Por más que se les critique, es innegable que los reggaetoneros han contribuido a implantar la nueva tendencia comercial: publicar singles nuevos entre álbumes para no perder interés en ningún momento… aunque cabe el riesgo de caer en el nickiminajismo y ponerse pesados de más. Como sea, esa estrategia ha servido por ejemplo a Rosalía para aprovechar el impulso de ‘El mal querer’ y multiplicar su popularidad hasta niveles inéditos. Igualmente, parece la fórmula que busca Katy Perry para resarcirse del bajón comercial que dio con ‘Witness’.
Así, este año ya ha lanzado ‘365‘ con Zedd, un remix de ‘Con calma’ junto a Daddy Yankee y, ya en solitario, ‘Never Really Over‘ y ‘Small Talk‘. Y sigue: acaba de estrenar la cálida ‘Harleys in Hawaii’, en la estela sonora y melódica de Sade. De nuevo, Charlie Puth está en los créditos de co-autoría y co-producción. El videoclip, dirigido por Manson y producido por Canada, nos muestra motos y bares como sugiere su propio título, y hula-hops como repite su estribillo.
Perry es también noticia porque se resiste a aceptar la condena por plagio que un juzgado de Estados Unidos falló contra ella y los autores de ‘Dark Horse’, que determinó que se basaba en una canción de rap cristiano. Según Variety, Capitol Records, Dr. Luke y Perry han apelado esta decisión y reclaman un nuevo juicio, al considerar que la decisión del jurado no tiene base legal, al basarse en pequeñas coincidencias comunes (en la música pop) con la canción ‘Joyful Noise’ del rapero Flame, y que la sentencia es un grave error de la justicia.