Recycled J: «Aquí no ha habido Britney Spears, Justin Timberlake, una cultura pop. Pero ahora tenemos a Bad Gyal»

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Recycled J: «Aquí no ha habido Britney Spears, Justin Timberlake, una cultura pop. Pero ahora tenemos a Bad Gyal»

Como él mismo dice, ya nadie pregunta qué es trap. Buena parte de la culpa la tienen movimientos abiertamente pop que artistas de la escena urban como Recycled J han llevado a cabo en los últimos tiempos. El madrileño ha publicado ‘City Pop‘, un disco estupendo en el que, sin renunciar al rap, abre el abanico estilístico, le da una coyuntura estética (una suerte de reinterpretación del city pop japonés de los 80) y se proyecta como un artista más allá del ámbito marginal que rodeaba a su generación hasta hace un par de años o tres.

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Por eso aprovechábamos la ocasión para charlar con él en Madrid, al salir de un estudio de grabación donde prepara algo nuevo. Tras varios cambios de ubicación, terminamos en su casa en el centro de la ciudad acompañados por Cruz Cafuné, reciente número 1 en España con Don Patricio y ‘Contando lunares’, con el que trabaja. Jorge Escorial parece un chico sencillo y cercano pero confiado, que habla por los codos, a veces lanzando la conversación en muchas direcciones diferentes. En medio de una extensa gira por salas españolas (el viernes 31 de mayo en Murcia y el sábado 1 de junio en Toledo son las próximas), hablamos con él sobre ‘City Pop’, el punto al que ha llegado la nueva escena urbana y el panorama del pop nacional, entre otras cosas. Como su colaboración (de momento inédita) con Ana Torroja, por ejemplo.

Aunque el disco se ha publicado hace unas semanas, mi impresión es que ‘City Pop’ es un episodio en tu carrera que se viene avanzando tiempo atrás. No me refiero tanto a la composición y producción sino a que algunos singles previos e incluso algún tema de ‘Oro rosa’ ya apuntaban una dirección similar. ¿Cuál es el germen real de este disco?
Supongo que hablas de singles como ‘Bacon y queso‘ y ‘Baby Lucifer‘. Claro, aunque salieron antes que ‘Oro rosa’, en realidad se habían grabado después. ‘Oro rosa’ era como un punto de partida de una carrera seria, y aunque yo ya había hecho cosas más cantaditas, en plan R&B, en general no tenía estructuras comerciales. Pero ‘Valga la pena’ me hizo ver que quizá tenía que seguir por ese perfil más pop, no tan oscuro, más en plan The Weeknd. Así que, si ‘Oro rosa’ sale en septiembre de 2017, desde ese momento y hasta principios de 2018 escribimos y grabamos ‘Aunque digan que yo’, ‘Kids’ y ‘Tiempo’, además de primeras versiones de ‘Muñeco de cera’. Yo a esos temas les veo un punto Mecano, y curiosamente en aquella época Warner Editorial me propuso escribir un tema para Ana Torroja…

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“(Sobre su colaboración con Ana Torroja) Vino a casa e hicimos dos o tres sesiones. Salió un tema y estábamos todos contentos con él”

¿Ah, sí? No sé si me lo puedes contar, pero ¿forma parte del mismo trabajo que ‘Llama‘, el single con Pional, El Guincho y Rosalía que ha sacado ahora?
Sí, pertenece a ese proyecto, pero no sabemos ni siquiera si se va a editar. Cuando surgió, vino a casa e hicimos dos o tres sesiones. Salió un tema y estábamos todos contentos con él. Pero faltaban un par de detalles y al final parece que se quedó un poco parado. Así que no sé. Yo mantengo cierta relación con ella, así que supongo que me dirá algo.

