2022 ha sido de Bad Bunny, de Rosalía, de Beyoncé, de Rigoberta… pero también ha sido de Phoebe Bridgers. Y eso que el año pasado, la cantautora estadounidense apenas publicó una canción propia, ‘Sidelines‘, una de las mejores del año, y un EP navideño (por el que se dejaba caer Fiona Apple). Cada vez más popular, no solo en el mundo de la música, sino también en la prensa del corazón a raíz de su relación (ya finalizada) con el actor Paul Mescal, a lo largo del último año, poco a poco, Bridgers se ha ido colando en el imaginario colectivo casi sin que nos hayamos dado cuenta. Hasta ha salido en el artículo viral dedicado a los «nepo babies» de Vulture, y eso que solo es hija de un montador.
Para entender la insistencia con la que la industria de la música está vendiendo a Bridgers no hace falta irse demasiado lejos en el tiempo. Solo en la última semana se ha confirmado que Bridgers será artista invitada en los próximos discos de The National y de Arlo Parks. En el de los primeros, la autora de ‘Kyoto’ aparecerá en hasta dos canciones. Por si fuera poco, en las mismas fechas se ha anunciado también el debut largo de boygenius, el supergrupo formado por Bridgers, Lucy Dacus y Julien Baker. Y hay muchísimo más.
La lista de artistas con los que Bridgers ha colaborado en el último par de años es larga y transversal. Solo en 2022 ha participado en el disco de Marcus Mumford (con quien ya cantó una versión de Radiohead en 2018), en el de MUNA (en el hit de synth-pop ‘Silk Chiffon‘) y también en uno tan insospechado como ‘SOS‘ de SZA, actual número 1 de álbumes en Estados Unidos. También era la artista invitada de ‘I Felt a Funeral, in My Brain’, el último single de Andrew Bird, y hasta se animaba a firmar un texto para la reedición del segundo disco de Bon Iver por su décimo aniversario. Antes, en 2021, Bridgers aparecía nada menos que en la versión regrabada de ‘Red‘ de Taylor Swift (en el tema ‘Nothing New’), en el disco de los Killers, ‘Pressure Machine‘ y, aunque ya casi se nos haya olvidado, porque solo grabó coros, en ‘Solar Power’ de Lorde. Si llegamos a 2020 la encontramos hasta en un disco de Kid Cudi, rapero que ha trabajado con Travis Scott y Kanye West, entre otros.
La omnipresencia de Bridgers en el mundo del pop también ha llegado a discos más especiales. Bridgers ha grabado versiones en ‘The Metallica Blacklist‘, el mastodóntico álbum de versiones de Metallica (grabadas por otros artistas, Bridgers se quedaba ‘Nothing Else Matters’) y en el último álbum de remixes de Paul McCartney. Y en una última vuelta de tuerca, Bridgers versionaba ‘Goodbye to Love’ de los Carpenters… ¡para la banda sonora de ‘Los Minions’! Tampoco el público infantil puede huir de su influencia.
La estrategia es de las clásicas: en un intento por acercar su nombre a un público lo más variado y transversal posible y aprovechar el «hype» que existe en torno al lanzamiento de su próximo disco, el sello Dead Oceans parece haber decidido que Bridgers debe participar en los discos de todos los artistas posibles, y ella ha aceptado encantada. Miedo da la lista de artistas a los que se ha atrevido a decir «no» en los últimos meses. Desde el lanzamiento de ‘Punisher‘ en 2020, Bridgers se ha convertido en una estrella, y no está dudando en jugar sus cartas para que su tercer disco sea un éxito comercial absoluto. Esperamos que lo sea.