Antes de que algunos concursantes de Operación Triunfo 2017 saquen sus discos, y muy poco después de que lleguen a nuestras manos los lanzamientos largos de Aitana o Lola Indigo; Natalia Lacunza, que quedó tercera un año después, debuta con un EP de 7 pistas. Lo primero que se te viene a la cabeza es que ‘Otras alas’ ha de ser el típico disco precipitado, diseñado para aprovechar el tirón. Pero nada más lejos de la realidad. La navarra demuestra aquí que tiene las ideas muy claras en cuanto a sonido y concepto, al margen de un considerable buen gusto para rodearse de las personas adecuadas. Sin que en el programa Natalia tuviera un perfil tan alternativo como el de María, por la amistad de esta con Hinds, The Parrots y compañía; Lacunza ha terminado trabajando con Pional, Anxo de Novedades Carminha, Marem Ladson y Sen Senra, entre otros.
Lo cual es una sorpresa absoluta porque el primer single, ‘nana triste’, no apuntaba al mundo underground en absoluto. La balada con guitarra española es una bonita canción que rehuye del concepto «música de fondo» para sobrecoger más bien en su primera escucha, haciéndote preguntar hacia dónde llevarán su producción minimalista, con momentos casi a capella y silencios, y la emocionada interpretación vocal a cargo de Natalia Lacunza y su colega Guitarricadelafuente.
El resto del EP no tiene nada que ver. O casi. Porque pese a que el espíritu de Billie Eilish empapa la base de ‘tarántula’, y Melanie Martinez, que llegó antes que Billie, también es una referencia en esta composición o en ‘gata negra’; Lacunza ha logrado que todo tenga sentido. Preocupada como pocos artistas de 20 años por la coherencia del conjunto (Alfred o Aitana han publicado discos variadísimos), ha diseñado una buena secuencia de canciones que se inicia con una intro llamada ‘nada’, producida por los portugueses Redmojo; y poco a poco se va despojando de beats y efectos vocales para decidir terminar con ‘nana triste’. Inmediatamente antes, ‘otras alas’ con Marem Ladson, ‘no te veo’ y ‘Olivia’ son el camino perfecto para llegar a la canción acústica. Los temas resultan cada vez menos bailables que ‘tarántula’, pues ‘no te veo’ es una balada a piano y ‘Olivia’ está guiada por una línea de guitarra y un ritmillo R&B.
A esta secuencia bien ideada hay que sumar unas letras que anhelan la independencia e intentan huir de relaciones tóxicas. De ahí por tanto ese cierto carácter oscuro y poco ñoño. Natalia Lacunza ha elegido ser una «gata negra» y, así, en ‘tarántula’ amenaza: «Ahora me vas a escuchar / Ya no me puedo callar / voy a quemar la ciudad contigo dentro». «Vuelo hasta que empiece a notar que no tengo que escapar» es el estribillo creado junto a Marem Ladson, con la que ha tenido largas conversaciones sobre la posición de la mujer en la industria musical; y por su parte, en ‘Olivia’, el nombre que su madre iba a darle, Natalia imagina un álter ego en el que el chico que no la quiere le importa mucho menos. «Deberías seguir tu rumbo y olvidar», invita.
Lacunza es esclava de sus influencias, como tantos grupos de rock de chicos de 20 años, y tantos solistas masculinos y femeninas de su edad lo fueron antes. Por lo pronto podemos decir que la elección de ‘nana triste’ distancia a la artista de sus referentes internacionales y que ha conseguido integrar sus diversas facetas haciendo que parezca fácil lo que para otros habrían sido verdaderos malabares.
Calificación: 6,8/10
Lo mejor: ‘tarántula’, ‘nana triste’, ‘gata negra’, ‘otras alas’
Te gustará si te gustan: Billie Eilish, Melanie Martínez, Bebe
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