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Ok. Volviendo a ‘City Pop’, ¿cómo fue de clave el hecho de conocer a Selecta? Porque al final es un poco un trabajo entre los dos, ¿no?
Sí, es así. Él ha llevado el peso de lo musical y yo… pues de todo lo demás. Cuando él entra en mi vida se nota mucho, porque se generó una gran complicidad. Te pongo un ejemplo: esta mañana he ido a grabar en un estudio que técnicamente se folla al nuestro, sonaba de la hostia y tal. Pero es muy importante la complicidad que se crea con la persona que está al otro lado, porque sabe hasta dónde puedes dar y te presiona para ser mejor. Así que, cuando le conocí, aprendí a conocerme más a mí mismo en el estudio. Yo ahora escucho canciones mías antiguas y pienso «¿cómo pudimos grabar esto tan mal?» Me hizo evolucionar en toda la parte vocal y de sonido. En ese momento que te decía antes, cuando hicimos ‘Aunque digan que yo’, ‘Kids’ y ‘Tiempo’, estábamos abriendo ciertas ventanas dentro del estilo urbano y se nos ocurrió tomar la esencia del city pop japonés (Nde: una amalgama de pop, funk, soul, R&B y jazz surgida en Japón a finales de los 70 y primera mitad de los 80, que marcó estéticamente el J-pop como lo conocemos hoy) y trasladarla a la estética de hoy en día.

El disco tiene una parte más pop, que pesa más, y una parte más dura, más puramente rap. ¿Ha sido complejo dar con ese equilibrio o ha surgido naturalmente?
Ha sido natural. Cuando empezamos, ni siquiera teníamos en mente el concepto ‘City Pop’, sino que grabábamos los temas como recortes de un todo. Nos iban llevando las canciones. Por ejemplo, cuando surgía alguna balada o más UK Garage, dijimos, «necesitamos un tema rap». Y surgió ‘Ángeles caídos’. Lo que sí queríamos es que cada estilo que nos molaba estuviera representado, pero sólo una vez: hay un tema funky, ‘Otro como yo’; otro old school happy, ‘Patito feo’. Fue así.

Llega un momento en que ‘Aunque digan que yo’ supera a ‘Valga la pena’, que era tu tema más escuchado hasta ese momento. ¿Qué pensaste en ese momento? Porque no recuerdo si ya estaba anunciado el disco o no…
No, todavía no. Nos sorprendió mucho. Porque cuando ocurrió con ‘Valga la pena’ sí lo vimos venir: era el punto de partida del lanzamiento (de ‘Oro rosa’), hubo una campaña y estuvo varias semanas como número 1 en listas de tendencias. Pero con ‘Aunque digan que yo’, para nada. Era una canción que nos gustaba mucho, hicimos el vídeo en México, pero ya está. No lo esperábamos. Yo creo que fue un poco el momento (en que salió). Fue el primer tema nuevo que salió desde ‘Oro rosa’, y fue un poco por sorpresa. Anunciamos «la semana que viene, vídeo», y había como expectación. Es verdad que la habíamos probado en directo y la respuesta fue muy guay, pero… Quizá el guiño a Don Omar y Tego Calderón le moló a la gente de nuestra generación, y eso también funcionó en Latinoamérica, donde yo entonces no tenía demasiado público y ahora ya más. Creo que también gusta que es un tema duro, pero su letra es sensible, desgarrada. Diría que fueron varios factores.

“Al público hay que educarle en lo que uno hace”

Y bueno, si Spotify es una referencia de algo en cuanto a cifras, ‘City Pop’ ha superado de largo los resultados de ‘Oro rosa’. Pero, a la vez, ¿dirías que ha supuesto una opinión negativa para la gente que te seguía de antes, de cuando los EPs con Natos y Waor y tus orígenes más raperos? ¿O también te les has ganado?
Yo creo que como hay ese balance de cosas que decíamos antes, pienso que en vez de quejarse de que no hay rap han ido a centrarse en los temas que les molan. Hay gente que pide vídeo para ‘Ángeles caídos’, por ejemplo. Pero yo no he notado un cambio muy loco. Quizá si hubiera pasado de un extremo a otro, podría ser un choque. Pero como decías tú mismo antes, hemos hecho una transición en la imagen, en el sonido, en las entrevistas… Lo hemos ido labrando. Yo creo que al público hay que educarle en lo que uno hace. Ellos querrían tener ya lo que he grabado esta mañana, pero sería una mierda: hay que cuidar el sonido, las letras, la estética y enseñarles que, detrás de eso, hay un trabajo, una evolución.

