácter agitador permanece subyacente en muchas de estas letras, pero se hace explícito en ‘Libertad para El Solitario’ (conociendo a J, parece que retrata al célebre atracador de bancos Jaime Giménez Arbe como una especie de Curro Jiménez/Robin Hood contemporáneo) y en la guajira anarcocomunista del argentino Martín Castro ‘Guitarra Roja’, que cierra el álbum con diez minutos de épica libertaria.

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Si tiene un problema de partida claro este ‘Zona temporalmente autónoma’ es su secuencia. O, al menos, es la conclusión a la que yo llego tras diversas escuchas. Las primeras, sobre todo, se “hacen bola”. Pero resulta curioso que esas dudas que genera se disipan cuando uno atiende a sus canciones individualmente. Hay pocas que no resulten convincentes al 100%. La impresión, quizá errónea, es que han tratado de imitar la estructura de sus últimos directos, comenzando oscuros y taciturnos antes de concatenar los temas más uptempo e instantáneos. Para mí, se la han jugado mucho, porque apuesto a que más de uno de esos que han vuelto a sentir curiosidad por un nuevo disco de los de Granada saldrán huyendo de nuevo si no disponen de la paciencia necesaria. Y es una pena porque, curiosamente, los numerosos momentos pop citados tres párrafos atrás podrían obrar el efecto contrario: que los que no le pillaban el punto a sus obras recientes, encuentren aquí una base para reconciliarse con ellas. Animo a escuchar ‘Zona temporalmente autónoma’ al libre albedrío y con la ordenación que a cada cual guste más. Con esa premisa, estamos ante la confirmación de que Los Planetas han superado sus crisis y siguen en forma, mal que pese a sus detractores.

Los Planetas actuarán en festivales FIB, Atlantic Fest, Santander Music, Contempopránea o Interestelar. Pero antes, en abril y mayo, presentarán ‘Zona temporalmente autónoma’ en 4 salas del país.

Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Espíritu olímpico’, ‘Islamabad’, ‘Zona autónoma permanente’, ‘Hay una estrella’, ‘Amanecer’
Te gustará si: añoras los tiempos de ‘Unidad de desplazamiento’ y no te da grima su giro flamenco
Escúchalo: Spotify

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