Al menos hasta ‘Beyoncé‘, el disco homónimo de Mrs. Carter, Róisín Murphy era la única cantante femenina de pop comercial que había entregado discos sólidos y realmente significativos, serios, a la altura o incluso por encima de ‘Ray of Light’ y ‘Music’ de Madonna. Al lado de la calidad de ‘Ruby Blue’ y de la inmediatez con sabor delicatessen de ‘Overpowered‘, la originalidad del electropop de Annie o Robyn podía ser cuestionada. Pensando en la basta EDM de Rihanna o últimamente Britney Spears, la «producción» terrible de ‘Teenage Dream’, el deliberadamente feísta sonido de Lady Gaga, el triunfo balada mediante de Christina Aguilera o en cómo Madonna permanece sin más atenta a todas ellas, es fácil imaginarse a Róisín metiendo la cabeza debajo de la tierra, amargada, durante 7 años. ¿Os imagináis a su desaparecido sello, EMI, sugiriendo la producción de David Guetta o, peor, Skrillex? No, gracias.
Róisín no ha estado retirada este tiempo. De hecho, las canciones y colaboraciones que ha ido entregando durante estos años, podrían conformar un disco, pues suman más de una decena: ‘Yellow Moon‘, ‘Demon Lover‘, ‘Orally Fixated‘, ‘Momma’s Place‘, ‘Boadicea‘, ‘Leviathan‘, ‘Look Around‘, ‘Simulation‘, ‘Golden Era‘, ‘Cherry Picking‘, ‘Alternate State‘… Singles que parece que no irán en ningún álbum, pero algunos de los cuales podéis recuperar en este playlist constituyendo un disco hipotético menos inmediato que ‘Overpowered’ pero digno, nunca sonrojante.
La artista no ha querido sacar ni siquiera un EP recopilando parte de ese material (quizá sería una locura poner de acuerdo a sus sellos) y sin embargo se aleja de los caminos de la comercialidad y las pistas de baile más evidentes como ha preferido gente como M.I.A. o Sophie Ellis-Bextor, de manera muy diferente a ambas. ¿Cuál ha sido su manera de desmarcarse de la mediocridad? Curiosamente, a pesar de ser co-autora y co-productora de su música, Murphy siempre ha estado muy vinculada artísticamente a sus parejas, y no sólo en Moloko, que desapareció tras su ruptura. Si el padre de su primer hijo (2009) era Simon Henwood, autor de aquel arte de ‘Ruby Blue’ que quería situarla como una «electrodiva de los años 40», el padre del segundo (2012) Sebastiano Properzi es con quien ha grabado este EP de versiones de canción italiana, que recibe el nombre de ‘Mi Senti’.
Sin griteríos ni excesos, Róisín siempre ha contado con una atractiva voz con cierto toque negro, capaz de encajar guiños jazzies experimentales, y esa personalidad parecía también válida para el reto de reinventar temas de Mina, Patty Pravo o Lucio Battisti. La razón de lo desapercibido que está pasando su EP no ha sido en absoluto su tono, sino lo plano en una producción que se ha pasado de minimalista (‘La Gatta’), que se ha quedado demasiado corta, eliminando cumbres contenidas en las canciones originales, como sucede en la difícil ‘Pensiero Stupendo’.
Sí percibimos toda la garra esperada en ‘Ancora Ancora Ancora’, un tema que sólo podía tener esa interpretación pasional que queda a medias en el otro corte de Mina, ‘Non credere‘ (bonito teclado en su segunda mitad, eso sí). Y también ‘Ancora tu’ podría tener cierta independencia, funcionando fuera de este contexto, pero en general el halo italodisco o ambiental dado a estas canciones no termina de servir para que mejoren, sonando demasiado monocorde y por momentos hasta amateur. O quizá el mayor error ha sido haber anunciado que el «disco verdadero» puede estar a la vuelta de la esquina, pues Róisín ha trabajado hasta en más de 30 canciones propias… ¿Así quién quiere atender a sus versiones?
Clasificación: 5,8/10
Lo mejor: ‘Ancora Ancora Ancora’, ‘Ancora tu’, ‘Non credere’
Te gustará si: eres muy fan de Róisín, no de Mina
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