Y gente de la escena, compañeros… ¿Percibes que les ha molado este disco?
Lo que me ha llegado es bueno. Y quien no me lo dice es que le pica, en verdad. (risas) Los colegas que tengo más raperos, que no se curran tanto el espectro 360 de las cosas y son más de «como surja», les flipa el equipo con el que trabajo y han acabado currando con ellos. A mí eso me enorgullece. Hay gente que me ha dicho «el disco no me llega, pero la imagen está increíble». Me importa que se valore el trabajo. A mí me vale más que Dano, al que respeto muchísimo y con cuya música yo he crecido, me diga «respeto» que perder a 1000, 2000, 3000 chavales que sólo me suben en Instagram por las fotos bonitas que subo o por las frases de Twitter.

En lo lírico, el disco es una suerte de homenaje a ti mismo cuando eras un chaval que soñaba con hacer esto y que era el «rarito», el «patito feo». ¿Por qué te apetece hacer esto?
Es algo que ya quise hacer en ‘Oro rosa’, pero no me salió del todo bien. Decía «esto es lo que soy», pero era más visceral, las letras eran más enrevesadas… No era para todo el mundo. Y creo que, cuando quieres exponerte así, hay que sentar unas bases que se entiendan. Aunque las canciones son piezas independientes de una globalidad, que creamos en distintos momentos, están ordenadas con un sentido lógico y que eso tuviera importancia. Por eso ‘Patito feo’ está al principio.

“Dentro de que sabemos la dificultad que tiene entrar en las radios, quería tener un lenguaje cuidado para que lo pueda escuchar todo el mundo”

En ese sentido narrativo, también habéis cuidado muchísimo la estética. ¿Es algo que faltaba en ‘Oro rosa’ y que aquí has elaborado con más atención?
Es distinto. La portada de ‘Oro rosa’ era una foto mía de pequeño vestido de niña, con una coleta, el marco rosa… ese lado «llorica», digamos, que ‘Valga la pena’ había anticipado. Pero es verdad que la planificación fue a matacaballo. Era en plan: «hemos hecho un vídeo, lo sacamos». Y aunque ‘City Pop’ ha sido también autogestionado, se ha cuidado más la campaña. El disco se terminó en octubre (de 2018), y pasamos 5 meses mimando todo lo demás. El formato físico, que el de ‘Oro rosa’ era un CD-R en plan noventero, lo hemos hecho en plan obra magna, con un libreto de 36 páginas, como si fuera un vinilo, algo de peso. Y los vídeos también han sido así, con mejor presupuesto y muchas ganas.

También se percibe mucho cuidado en las letras, como que están muy medidas, con una conciencia de lo que dices, cuidando no herir determinadas sensibilidades. Personalmente percibo que es algo que se está generalizando en el rap, y no sé si es algo que tú mismo, como individuo que se informa y lee sobre cuestiones sociales y va cambiando el chip, o tiene un punto de autocensura.
Es una mezcla de factores. Por ejemplo, yo antes veía una obra de arquitectura o una pintura y pensaba, «qué bien, es minimalista». Y, en cambio, en la música criticaba la simplicidad, y cuando escuchaba un tema muy básica de pop, o de reggaeton, lo consideraba pobre, burdo. Pero me he dado cuenta de que no, que precisamente es lo más difícil. Cuando empecé con 16 años, mis letras eran (canturrea) «parabarabarabarabarabarabarabá». Y ahora son (canturrea, de nuevo) «para. Parabará. Parabá», ¿me entiendes? Eso, es mucho más difícil. Entonces, por un lado, he tratado de crear un contenido minimalista en las letras. Y, por otro, dentro de que nos autogestionamos y sabemos la dificultad que tiene entrar en las radios, quería tener un lenguaje cuidado para que lo pueda escuchar todo el mundo. ‘Oro rosa’ es más rap, más sectario, y ‘City Pop’ es para que lo escuche y se lo baile mi abuela o un niño de 5 años. Es eso. Aparte, yo soy muy autocrítico con las letras.

