El nuevo álbum de Nicolas Jaar comienza con ‘Vanish’, una pista que genera tanto terror como una banda sonora de John Carpenter o una «danza de brujas» de Berlioz. Nada bueno anuncian las primeras notas de una composición que después incorpora un lamento repetido como un mantra: «di que vas a volver, di que vas a volver». ¿Quién querrá adentrarse en este entorno tan lúgubre, sucedido por otra pista tan tambaleante como ‘Menysid’?
Nicolas Jaar celebró su 21º cumpleaños publicando un debut llamado ‘Space Is Only Noise‘ que le puso en el mapa de la electrónica experimental internacional. Después vendría el politizado ‘Sirens’, sobre la historia del país de sus padres, Chile; conocimos su proyecto paralelo Darkside; ofreció la versión más luminosa, accesible y bailable de sí mismo bajo el alias Against All Logic, con el que este año ha firmado un segundo disco tras el pelotazo que supuso el primero; y ha contribuido ligeramente a la producción del último álbum de FKA twigs, para varios medios de comunicación, el gran álbum de 2019. Ni que decir tiene que una obra que se llama ‘Cenizas’, firmada con su nombre y apellido, supone un retorno a lo más oscuro.
Apartarse del «mundanal ruido», oxigenarse, deshacerse de sus vicios… era la gran inquietud de este artista hace unos años cuando quiso «sentir todo» y para ello dejó «el alcohol, el tabaco, la cafeína, la carne, etcétera». Antes de que la humanidad se confinara, él se declaró «en cuarentena al otro lado del mundo» para trabajar durante unos meses en su nueva música. Nicolas Jaar se las prometía muy felices entonces, pero pronto se dio cuenta de que el mal no se había ido a ningún sitio, más bien se lo había llevado consigo, y sus pensamientos negativos están concentrados en este ‘Cenizas’. En la canción titular asegura que «cada día nuestro mundo se achica o se derrumba»; ‘Vacíar’ (sic) es pura tenebrosidad, ‘Hello, Chain’ nos entrega más sonidos de ultratumba… Son los miedos del artista llamándonos desde el más allá. «Ya no cabe nada, pero estamos juntos sin noticias del otro mundo».
John Coltrane continúa siendo una referencia para Nicolas y en especial ‘Crescent’ (1964) ha sido una inspiración en este álbum. Le gusta particularmente cómo suena «húmedo y seco al mismo tiempo, trascendente en su sutileza y humildad». Añade: «no se basa en nada salvo en su humilde fe en la melodía, el ritmo y la libertad». «No grita desde una montaña ni se regodea en su subjetividad», indica. Este mensaje publicado en su web es importante porque se publicó apenas unas horas antes del día de salida de ‘Cenizas’, anticipando y condicionando su escucha, y porque da varias de las claves de lo que encontraremos en él.
El disco tiene un ambiente mortecino y depresivo en muchos momentos, pero también consiente el ritmo tribal aportado por el polvoriento blues de ‘Mud’, cuya letra encierra un punto de esperanza («esperaremos / la paciencia es nuestra virtud»). El ambiente de la pista titular es onírico (además, cuando canta en castellano no puede evitar parecer un poquito Devendra Banhart) y la melodía de ‘Garden’, a piano, es un oasis de belleza donde no cabe el horror con el que esta aventura había comenzado. No obstante, no es el desenlace del viaje, pues aún faltarán la caída de ‘Xerox’ y el cierre con ‘Faith Made of Silk’, una canción que con su batería y sus sintetizadores, bien podría ser de Apparat. Nicolas vuelve a usar la palabra «fe» y vuelve a la «cima de la montaña» pero desde luego no es para chillar desde ella. Desde allí asegura que «una cima es tan solo el camino hacia un descenso», sin imponer al público cuál era el lado bueno. Eso quizá depende de nuestra subjetividad, pero no tanto que el artista mantenga su buena mano para transmitir la idea de luz y la de sombra, la del vicio y la de virtud.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Cenizas’, ‘Garden’, ‘Agosto’, ‘Mud’, ‘Faith Made of Silk’
Te gustará si te gustan: Brian Eno, el último Scott Walker, Burial, Apparat
Youtube: ‘Cenizas’ en Youtube