Con motivo del Día del Libro, recomendamos 5 novelas. Por supuesto, continúan siendo válidos nuestros especiales recientes:
–Día del Libro 2020
–Mejores libros 2020
–Mejores libros 2019
–Mejores libros 2018
–Mejores libros 2017
–Mejores libros 2016
Hamnet (Maggie O’Farrell)
Maggie O’Farrell (‘La primera mano que sostuvo la mía’, ‘Tiene que ser aquí’) regresa con su mejor novela hasta la fecha. Y lo hace lanzando una hipótesis sobre la también (posiblemente) mejor obra de William Shakespeare: ¿escribió el Bardo de Avon la tragedia ‘Hamlet’ pensando en su propia tragedia, la muerte a los once años de su hijo Hamnet (cuyos nombres eran intercambiables en la época)? Partiendo de esta sugestiva premisa, la autora norirlandesa narra la vida del escritor (a quien no nombra en ningún momento) desde un ángulo inesperado: su esposa Anne Hathaway.
Agnes, como se llama en el libro, no fue, según O’Farrell, la vieja bruja analfabeta que ha pasado a la historia, sino una mujer inteligente y libre, muy ligada a la naturaleza, que tenía profundos conocimientos sobre botánica. A partir de la espléndida recreación de la vida familiar y doméstica de Shakespeare (cuya figura permanece ausente en gran parte de la novela), la autora construye una extraordinaria narración, llena de intriga, sensibilidad y lirismo, sobre el amor (conyugal y maternal), la pérdida y el dolor. Sin duda, una de las novelas del año. 8,5.
Yoga (Emmanuel Carrère)
Tras las monumentales ‘Limónov’ y ‘El reino’, Emmanuel Carrère quería escribir “un librito risueño y sutil sobre el yoga”. Pero la vida le llevó por otro camino, uno menos plácido y sereno: el de la ruptura afectiva, la depresión profunda y los tratamientos de electrochoque para no acabar tirándose por la ventana. Como es habitual en la obra del autor francés, donde lo autobiográfico tiene mucho peso (aquí quizás demasiado con respecto a otros libros, donde hay más ensayo y crónica), todas esas vivencias se cuelan en ‘Yoga’.
Todas –su experiencia con la meditación, con el terrorismo islámico, con la crisis de los refugiados, con la propia escritura- menos una, la más importante, la que desencadena todo el drama: su ruptura con la periodista Helene Devynck. Según su acuerdo de divorcio, no podía hablar de ella en un libro. Como consecuencia, esta “autobiografía psiquiátrica”, como la ha llamado el propio Carrère, tiene una gran elipsis en el centro. Un gran agujero negro que el autor bordea con su habilidad habitual: una prosa extraordinariamente fluida, un ritmo casi de thriller, un sentido del humor finísimo, y una sinceridad tan descarnada como iluminadora. 7,5.
Hijos de febrero (Alan Parks)
Tras ‘Enero sangriento’, el escocés Alan Parks confirma con ‘Hijos de febrero’, su segunda novela protagonizada por el policía Harry McCoy, que estamos ante una de las voces más interesantes de la novela negra actual. Parks repite escenario: la degradada, lluviosa y violenta Glasgow de 1973. Pero cambia de estructura: una línea narrativa, en primera persona, protagonizada por el asesino, y otra, en tercera, donde se narra la investigación para atrapar a ese asesino.
Nada de whodunit, por tanto. Esto es puro hard-boiled a la escocesa (“tartan noir”). Un relato criminal sórdido y brutal, con mucha calle, bajos fondos y viviendas de protección oficial. Un entretenidísimo policiaco donde importan más los diálogos (cortantes como navajas), la construcción de los personajes (llenos de ambigüedad moral) y la recreación de los ambientes -a través del lenguaje, la vestimenta o la música (Parks trabajó como director creativo para Warner Music)-, que saber quién mató a quién y por qué. La intención de Parks es publicar doce libros sobre el personaje, uno por cada mes del año, así que tenemos Harry McCoy para rato. 7,5.
Cien noches (Luisgé Martín)
Se conoce como “efecto Coolidge” un fenómeno observado en los mamíferos según el cual la presencia de nuevas parejas sexuales aviva el deseo erótico y provoca un aumento de la disposición a mantener relaciones. Esta es la premisa de la que parte ‘Cien noches’, novela ganadora del último Premio Herralde. Luisgé Martín, autor de ‘La mujer de sombra’ y ‘El amor del revés’ (y de muchos de los discursos de Pedro Sánchez, con quien trabaja como asesor), ha escrito un thriller erótico y detectivesco donde en vez de una investigación, hay tres: una criminal, otra sociológica (un estudio científico sobre la infidelidad) y una última sexual.
Las tres están protagonizadas por Irene, una joven estudiante con mucha curiosidad –sobre el sexo, los deseos ocultos, la naturaleza humana- que terminará convertida en una investigadora profesional. Aunque la mezcla de tramas, subtramas y recursos narrativos que utiliza el autor resulta algo deslavazada, las reflexiones que propone sobre las relaciones sexuales y afectivas, sobre la fidelidad y la lealtad, sobre lo que dura el amor erótico (“cien encuentros, cien noches”) son muy interesantes. Como curiosidad, decir que los “informes” del estudio sociológico están escritos por varios autores invitados: Edurne Portela, Manuel Vilas, Sergio del Molino, Lara Moreno y José Ovejero. 7.
Matadero cinco (Kurt Vonnegut)
Y para acabar, un clásico. Blackie Books edita la obra maestra de Kurt Vonnegut, con una nueva traducción a cargo de Miguel Temprano García (especializado en traducir clásicos como George Orwell, Virginia Woolf o Scott Fitzgerald) y una luminosa cubierta obra de la ilustradora María Medem. Es la primera novela de una colección dedicada al autor estadounidense con motivo del centenario de su nacimiento.
‘Matadero cinco’ es su novela más conocida. Una feliz mezcla de cuento de ciencia ficción, con abducciones y viajes en el tiempo; sátira antibélica, sobre la catástrofe moral y humana que supuso la Segunda Guerra Mundial; y relato autobiográfico (Vonnegut fue capturado por los nazis y vivió en primera persona el bombardeo de Dresde). Una fábula escrita con una enorme libertad expresiva, “con ribetes esquizofrénico-telegráficos”, que se convirtió en un emblema del posmodernismo y la contracultura de los setenta. Quizás su discurso político haya perdido algo de la fuerza provocadora de antaño, pero su libertad formal, su humor y su profundo humanismo y ternura siguen deslumbrando con la intensidad de un bombardeo. Como diría Billy Pilgrim: “Es lo que hay”. 8.