¿Cuál dirías que es el tema más importante del disco para ti, el que tiene más peso artístico?
Ufff… (Duda) Si me preguntas por mi favorito, diría que es ‘Sorry’. Tiene una letra con un lenguaje popular, actual, con el toque garage, que nunca había hecho, el drop de electrónica que hace Pablo (Nde: Selecta, el productor)… Es muy compleja. Y la que más me costó, en cambio, fue ‘Muñeco de cera’, porque nunca había hecho una balada así en plan Justin Timberlake. Pero el tema que mejor resume la movida, el que mejor refleja la obra, es ‘Bambino‘, en cuanto a que es la reinterpretación del city pop al lenguaje del pop español actual, aunque no pierde el rollo rap.

“Si yo hubiera publicado esto mismo pero con la multinacional, el comentario habría sido: «se lo han hecho»”

En una de las letras mencionas que has tenido ofertas de multinacionales y que las has rechazado. No pongo en duda que haya sido así, es evidente, ni eres el primero que canta de esto. Pero me pregunto, ¿qué te lleva a rechazar una oferta así? ¿Son las condiciones económicas, que no son tan bonitas como se supone? ¿O es más una posible pérdida de control artístico?
En mi caso, por libertad creativa no ha sido. Fue más por el momento… Es decir, si yo, después del camino que me he labrado durante años, hubiera publicado esto mismo (Nde: ‘City Pop’) pero con la multinacional, el comentario habría sido: «se lo han hecho». Quizá es algo inocente, pero me puse en la mente de un oyente, de un chaval que me escucha. Y creí que pensarían eso, que perdería credibilidad. Sé que las canciones hubieran tenido 15 millones (de reproducciones) en lugar de 3, pero pensé que no tendríamos el mismo reconocimiento.

Por otra parte, las multis tienen una parte muy… ¿Cómo decirlo? Te amarran. Firmas este disco, y otro más y otro más, con opción a otro. Yo les entiendo: no pueden invertir 100.000 euros en este disco y que luego yo diga, «chinpún», pero… Yo empecé con esto como un hobby cuando tenía 16 años, ahora tengo 25. Si yo acepto una de estas ofertas, que las sigo teniendo en la mesa, sé que es para el resto de mi carrera. Porque ponte que publico tres discos, un disco por año. Cuando eso pase, o lo he petado haciendo lo que yo quiero o soy una marioneta en manos de la multinacional. Aparte, a mí me gusta trabajar con mi equipo de siempre, y si me quieren es por lo que yo he hecho con esa gente. Pero sé que eso es muy difícil ahora mismo, porque las propias multis han creado sus propios equipos de trabajo por una cuestión de economía. Para mí eso es muy importante, porque también perdería credibilidad con mi gente. Aunque hay que decir que se han puesto mucho las pilas, y están más abiertos.

“Si hemos vendido 2.000 copias, sé que las hemos vendido nosotros (…) Pero, ojo, no seamos gilipollas: te la pone muchísimo más gorda verte en el cartelón y en vez de 2 vender 10.000”

Entonces, estos dos discos los has autoproducido y autoeditado. ¿Dirías que es satisfactorio haberlo hecho?
Por supuesto. A mí me gusta porque es real, tanto en lo bueno como en lo malo. Esto es un trabajo de un año completo, de inversión, inversión, inversión… pero ahora estamos metiendo mucha gente en los shows, vendiendo merchan, recuperando pasta. Esa parte, la de empresario, te reconforta personal y artísticamente. Si hemos vendido 2.000 copias, sé que las hemos vendido nosotros. No ha sido con cartelería, con promos de Instagram… Te la pone gorda, en el sentido que dices «esto lo he conseguido YO». Pero, ojo, no seamos gilipollas: te la pone muchísimo más gorda verte en el cartelón y en vez de 2 vender 10.000. Hay que ser humilde, tener los pies en la tierra y estar orgullosos de lo que hemos hecho, no arrepentirnos de lo que no hemos hecho. Pero también te digo: las miras que yo tengo, donde quiero llegar, sólo y con la mentalidad española, es difícil. Entonces, bueno… caminaremos.

