En las próximas semanas la gira europea que ha emprendido Neil Hannon para presentar el nuevo álbum de The Divine Comedy, un muy notable ‘Office Politics‘ que gira en torno a la deriva laboral de nuestros días, recalará en España. En primer lugar el día 2 de noviembre, como parte del cartel del festival vizcaíno BIME 2019 –donde compartirá cartel con Kraftwerk, Foals, Róisín Murphy, Floating Points o Amaia, entre otros–, pero también en salas de otras capitales: el 3 de noviembre de 2019 en Valencia, La Rambleta; el 5 de noviembre de 2019 en Barcelona, Sala Apolo; y el 6 de noviembre de 2019 en Madrid, La Riviera. [Fotografía: Raphael Neal.]
Con ese motivo y la publicación de este 13º trabajo en su carrera, hemos charlado telefónicamente con Hannon. Quizá por las circunstancias –me explica, como veréis, que el primer concierto del tour fue la noche anterior y tuvieron varios problemas–, suena menos dicharachero y jocoso que la anterior ocasión en que hablé con él. Pero aun así, se muestra intachablemente amable y bromista (se carcajea con frecuencia) al responder mis preguntas sobre el cariz socio-político de este trabajo, la diversidad de estilos en el álbum o el carácter singular de su nuevo espectáculo, entre otras cuestiones.
Hola, Neil. ¿Cómo estás?
Estoy bien. Mi voz suena algo profunda, porque di un concierto anoche. Lo siento. (Sueno) gruñón. (Risas)
Sí, lo sé. De hecho, (Nde: la entrevista se hizo el día 7 de octubre) fue el primer concierto de la gira de presentación de ‘Office Politics’, ¿verdad? En Dublín, cerca de tu casa. ¿Cómo fue?
¡Fue espantoso! (Risas)
¿En serio? ¿Por qué?
Bueno, para empezar es un show muy complicado, con muchos accesorios y teclados, y muchas cosas extrañas sucediendo. Y… muchas de esas cosas salieron mal. (Risas)
Vaya, lo siento.
Pero no importó, lo pasamos bien y al público le gustó. Las primeras noches siempre son complicadas.
«No creo que la gente se imaginara cuánto adoro la new wave y el synth pop de los últimos 70 y primeros 80»
Da la sensación de que los muchos estilos que atacáis en el disco harán que vuestros nuevos conciertos sean más divertidos de tocar para el grupo. ¿Es así?
No, quiero decir, estamos desplegando otra faceta de mis intereses musicales. Porque todo el mundo sabe ya que me encanta el pop orquestal de los 60, la música clásica y un poco de jazz… (Risas) Pero no creo que la gente se imaginara cuánto adoro la new wave y el synth pop de los últimos 70 y primeros 80. Y eso es más lo que estamos haciendo en este momento, aunque también integrado con el viejo material. Y ya es cuestión de la audiencia decir si lo estamos haciendo bien o no.
Sí, de hecho, en una de las canciones –‘Psychological Evaluation’– mencionas lo que son claramente algunas de las influencias de este álbum, como Human League, Soft Cell, OMD, etcétera. ¿Tu intención fue que este disco fuera incluso más electrónico que como finalmente es?
Nunca parto de una meta específica, a decir verdad. Cuando escribo canciones sólo las escribo, y no puedo ver dónde me están llevando. De hecho, la mayor parte de estas canciones fueron escritas a la vez que las del último disco, ‘Foreverland‘. Fue en un par de años raros, en torno a 2012 y 2013, o quizá también 2014, no me acuerdo bien. Estaba aburrido, había terminado unas cosas (Nde: probablemente se refiera a su recopilación de letras, la ópera que escribió, una representación teatral, etc., de las que ya nos habló tiempo atrás), y no tenía nada que hacer. Así que dije «voy a desempolvar toooodos mis viejos sintetizadores y, simplemente, pasármelo bien». (Risas) Muchas canciones empezaron con sintes, pero luego las cambié de instrumento y se convirtieron en… el pop-orquestal-de-los-60 que hay en ‘Foreverland’, ya sabes. (Risas) Las canciones se fueron dividiendo de forma natural en dos terrenos diferentes: uno, las cosas habituales de Divine Comedy sobre relaciones; y otro, la extraña música de sintetizadores con tono sociológico. Así que dije «voy a dejarlo a un lado y ya veré más adelante qué hago con eso». Y ‘Office Politics’ es lo que hice con aquello. De todas maneras, todo el mundo que sabe lo que me gusta, mis intereses, no se habrán sorprendido con este disco. (Risas)
¿Podríamos decir que este disco es fácilmente tu trabajo más diverso y menos predecible?
Diría que también ‘Liberation’, ¿no? (Nde: un vacile, porque ese fue su primer disco, del año 1993) (Risas) Por favor, sigue.
