Las producciones de Kali Uchis son mágicas. En sus mejores momentos, encierran el poder del escapismo. Ha de ser por su surtido de teclados ochenteros, por lo atmosférico de sus trucos de estudio o por la sensualidad de su voz, pero muchas de las canciones que compusieron su primer disco oficial, ‘Isolation‘, tenían el poder de trasladarte a un planeta imaginario. Y lo digo tanto por pequeños éxitos como ‘After the Storm‘ como por producciones que enseguida cayeron en el olvido, por razones que no acierto a comprender, como la maravillosa ‘In My Dreams’.
Por eso era tan decepcionante que su segundo álbum se presentara con un tema como ‘¡aquí yo mando!‘. Su colega Rico Nasty (la de ‘Smack a Bitch’ y más recientemente ‘Own It’) es un gran fichaje, pero el mundo no necesita más temas de base trap random con unas líneas de empoderamiento, co-escritos encima por los 5 hombres de siempre, entre ellos Tainy, omnipresente dado el éxito de sus producciones junto a J Balvin y Bad Bunny. Esto es algo que habríamos esperado de Becky G, pero pedíamos más a Kali Uchis. Por suerte, nos lo ha dado.
‘Sin miedo (del amor y otros demonios)’ comparte con ‘MDNA’ de Madonna algo más que la compañía discográfica (Interscope) y cierta estética a medio camino entre Tarantino y Russ Meyer: también es un trabajo en el que sus singles no son representativos, que tiene mucho más que ofrecer que esas canciones que parecen haberse ideado para las radios o playlists de moda junto a algunos productores o personajes de éxito. En este último sentido, hay que reconocer que ‘la luz’ junto a Jhay Cortez sí es un tema bien conseguido, sexual y embriagador; que Jowell & Randy cumplen en ‘te pongo mal (préndelo)’ subiendo los BPM’s cuando empezábamos a necesitarlo; y que PARTYNEXTDOOR ofrece su voz más sensual -tipo Drake- en el R&B de ‘fue mejor’.
Pero la verdadera buena noticia es que Kali Uchis nos ofrezca unas buenas dosis de ese R&B onírico, que solo podía haber sido creado en el siglo XXI, entonado en un Spanglish que fluye con naturalidad, entre cerezas, aguardiente y Cherry Cola, como sucede en ‘aguardiente y limón’, en la que la repetición de la palabra «miel» llena de autocoros esconde efectos afrodisíacos. Los teclados de ‘telepatía’ invitan como pretenden a intentar hacer el amor a distancia, ‘de nadie’ atrapa a pesar de ese extraño verso «me dicen bipolar (…) pero soy real» y ‘no eres tú (soy yo)’ contiene un arreglo burbujeante que logra mantener el listón alto en la segunda mitad del álbum.
Algunas de estas co-producciones es verdad que son de Tainy, pero o bien este se niega a acudir en modo piloto automático, o bien es Kali Uchis quien retuerce voces o altera el pitch para ofrecer cosas diferentes. Al fin y al cabo es ella sola quien escribe y produce el tema final, una fantasía vocal a medio camino entre James Blake y Arca. Con la venezolana comparte también cierto gusto telenovelero que va más allá de unas letras que nos hablan de amor, sexo y religión. Se tortura ‘vaya con dios’, el tema trip-hop con ideas tomadas de ‘Sour Times’ y ‘Glory Box’ de Portishead, de esta manera: «Me duelen los ojos de mirar sin verte / Es que te quiero tanto, digo tu nombre rezando / Tú mi ángel y mi santo / No sé si lo volveré a ver, vaya con Dios».
Más allá de eso, Kali Uchis se adentra en sus raíces latinas pese a haber nacido en Virginia (sus padres son colombianos) para reivindicar nombres como Los Zafiros, Los Terrícolas o La Lupe, además de a Gabriel García Márquez. Uno se queda con ganas de que desarrolle lo explorado en ‘la luna enamorada’ y sobre todo su versión de ‘qué te pedí’, que termina justo cuando parece que va a aparecer la verdadera pupa. Pero son solo intro e interludio en esta historia de sensualidad en la que caben multitud de influencias y colores. Sexo sobre sábanas de seda, y después cierta resaca, melancolía, vacío. El sonido, el mundo Kali Uchis.
Calificación: 8/10
Te gustará si te gustan: lo mismo James Blake que Bad Gyal, lo mismo Bad Bunny que SZA
Lo mejor: ‘la luz’, ‘telepatía’, ‘aguardiente y limón’, ‘la luna enamorada’
Escúchalo: ‘telepatía‘