En principio James Blake estaba aquí para revolucionar el soul. Sus primeros dos discos se construyeron sobre beats post-dubstep, pero él de quien era fan, era de Stevie Wonder. Poco a poco nos hemos ido haciendo a la idea de que sus últimos pasos no iban a revolucionar nada más. Variación aquí, variación allá, parece que esto es lo que hay. Este es su sonido y es posible que siempre lo sea.
Una vez asumido que el James Blake de los nuevos años 20 no es tanto un innovador como un cantante de neo-soul con el sonido del siglo XXI, es decir, una vez bajadas las expectativas, lo cierto es que su último single, ‘Say What You Will’, es una buena canción de autoafirmación. Es nuestra «Canción del Día» hoy. Y apurando, sí presenta una pequeña reinvención: ¿acaso puede introducirnos el álbum más feliz de James Blake?
Eso lo averiguaremos el próximo mes de septiembre. De momento, nunca nos habíamos reído tanto con un single de James Blake. Es cierto que el cantante lleva un tiempo enamorado, que incluso firma canciones con su pareja, y que algo de eso ya aparecía en ‘Assume Form‘ en 2019 (‘I’ll Come Too‘). ‘Say What You Will’ es un tema en el que el cantante se celebra a sí mismo por encima de las expectativas, las presiones y el recuerdo de lo grande que fue. Así lo indican frases como «he sido muy popular» (pero) «puedo encontrar mi camino sin superpoderes / puedo encontrar mi lugar sin ser agrio».
Como comentaba nuestro compañero Jordi Bardají a la salida de la canción, el vídeo complementa todo esto con un tronchante protagonismo de FINNEAS. El hermano y productor de Billie Eilish ocupa la primera plana de todas las revistas y sustituye a James Blake entre las preferencias del público en el videoclip de esta canción. Literalmente, le mea encima y la tiene más grande.
Pero a James Blake no le importa, y en lo que, salvando las distancias, constituye su pequeño ‘My Way’, prefiere repetir mil veces «di lo que quieras» porque ya todo le da igual. Además, redondea tal concepto con una cita de Thomas Roosevelt que sirve para sugerir que debemos dejar de enfrentar a unos artistas con otros: «La comparación es un ladrón de alegría». Pasen, sonrían y reflexionen.