Quizá nuestro recuerdo de aquel concierto en Vida Festival 2015 era tan intenso que cualquier otra cosa nos habría sabido a poco. Pero el regreso de Josh Tillman y su personaje Papa John Murphy Father John Misty a nuestro territorio fue algo menos subyugante de lo que hubiéramos deseado. Tillman se mostró contenido y reservón, guardándose sus poses y su histrión de estrella del rock rompebragas para momentos muy contados. O quizá es solo que no anda sobrado de fuerzas, después de haber empalmado –qué bien traído este verbo, no es por nada– la gira de ‘I Love You, Honeybear’ con la de ‘Pure Comedy’. Tras la fecha de hoy, 19 de noviembre, en Madrid y mañana en Lisboa, se tomará un descanso que, visto lo visto, se antoja imprescindible hasta comenzar una gira australiana en febrero de 2018. Aunque le va la marcha: dice que está ultimando un nuevo álbum, producido junto a Jonathan Rado (Foxygen) y que verá la luz el año que viene.
El caso es que el concierto de ayer alcanzó el notable gracias sobre todo a su solvente banda en directo y al sobresaliente repertorio de sus tres álbumes como Father John Misty –recordemos que antes incluso de formar parte de Fleet Foxes publicaba como J Tillman–. Que no teman aquellos que no han tenido paciencia para acabar cayendo en la cadencia reposada de su último disco: su presencia es importante, en cuanto a que protagoniza el primer tramo del show, pero medida, porque se concentra en sus cuatro temas más populares, ante proyecciones relacionadas con el imaginario apocalíptico de su diseño y su temática de denuncia político-social-ecológico.
Pero el resto del show consta de una equilibrada alternancia de temas de ‘I Love You, Honeybear’ y ‘Fear Fun’, con sorpresas negativas –‘Chateau Lobby #4’, ‘I Love You, Honeybear’ y ‘Bored In The USA’ resultaron algo desangeladas, interpretadas en modo piloto automático– y positivas –‘Nothing Good Ever Happens At The Goddamn Thirsty Crow’ y ‘When You’re Smiling and Stride Me’ (diría que esta es una de las mejores canciones que haya escrito jamás) fueron de los mejores momentos de la noche. Mientras que la inclusión de un séptimo miembro en el grupo (sorprendentemente parecido a Patrick Styles de Titus Andornicus, aunque parece que no es él) palia un poco la ausencia de los resultones arreglos de viento, Tillman parece más centrado en ofrecer una buena interpretación que un espectáculo, sin apenas dirigirse al público o haciéndolo de manera discreta –apenas bromeó con que tenía que acabar pronto para dejar paso a las sesión de discoteca, donde haría un «set de 60 horas de tropical music y house»–. Incluso dejó que algunas imágenes –las de su famoso vídeo en el que se enrolla consigo mismo– tomaran el protagonismo en ‘The Night Josh Tillman Came To Our Apt.’.
Se fue desatando, eso sí, poco a poco con temas como la bailable ‘True Affection’ o ‘Hollywood Forever Cemetery Sings’ hasta partirse la camisa (me temo que solo virtualmente) del todo en el bis, con una inesperadamente importante ‘Real Love Baby’ –single suelto que escribió para Lady Gaga y se guardó para sí– y una atronadora ‘The Ideal Husband’, que obtuvo como respuesta final una gran ovación mientras Josh lanzaba besos, sonreía y se despedía sacudiendo la manita de un Father John Misty de trapo que le entregaron los fans de las primeras filas. 7.
Pese a la temprana hora, Weyes Blood congregó a una notable cantidad de público en torno a su cálido clasicismo, composiciones atemporales (entre Beach House y The Everly Brothers) impulsadas por su característica y aterciopelada voz. Ataviada con un traje de, precisamente, terciopelo plateado –o eso parecía desde lontananza–, logró mantener atento al público que esperaba por Josh Tillman con cautivadoras canciones de su último disco ‘Front Row Seat To Earth’ como ‘Seven Words’, ‘Generation Why’ o ‘Do You Need My Love’, con la que cerró tras su estupenda revisión de ‘Generation Why’ de Soft Machine. 7.