Lo del «difícil segundo disco» puede ser algo capcioso, porque para Taylor Swift lo difícil venía con el tercero: se estima que ‘Fearless’ ha vendido unos 12 millones de copias en todo el mundo –es uno de lo álbumes más vendedores del siglo XXI–, así que dar continuidad a tal logro no debió ser moco de pavo para ella. Pero ella no es una artista terrenal ni que se ajuste a normas, como ha demostrado sobradamente, y decidió, bragada, coger el toro por los cuernos y escribir las mejores canciones que pudo para su continuación. ‘Speak Now’ se integraba en su totalidad por canciones escritas por ella en solitario y, aunque su éxito no alcanzó al de su predecesor, la respuesta comercial fue muy positiva. Vendió otra pila de millones de copias (no tantas) y, además de batir el record Guinness de ventas digitales de una artista femenina en su primera semana (278.000 copias), se alzó con varios premios de prestigio como el AMA y el Billboard… a mejor disco de country. Espera, ¿qué?
Sabemos que el country rock de las dos últimas décadas ha evolucionado mucho desde los tiempos de Merle Hagard, Johnny Cash y Willie Nelson, pero calificar como tal las canciones de ‘Speak Now’ es mucho más que laxo. ¿Alguien calificaría a Avril Lavigne o a Kelly Clarkson de artistas country? No lo creo, y a estas, no a aquellos, es a lo que suena sobre todo la mayor parte del álbum, quedando apenas algún rescoldo de las raíces de la tradición sureña norteamericana –que sí estaban presentes en su debut– en él. ‘Speak Now’ es un disco abiertamente pop, del más edulcorado y manido, orientado al consumo fácil para un público eminentemente adolescente. Así lo demuestra una producción –firmada por Swift junto con su colaborador por entonces Nathan Chapman– que, en su mayoría, resulta ultraprocesada y dócil para cualquier oído expuesto a algo más que la radiofórmula o Disney Channel. Era, por tanto, una inmersión total en el espíritu pop, en el que se adentró ya de manera definitiva con su siguiente álbum, ‘Red’.
Ese sonido tan pulcro y sobado ha ido quedando atrás álbum a álbum… O bueno, no del todo, pero sí al menos se ha manejado con más picardía. Sin embargo, ‘Speak Now’ es también un antecesor de cosas positivas e importantes que marcan el carácter como autora de Taylor y que ha ido potenciando, con éxito, hasta ‘folklore‘. Principalmente, este trabajo demostró que Taylor es una razonablemente buena escritora de melodías. Más allá de los tan resultadistas –lo que Mourinho al fútbol, vaya– como inapelables ganchos de ‘Mine’, ‘Sparks Fly’, ‘Speak Now’, ‘The Story of Us’ (un auténtico pelotazo) o la melodramática ‘Haunted’ que harán rebrotar lo que queda de pavo adolescente en ti, sobresalen canciones estupendas pero no tan fáciles como las preciosas ‘Back to December’ y ‘Dear John’, la divertida ‘Mean’ –realzada por un banjo y un fiddle, esta vez sí– o la mona ‘Innocent’, que son palpablemente la raíz de lo que ha madurado en su último disco junto a miembros de The National. De hecho, cabe fantasear sobre cuánto crecerían estas canciones de haber sido tratadas con más valentía e imaginación, o si se aproximaran a referentes que ahora vemos claros como Bon Iver o Waxahatchee.
Pero, al margen de lo musical, si hay un factor decisivo en ‘Speak Now’ son sus letras. Como decía antes, fue el primer disco en el que ella escribió sus canciones y eso incluía unos textos que exhibían sentimientos, temores, arrepentimientos y anhelos. Pero, también, unas desatadas ansias de venganza contra los y las que se lo habían hecho pasar mal. Taylor, consciente del megáfono global dorado que le había sido entregado en las manos, decidió enfundarse su mejor sonrisa de querubín, abrir el cajón de mierda, cargar con ella un aspersor y ponerlo en marcha. En muchos casos, la impresión es que en la mayor parte de las ocasiones los swifties se han venido arribísima sobreinterpretando las puyas que podría estar lanzando a sus numerosos ex-novios –léanse el actor Taylor Lautner, Joe Jonas, el desaparecido Corey Monteith…– o incluso contra Kanye West, ya que por entonces ya había tenido lugar el desafortunado incidente con el rapero en la gala de los MTV VMAs 2009, origen de su interminable guerra. Pero lo cierto es que Swift les da motivos para pensar mal… y acertar.
