Música

Alfred García / 1016

En su paso por la academia de Operación Triunfo, Alfred García fue capaz de lo mejor y de lo peor. De enganchar con su singular personalidad (lo cual incluye un personal estilo vocal de esos de amar u odiar), su versatilidad, su cultura musical por encima de la media del programa y su impresionante capacidad para componer como churros canciones con buena pinta. Pero también de hacer chirriar con su histrión interpretativo, llevando a extremos negativos la máxima de ser él mismo, con cierta actitud de niño grande, extremadamente dotado para el arte pero aparentemente –aunque soy consciente de que esto es sólo una consideración personal únicamente basada en lo visto en televisión y noticias– torpón en la gestión de las emociones. Así las cosas, lo bueno es que, ya fuera de la academia, codeándose como uno más con artistas a los que admira (como Love of Lesbian, Jamie Cullum, Albert Pla y hasta Nick Cave y U2), Alfred sigue siendo tal y como le conoció el gran público, “auténtico” –ese epíteto tan peliagudo–. Y lo malo es, al mismo tiempo, que sigue igual, sin pulir sus aspavientos y tics vocales que son tan singulares como irritantes.

En cierto modo, al menos por este debut oficial post-OT 2017 (aunque oficiosamente había autoeditado antes dos discos), da la sensación de que su cabeza sigue dentro en aquella nave industrial reconvertida en escuela de música donde pasó tres meses encerrado y se enamoró. No es sólo que lo haya bautizado con el número que le acompañó durante los castings, sino que la mayoría de las canciones fueron compuestas allí o a causa de su paso por el talent-show (incluida una nueva versión de ‘Que nos sigan las luces’ que compuso Nil Moliner para su posible participación en Eurovisión, aunque en solitario). Sobre todo, ’1016

’ es honesto, no engaña: como él mismo explicó antes de terminar el programa, él quería hacer algo rockero, en sintonía con proyectos como Pereza (citados explícitamente en ‘Madrid’), el Andrés Calamaro más maximalista o Love of Lesbian, pero con un punto jazzy, sin perder de vista a sus grandes ídolos, David Bowie y Michael Jackson. Y además para ejecutarlo se ha rodeado –de manera valiente– de músicos de su confianza y con los que ha trabajado desde que era un chiquillo. Y esa honestidad es algo de lo que, hoy por hoy, no pueden presumir sus compañeros de final (Aitana y Miriam Rodríguez, de momento) en sus debuts, que parecen buscar complacer al público sin dejar claro si de verdad les representan.

Así, como una suerte de Harry Styles terrenal (escuchando estas canciones, no sorprende ni haberle visto acaparando miradas en el concierto del ex-1D en Barcelona, ni verle luciendo un traje Gucci-wannabe en su regreso como solista al programa de Gestmusic), Alfred García se mueve muy bien en ese mundo de rock clásico al borde del AOR con tendencia a la épica y potentes arreglos de raíz soul (se nota que es trombonista, y tiene gusto para emplear los metales). Y con él logra buenos momentos, con buenos ganchos: ‘Londres’ es una buena canción, muy bien rematada y pegadiza, al igual que ‘Madrid’, ‘1016’ –en la que retrata sus impresiones sobre el paso del programa– o una ‘Sevilla’ muy Leiva, que destacan junto al single ‘De la Tierra hasta Marte’. Pero, como sucedía con aquel, las buenas hechuras que alcanza musicalmente en ellas suelen ser malogradas por unas letras que deslizan cierta inmadurez personal y artística, con frases de una poética bastante infantil –pero no encantadora ni naif– que resultan embarazosas y que, hasta que uno se acostumbra, sonrojan.

Eso de definir las ciudades como “cambio de compás” o “acorde menor”, su paso por el programa como “sueños y dolor” o que la capital de España sea “Sala El Sol, 15M, el Orgullo, Fuencarral, Pereza, Los Javis y Nerea cantando en el musical” da como vergüencica. Aunque no es nada comparado con el tarareo nonsense del estribillo de ‘Volver a empezar’ (en la que parece rearmarse tras su ruptura con Amaia), la letrilla en inglés de ‘Barcelona’ (que, por otra parte, es un buen número que recuerda al Ryan Adams de ‘Gold’) y, sobre todo, el numerito funky junto a Love of Lesbian ‘Let Me Go’, que pierde la gracia cuando se convierte en un anuncio de cerveza típicamente mediterránea –you know– y que abochorna cuando se extiende en una jam en la que, incomprensiblemente, Alfred y Santi comienzan a jalearse mutuamente en inglés («Alfred goes to Hollywood, yeah?», espetan entre repeticiones del numerito de marras, falsetes insufribles y heys y hos), obligando a lanzar un sonoro “WTF!?!” y pulsar sin dudar skip.

Ese –y la total intrascendencia de canciones como ‘No cuentes conmigo’ (dueto con Carlos Sadness) o ‘Lo que puedo dar’– es el gran punto flaco de un ‘1016’ que, como decía, muestra a Alfred con sus defectos y sus virtudes. Entre estas se cuentan también cierta audacia, como ese ‘Wonder’ junto a su amiga Pavvla que le muestra bien solvente en tesituras próximas a Bon Iver y a los trabajos fuera de The National de los hermanos Dessner; o incluir a modo de cierre el ‘Himno del Prat’, su pueblo, y que no sólo no espante sino que sea un bonito broche (la canción es preciosa, claro). Aunque si algo maneja bien Alfred son las baladas más personales: el cálido intimismo jazzy a lo Rufus Wainwright de ‘Et vull veure’, unas de las composiciones que dedicó a Amaia en la academia y que aquí canta a dúo; la intensa ‘La ciudad‘ (su letra, pese a líneas como «esperando una respuesta eréctil, amorosa y personal», no está nada mal); y ‘Por si te hace falta’, la canción que escribió a sus compañeros proyectándose a su salida del concurso (a la que sólo le sobra un minuto final algo vacuo –esos innecesarios juegos vocales– para ser redonda), son tan sencillas como preciosas. Muestras inapelables de que Alfred García es ya un hábil escritor de canciones –en algún punto intermedio de lo mainstream y lo alternativillo– que, con apenas 21 añitos, tiene margen para seguir creciendo y mejorando (sobre todo en el plano lírico).

Calificación: 6/10
Lo mejor: ‘La ciudad’, ‘Et vull veure’, ‘Wonder’, ‘Por si te hace falta’, ‘Madrid’
Te gustará si te gustan: Harry Styles, Pereza, Pablo López
Escúchalo: Spotify

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Publicado por
Raúl Guillén