«Cuando vi que todas (las canciones de ‘Office Politics’) encajaban y funcionaban juntas, pensé «¡qué suerte!»»
Entonces, si lo entiendo bien, nunca hubo un gran concepto detrás del disco. Simplemente fue sucediéndose así…
Verás, diría que ni este ni ningún otro de mis discos son conceptuales, en realidad. Sencillamente desarrollan ciertas cosas. Y este grupo de canciones están obsesionadas en trabajo, trabajadores, oficinistas, tecnología, cómo las máquinas tienen cada vez más impacto en nuestras vidas. Y si eso es bueno, en algún caso. Pero nunca fue una decisión hacer este álbum, simplemente salió así. Cuando vi que todas encajaban y funcionaban juntas, pensé «¡qué suerte!». Y entonces le di el nombre de ‘Office Politics’ como una manera ordenada que las recorriera de un extremo a otro, como si reflejara un día de trabajo, desde que te levantas por la mañana hasta que terminas y vuelves a casa. Hay una pequeña historia en él, sobre Billy Bird y Opportunity Knox, que mata a Billy Bird… (Risas) Y en medio está esa fiesta con los de la oficina, la vida y esas cosas… Pero en todo caso tampoco tiene un sentido global, y ni siquiera me importa.
Pero el álbum, como dices, tiene una narrativa que va conduciendo a un final bastante triste. ¿Cuál es la idea principal que te gustaría que la gente extrajera de estas canciones?
Lo heróicos que son, yendo a trabajar cada día. Y lo único que les diría es «intentad que no os atropellen, ni los compañeros ni la tecnología».
No es en todo caso un tema muy frecuente en la música pop…
No sé, tienes ‘Crushed By The Wheels of Industry’ de Heaven 17, para empezar. Hay elementos de este tipo de cosas en la música pop, pero quizá no recientemente.
A eso me refería. ¿Echas de menos que haya más grupos o artistas actuales que se dediquen a hablar de cuestiones sociales y políticas?
Sí, claro. Porque eso les haría mucho más interesantes. Todo el mundo parece hablar sólo de sí mismos, y yo no encuentro eso especialmente interesante. (Risas)
De hecho, es curioso que este tipo de cuestiones apenas estén siendo puestas sobre la mesa, en el pop de hoy, por parte de artistas con largas trayectorias, como por ejemplo Pet Shop Boys, Saint Etienne o tú mismo, en lugar de músicos más jóvenes. ¿Te has parado a pensar en ello? ¿Por qué crees que sucede?
Es un poco deprimente. (Nde: se para a pensar) Verdaderamente echo de menos adolescentes valientes que digan a los demás lo que piensan. Y en cambio se inclinan por esa, no sé cómo decirlo… Esa auto… (Nde: empieza a decir «self») Sí, podríamos llamarla «música-selfie», en nuestros días. (Risas) En plan «oh, dios mío, mi vida es muy excitante, qué sexual que soy». Simplemente… ¡Me da igual! (Risas) Pero no es su culpa. Tiene mucho que ver con la sociedad en la que están creciendo, dominada por las redes sociales. Y eso no es saludable para ellos.
«Odio en lo que se está convirtiendo el capitalismo. (…) Hay una parte muy ruidosa y pequeña del sistema que está arrebatándonos toda nuestra energía y nuestro dinero»
¿Dirías que este álbum es más una crítica al capitalismo o, al contrario, al propio proletariado que permite que sus puestos de trabajo desaparezcan sin protestar?
Bueno, yo mismo no soy anti-capitalista. Vivo y trabajo en el mismo sistema que todos los demás, y es bueno tener la libertad de ganarse la vida de la manera que elijas. Pero odio en lo que se está convirtiendo el capitalismo, esta economía de mercado. Siento que hay una parte muy ruidosa y pequeña del sistema que está arrebatándonos toda nuestra energía y nuestro dinero, ¿sabes? La idea de que la riqueza genera riqueza es una mentira. Sencillamente no es verdad. Y se ha demostrado que no lo es muchas veces, una y otra vez, y simplemente nos conformamos con ello. Y además es imposible que este sistema de crecimiento constante sea compatible con la sostenibilidad del planeta. Las dos cosas no pueden suceder a la vez. Así que es importante que nos inclinemos por la opción correcta.
En él hay algo de synth-pop, latin jazz, música lounge, techno-rock al estilo Gary Numan… ¿Hubo alguna línea roja que estuviste tentado de rebasar en cuanto a estilos?
(Risas) Bueno, hay 16 canciones en el disco, pero podían haber sido 24 canciones. Tenía tantas putas canciones… Ha sido muy diferente a mi método de trabajo habitual, que era escribir 13 canciones y meter 12 en el álbum, ¿sabes? Pero las canciones que no están en el disco… No sé cómo describirlas, pero también eran diferentes, de nuevo, a lo que hay en él. Y pensé que prefería concentrarme en las que conectaban con este material electrónico nuevaolero.