Dentro de que su estilo de escritura era blanco y blando como correspondía a una chiquilla de su edad (bueno, lo cierto es que parecían más propias de una muchacha un par o tres de años menor), Taylor comenzó a mostrar su habilidad (no lo llamemos talento… ¿o sí?) para dejar «huevos de pascua» ocultos en sus canciones, con suficiente mala leche para, como poco, dejar en el aire insinuaciones. Para empezar, por ejemplo, confesaba a Time que el título del disco («Hablad ahora») era un mensaje directo a todos los que afeaban su éxito con la fórmula «ella no escribe sus canciones». Pero sobre todo destacan en ‘Speak Now’ los momentos en los que arremete como un Miura contra aquel que le hubiera clavado la banderilla.
Es el caso clarísimo de John Mayer, al que acusa directamente de aprovecharse de su candidez cuando mantuvieron un breve affair en ‘Dear John’. Tampoco hay que dejar volar demasiado la imaginación para creerse que ‘Better than Revenge’ es eso, una venganza, en este caso contra la actriz Camilla Belle, que al parecer arrebató a Jonas de sus brazos. Y es evidente que ‘Mean’ es un ataque frontal contra un periodista que le dedicó una crítica furibunda por una mala actuación en una gala de los Grammy. Ella no se anduvo con chiquitas: «Acabado y despotricando las mismas amarguras de siempre / Borracho y refunfuñando sobre cómo no sé cantar / Pero eres simplemente malo / Y un mentiroso, y patético, y estás solo en la vida / y (eres) malo». Como dirían Chicho y Chica, le soltó todo lo que le salió del fondo del higo.
Taylor establecía así un canon que se repetiría con frecuencia en su carrera y que hacía ver que esa «serpiente» en la que quiso hacer ver que se había convertido en la era ‘reputation‘ ya estaba ahí desde hacía mucho tiempo. Por supuesto, en ‘Speak Now’ había también una joven sensible, emotiva y frágil, como atestiguan las letras de ‘Innocent’, ‘Never Grow Up’ o ‘Back in December’. E incluso, en contra de esa imagen de Barbie inmaculada que derrochaba a manos llenas (de purpurina) en su portada, mostraba que podía llegar a estar un poco loquita y tener una actitud de fan fatal con la que podían identificarse sus propios seguidores: al parecer, ‘Enchanted’, que iba a dar nombre al disco, habla de su obsesión casi enfermiza con Adam Young, el artista conocido como Owl City.
Con todo esa vulnerabilidad conseguía también que su fandom empatizara con ella profundamente y la siguiera allá donde pedía, como se comprobaría más tarde en trabajos como ‘Red‘ y ‘1989‘. Pero, sobre todo, estaba sentando las bases de toda su carrera posterior –mírese ‘Lover‘, sin ir más lejos–. ‘Speak Now’ es por todo esto un muy buen disco de pop al que, sin embargo, traiciona la sobreproducción de Chapman, enredándose en desarrollos eternos (la recta final del álbum se hace soporífera, con tanto tema alargado cinco o seis minutos sin que haya tanto fuste) y predecibles hasta el bostezo, cargándose la frescura de las melodías. Así, siendo honestos, no podemos a caer en la exageración oportunista de puntuarlo por encima del 8 –como hizo Pitchfork en su revisión del pasado año–. Pero sí que hay que reconocer que, si bien en su momento podía parecer una tortura enfrentarse a este disco, hoy, con lo que sabemos y ha demostrado Swift, resulta bastante divertido zambullirse en su yo de 20 añitos que empezaba a mostrar quién era en realidad.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Dear John’, ‘Back to December’, ‘Mean’, ‘The Story of Us’, ‘Sparks Fly’
Te gustará si te gusta: Avril Lavigne, Kelly Clarkson, Hanna Montana.