También quería preguntarte porque ‘City Pop’ tiene una entidad de álbum, y parece que es algo que se está extendiendo en la escena. Ya no se habla tanto de mixtapes. ¿Por qué crees que es esto, que antes nadie se planteaba, simplemente sacar canciones a saco?
Es curioso, porque cuando Goya hizo las pinturas negras no creo que dijera «voy a hacer las pinturas negras», sino que es algo que después se analizó y se englobó así. Es algo inherente a la Historia del Arte. Yo creo que como todo va tan rápido y todo es tan de mentira, nosotros mismos tenemos la necesidad de decir: «esta es mi obra, y quiero que todo el mundo lo entienda y hago un stories de Instagram contando cómo he hecho el álbum». Quieres que se entienda. Yo el primero, que podía haber sacado todo esto en canciones separadas, pero preferí hacerlo así, estar un año sin sacar nada y que luego fuera como un impacto. Pero hay mucha gente que prefiere seguir sacando temas sueltos, depende de la mentalidad de cada uno.

¿Puede ser también que la escena haya alcanzado cierta madurez? ¿Que se busca trascender?
Sí, eso es cierto. También buscas que se entienda, concentrar tu trabajo, mostrarte de una manera más completa como artista, reflejar tu propia madurez. Yo antes era incapaz de hacer más de tres canciones que tuvieran un sentido juntas, y cuando las sacaba ya ni siquiera me gustaban, ya estaba en la siguiente tanda de otro rollo.

“Si mi objetivo fuera hacerme rico, no haría las canciones que hago”

Rels B nos decía en una entrevista que no se veía haciendo música más allá de 2 años. Y antes Carlos (Nde: Cruz Cafuné) me decía que la crisis que se vislumbra en 2020 va a cambiar mucho las cosas. ¿Cómo vislumbras tú el futuro? Como artista, quiero decir…
Yo creo que como artista, ‘Oro rosa’ fue la última piedra de una etapa, y ‘City Pop’ es la primera de otra. A partir de aquí, no sé lo que pasará, pero lo que tengo muy claro es que tendré un sitio en la industria de la música. No sé haciendo qué, pero lo tengo muy claro. Y más después de estar dentro y sabiendo cómo funciona todo. Y si mi objetivo fuera hacerme rico, no haría las canciones que hago. Sé lo que quieren los chavales y cómo funciona este país: sacaría un tema cada semana, daría que hablar… Funciona así. Pero sería faltar el respeto a mi persona y a lo que hago.

Respecto a una crisis, diría que la hay, y sobre todo de valores. Quizá llegue un punto en que lo que esté mal visto es no incluir insultos y malas palabras en las letras. Vamos hacia una sociedad en la que todo es denigrar, peyorativo, todo está lleno de violencia y se premia. Se premia la estupidez, el mal gusto, en muchos ámbitos. Mira, cuando terminé el instituto, sacaba muy buenas notas, y no sabía qué hacer. A mí me gusta el arte, y pensé estudiar Bellas Artes. Pero al final estudié Educación Infantil, y no porque me gustasen los niños o quisiera ser padre joven ni nada de eso (risas). Sino porque veía a mis chavales de Carabanchel, mi barrio, y sentía que podía hacer algo por ellos, que necesitaban que alguien les guiara por otro camino, ¿sabes lo que te digo? Y, no he llegado a ejercer, en cierto modo siento que eso es lo que hago con mis canciones. No canto «ey, soy Recycled, no tires mierda al suelo» (risas) Pero lo digo de otra manera. En ese sentido, sé que encontraré lo qué hacer… salvo que estalle una puta guerra loca y me tenga que poner a hacer vete a saber qué. (risas) Incluso así, pelearía por lo que pienso.