¿Cuál fue el arreglo de más difícil encaje en el álbum? Ese que no llegaste a ver del todo claro hasta el último momento…
Pues sorprendentemente fue ‘Norman and Norma’, fue la canción más difícil. Y es la canción pop más directa, pero a veces esas son las más difíciles de rematar, porque tienen que sonar como fáciles… y yo tendía a hacer demasiado complicada. (Risas) Pero estoy encantado con cómo ha quedado la grabación. ¡Sólo me ha llevado siete años! (Risas)
«La única regla que sigo es «no tengas en mente al público»»
Después de dos álbumes (junto al citado ‘Foreverland’, ‘Bang Goes The Knighthood‘ –2010–) de, digamos, el sonido clásico de The Divine Comedy, ¿necesitabas hacer un disco diferente, como este?
No sé porqué lo hice, pero lo hice. (Risas) No pienso demasiado en ello, simplemente hago lo que creo que es correcto en ese momento. La única regla que sigo es «no tengas en mente al público». Sé que suena feo, y duro, pero es importante no mortificarse con «¿Gustará este sonido?» o «¿Llegará a las radios?» No puedes hacer buenos discos pensando así. A lo largo de los años, alguna vez he caído en esa trampa, y acabó en música-no-tan-buena. Es algo en lo que me esfuerzo, sacar eso del todo de mi mente y hacer la música que quiero hacer. Y ese es el tipo de disco que quería hacer. No sé porqué. Quizá tenía una crisis de mediana edad. (Risas) En muchos sentidos, es mi disco más nostálgico, en varios sentidos. Porque retrocede a la música pop de mi infancia, de cuando tenía entre 8 y 13 años, más o menos. Fue una especie de edad de oro de la música pop británica, al menos así lo recuerdo yo.
Estoy bastante seguro de que, afortunadamente para ti, no has trabajado en una oficina en, como poco, mucho tiempo…
Sí, hace 48 años que no trabajo en una. (Risas)
Sí, lo suponía. ¿Cómo has documentado, por ejemplo, canciones como ‘Absolutely Obsolete’, en la que describes con gran fidelidad el despido de un empleado?
Es algo muy extraño: se llama «imaginación». (Risas) No hay mucha gente que la use ya, pero a mí me gusta. Bueno, soy una persona real, vivo en el mundo, conozco mucha gente que trabaja en oficinas o lo ha hecho, veo televisión, leo la prensa, libros… Quiero decir, la gente que trabaja en oficinas también puede saber cómo funciona el pop. (Risas) Y probablemente podrían escribir una buena representación de ello en un libro. No es tan difícil como puede imaginar. En ‘Office Politics’, la canción, uso la expresión «presentación en Powepoint». ¡Y jamás he visto una! Pero aún así funciona. No se trata de exactitud, no se trata de un documental, solo es un disco de pop y quería crear la atmósfera, más que nada.
«No he hecho un setlist satisfactorio desde hace unos 15 años»
¿Cómo te las apañas, después de treces discos llenos de canciones que los fans quieren escuchar, para armar un setlist?
(Bufa) Es imposible. No he hecho un setlist satisfactorio desde hace unos 15 años, porque son demasiados discos y no puedes tocar todo, es imposible. Así que simplemente hago lo que siento. Hay muchas canciones del nuevo disco, porque creo que es lo que hay que hacer, y luego intento incluir… Hay un puñado de canciones de las que simplemente no puedes prescindir en cada noche porque la gente se va a enfadar mucho. (Risas) Pero luego intento incluir otras del catálogo que funcionen en el mismo estilo que las nuevas canciones o que tengan un contenido lírico parecido, y lo integro todo así. Es terriblemente difícil, es posiblemente la parte más difícil de mi trabajo.
En unas semanas te esperamos por aquí…
Yo también, siempre son conciertos fantásticos en España.
Bueno, aquí estáis muy bien considerados también por el público, son definitivamente algo que la gente sabe que hay que ver.
Eso es muy amable, gracias.
Lo que quería preguntar es, ¿de alguna manera adaptas esos setlists a cada país, según como hayan funcionado tus singles o discos históricamente en ellos? ¿O es demasiado difícil?
A veces puedes hacerlo, pero de la forma en que está organizada este nuevo show, no podemos decidir en último momento. Porque hay muchos equipos, artilugios, iluminación… Así que es muy importante no incluir demasiadas variables en la noche. (Risas) Así que pido disculpas por adelantado, pero, bueno, para cuando lleguemos a España, vamos a ser muy muy buenos tocando las mismas canciones. (Risas)
Por lo que dices, es un espectáculo muy visual, entonces.
Sí, mucho. No hago mucho este tipo de cosas, pero para este disco quería tener a esta especie de… esclavista en el escenario, que… Bueno, ya veréis de lo que hablo.