IDLES / Ultra Mono

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IDLES / Ultra Mono

Este mes en «polémicas inservibles para la sociedad», la que rodea el lanzamiento del tercer disco de los recomendables IDLES, ‘Ultra Mono’. Que si se apropian de las voces de la clase obrera, que si son paternalistas con los pequeños pueblos desde su origen urbano (son de Bristol, ciudad de medio millón de habitantes), que si no deberían cantar cosas como «elevo mi puño rosa y digo que lo negro es hermoso» como dicen en ‘Grounds’, que si Orange Juice ya hicieron muchísimo por luchar contra el machismo en los tiempos del post-punk…

Reconozco que me he reído con la ocurrencia del líder de Fat White Family de afirmar que sus letras parecen generadas por un algoritmo de The Guardian. Por lo demás, una manera de perder el tiempo, de dividir lo que debería permanecer unido, mientras la ultraderecha o bien ni se entera de todo esto -que es lo más fácil- o bien se parte la caja. Es como si toda esta gente pensara que los debates sobre lo que es lo verdaderamente progresista nos hubieran traído cosas buenas en los últimos años en lugar de a Donald Trump, a Jair Bolsonaro, a Boris Johnson y a Santiago Abascal. Hombres todos recreados en su entorno heteronormativo que, ni en un ámbito privado, hasta arriba de copas, cantarían un estribillo como «I kissed a boy and I liked it«.

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Todo debate debería ser enriquecedor, y no soy muy amigo de que los músicos se lancen a resolver los problemas por cuyas soluciones pagamos a otras personas, pues la lista de artistas que lo han intentado y nos han dejado una lista de ripios y sonrojantes lugares comunes es demasiado larga. Frases como «nuestro gobierno odia a los pobres» en ‘Anxiety’ o «tu cuerpo es tuyo y te pertenece» en ‘Ne touche pas moi’ junto a Jehnny Beth de Savages son más básicas que un pogo. La mala noticia es que permanecerán de actualidad plena mientras las citadas personas permanezcan en el poder. Desafortunadamente, esa cita en la que sitúan a «Kathleen Hannah agarrando del coño a Trump con uñas de oso» todavía no ha perdido pertinencia.

Extendiendo el debate de lo «verdaderamente progresista» a lo «verdaderamente underground» y lo «verdaderamente punk», es curioso cómo durante años -o lustros, más bien- el rock y el punk han estado ninguneados en cuanto a atención mediática por el reggaetón y el «trap». Y ahora que esta banda británica va a ser número 1 directo en Reino Unido con unas cifras de venta excelentes el próximo viernes, parece que lo que toca es tirarles piedras hasta que se les caiga todo el techo encima. Recuerda a cuando en los 90 el debate sobre la autenticidad del grunge lo único que trajo es que Backstreet Boys tomasen la MTV y dejasen en cierto año sin premio a Radiohead, The Verve y Garbage.

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En los últimos años, cada vez que alguna tesis, interesante o no, ha intentado derribar a un artista por apropiacionismo, de Rosalía a Diplo, o por su relación con la política, es muy llamativo de qué manera tan extrema se ha pasado enteramente por alto el valor y la calidad musical de lo que dicho artista estaba ofreciendo. Fuera buena o mala. Lo peor de Taburete no es un apellido, sino lo regular que se les da escribir canciones, producirlas y cerrar conceptos. Y ese también está siendo el caso del tercer álbum de IDLES, generoso en pepinacos como el single ‘Model Village’, con su ánimo a la protesta y su alucinante cita a «Jardín de rosas»; ‘War’, sí, con esos alaridos en «clack-clack, clack-a-clang clang!», pues todos los aficionados a la música popular estamos acostumbrados a tarareos; o el torrente de energía que supone el estribillo de ‘Reigns’.

IDLES no han perdido brío: su base rítmica sigue siendo una locura. Además, la introducción de la electrónica en ‘Grounds’ quería retratar el «sonido de su propio motor arrancando» y eso es justo lo que consigue, de la misma manera que hay que celebrar que en el single ‘A Hymn’ hayan optado por un ritmo más pausado, más Joy Division, más The Horrors, más Interpol, un riesgo para ellos.

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La gran duda que deja en el aire ‘Ultra Mono’ sucede cuando el grupo titubea y se pone a defenderse a sí mismo: su justificación de sus propios clichés en ‘Mr Motivator’ es una muestra de debilidad que quita gracia al asunto. IDLES son mejores cuando se pasan las críticas por el arco de triunfo y se atreven a llamar a Jamie Cullum para tocar un piano que no era nada necesario al comienzo de ‘Kill Them With Kindness’. O cuando, frente al odio injustificado, responden con un mensaje de amor. Esto es el punk de 2020: un mensaje de amor en medio de todo el cuestionar todo, como el que manifiestan en ‘The Lover’.

Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Model Village’, ‘War’, ‘Grounds’, ‘Reigns’
Te gustará si te gustan: Buzzcocks, Interpol, Savages
Youtube:Model Village

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