“(Sobre la evolución del rap español) Había como un complejo, ese rollo de «soy pobre» y «fuck drogas». Los chavales de mi generación no nos creíamos eso, y aquellos chavales somos hoy los nuevos raperos”

¿Y cómo valoras la posición que ha alcanzado la nueva escena del pop urbano español tanto socialmente como en la industria? Quiero decir, se ha llegado a un punto en que, por ejemplo, Don Patricio y Cruz Cafuné, aquí presente, han llegado a ser número 1 de singles con ‘Contando lunares’ desde la completa autogestión, al margen de la industria.
Por una parte, te sorprende, porque nunca te imaginas lo que va a pasar. Ni ellos esperaban llegar tan lejos con ‘Contando lunares’ ni yo lo que te decía antes de ‘Aunque digan que yo‘. Pero me alegra mucho que el rap avance. Siempre hemos jugado con muchísima desventaja, principalmente comparándonos con Francia e Italia, que son los mercados grandes que tenemos más próximos. Así que no era muy difícil avanzar. Te pongo un ejemplo: cuando yo era pequeño, MCs como Zatu o Violadores nunca cantaban de dinero porque estaba mal visto. Había como un complejo, ese rollo de «soy pobre» y «fuck drogas». ¡Pues no, tío! ¡Eres rico y te estás poniendo hasta el ojete! Los chavales de mi generación no nos creíamos eso, y aquellos chavales somos hoy los nuevos raperos.

Y algo parecido ha pasado en el pop español, ojo. Cuando yo era pequeño, aunque me pilló en sus últimos años, el pop era Mecano. Y yo entiendo que eso es un pop de la hostia, pop de llenar estadios. Pero luego llegó el pop de Bisbal, de Chenoa y demás, y eso no era pop: eran medios de comunicación masivos con mucha pasta dando soporte a una remezcla de flamenco, un Nino Bravo joven y… Malú no era pop; Estopa no era pop. Aquí no ha habido Britney Spears, un Justin Timberlake, una cultura pop. Pero ahora tenemos a Bad Gyal siendo Britney Spears. Es decir, hemos llegado unos chavales que hemos mamado eso y lo reinterpretamos a la movida de ahora. Creo que es muy guay. Yo creo que en los próximos años el concepto pop en España va a dar un giro. Porque del mismo modo que ahora ningún rapero dice que haga rap sino música urbana, acabarán diciendo que hacen pop. Al final todos lo hacemos para ganar más dinero y ser más conocidos, todos queremos trascender y que vaya a más.

“El trap no era otra cosa que el rap evolucionado. Era Pikachu evolucionando en Raichu”

O sea, que el trap no era el nuevo punk sino el nuevo pop.
Es que todo el mundo preguntaba «¿y qué es el trap?» El trap, el trap… El trap no era otra cosa que el rap evolucionado. Era Pikachu evolucionando en Raichu. (risas) Pero yo ya me he quitado esa etiqueta, ya nadie lo pregunta. Y mira en ‘City Pop’: ‘Ricky Martin’ es trap, ‘Por la pasta’ es trap, ‘Aunque digan que yo’ es trap, ‘Guinness’ es trap. Y nadie ha preguntado por eso. Ha colado la etiqueta de «pop». Y que dure.

Antes decías que estabas ya trabajando en el estudio. ¿Son temas tuyos nuevos?
Hoy he estado con una colabo, pero sí, estoy haciendo cosas, trabajando en varios proyectos a la vez. Uno es con Selecta, y otro es en solitario. Si antes te decía que hace años me costaba juntar 3 y 3, ahora me cuesta juntar 10 y 10 (risas). En esa pelea estamos, pero está todo en camino.

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