¿Existe el síndrome del tercer disco? Casos históricos

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¿Existe el síndrome del tercer disco? Casos históricos

En inglés el término “sophomore slump” se utiliza en el contexto de la crítica musical para hablar de esos grandes debutantes que en su segundo disco se han “dormido en los laureles”. A la mente viene el ejemplo del segundo trabajo de los Stone Roses. Después de un debut monumental, nadie entendió qué pasó en el segundo.

Ese segundo disco puede decepcionar en términos comerciales. Le pasó a Christine and the Queens, que pasó de publicar con su debut el disco más vendido de 2014 en Francia, a caer en picado con ‘Chris’ (2018). A Duffy le pasó lo mismo: de venderlo todo con ‘Rockferry’ en 2008, cayó en el olvido con ‘Endlessly’, un disco que para colmo ni siquiera está disponible en streaming. Parece que su sello, o ella, o los dos, prefieren hacer como que no existe.

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Pero también existe el “síndrome del tercer disco”. En el segundo, se espera que un artista confirme la promesa del debut. Pero lo difícil es consagrarse con el tercero. En la historia existen casos de grupos que llegaron al tercer disco escasos de composiciones después de haber publicado las mejores en sus dos trabajos anteriores. Y no les salieron igual de buenas. Le pasó a los Doors con el decepcionante ‘Waiting for the Sun’. También se da que el artista llega al tercer álbum estancado en el aspecto creativo, sin saber a dónde tirar.

Es el caso de probablemente el tercer disco más decepcionante de los últimos tiempos, ‘Solar Power’ de Lorde. Un disco influido por el pop optimista de los 2000, el de ‘A New Day Has Come’ de Céline Dion (2002) y las All Saints, más luminoso que un día de verano en Nueva Zelanda, que ni se acercó a ser la obra maestra que fue ‘Melodrama’ (2017). Curiosamente, el concepto de ‘Radical Optimism’, el tercer disco de Dua Lipa, que se publica en mayo, es similar al de ‘Solar Power’. Compartiendo estética playera e incluso influencias, de ‘Radical Optimism’ temeríamos lo peor si los primeros dos singles no fueran tan buenos.

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Es llamativo que una de las influencias de ‘Radical Optimism’ confirmadas por la propia Dua Lipa es Primal Scream. Su ‘Screamadelica’ -que tanto inspiró el single ‘Solar Power’ de Lorde- es uno de los mejores terceros discos de la historia. El brit-pop también ha sido mencionado por la artista británica. Y aquí hay que recordar que el brit-pop ha sido capaz tanto de lo mejor como de lo peor: ‘Parklife’, una de las obras maestras de Blur, y ‘Be Here Now’, uno de los peores discos de Oasis, también fueron terceros discos.

(Como dato, ‘Screamadelica’ es solo uno de dos terceros discos que han ganado un Mercury Prize en más de 30 años de historia; el segundo y hasta ahora último es ‘KIWANUKA’ de Michael Kiwanuka).

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El “síndrome del tercer disco” existe en tanto depende de las circunstancias del artista o grupo en cuestión. No es un hecho indiscutible que afecte a todos los artistas de la misma manera. Es más, funciona en diferentes direcciones, tanto para bien como para mal. Porque, de la misma manera que ha habido terceros discos de calidad discutible, también los ha habido que han consagrado al artista para siempre. Aquí hay que mencionar -de una vez por todas- ‘OK Computer’ de Radiohead, probablemente el “tercer disco” más famoso de la historia. De hecho, muchos de los mejores discos de 1997 fueron terceros discos: ‘Homogenic’, ‘Either/Or’, ‘Ladies and Gentleman, We Are Floating Into Space’ o ‘Soimedersol’ son algunos ejemplos.

En el aspecto comercial en algunos casos el tercer disco ha supuesto el gran salto a primera línea de un artista. Le pasó a U2 con ‘War’, a Rihanna con ‘Good Girl Gone Bad’, a Bruce Springsteen con ‘Born to Run’, a Madonna con ‘True Blue’ o a Metallica con ‘Master of Puppets’. En un caso extremo, ese tercer disco ha supuesto tal “breakthrough”, que ha parecido el debut del artista, como saben perfectamente Alanis Morissette con ‘Jagged Little Pill’, Janet Jackson con ‘Control’, No Doubt con ‘Tragic Kingdom’ o Green Day con ‘Dookie’, todos terceros discos aunque muchos no lo recuerden.

En casos, digamos, raros o extraños, o quizá no tanto, el tercer disco de un artista ha sido simple y llanamente el mejor. Ese trabajo en el que los astros se han alineado para que el artista diera lo mejor de sí, marcando su nombre en la historia. ‘Golden Hour’ de Kacey Musgraves es ese tercer disco que además ha ganado el Grammy a Álbum del año. Es más, la Academia ha gustado de premiar terceras entregas en más de una ocasión, como saben bien Arcade Fire con ‘The Suburbs’, Adele con ‘25’, Bruno Mars con ‘24k Magic’ o Harry Styles con ‘Harry’s House’.


Pero que el patrón no es el mismo para todos los artistas es evidente porque el tercer disco de un artista ha podido ser el histórico, como “Mellon Collie” de los Smashing Pumpkins, o simplemente un disco de transición. El disco homónimo de Britney Spears, el tercero, era irregular, pero aportaba cosas, en este caso, una visión futurista del teen-pop que había practicado en los dos álbumes anteriores. Y también una ruptura con aquello, en las dos producciones de The Neptunes que incluía. De hecho, algunos artistas han aprovechado la llegada de ese tercer disco para experimentar y romper con patrones del pasado. ‘Motomami’ es el disco rupturista de Rosalía, marcando el momento en que Vila Tobella está lista para divertirse, después de dos trabajos conceptualmente oscuros.

El parecido de ‘Radical Optimism’ con ‘Solar Power’ o bien hace parecer una pionera a Lorde, pues antes de ese disco no tantos artistas jugaron con esas influencias, o hace que esperemos el tercer disco de Dua Lipa con cierto recelo. Afortunadamente, no tardará tantos años en salir como algunos terceros discos que han pasado a la historia, como ‘Mezzanine’ de Massive Attack o, claro, ‘Third’ de Portishead. Teniendo en cuenta que el trip-hop es otra de las influencias principales de ‘Radical Optimsim’, no hay razones para dudar de Dua Lipa en absoluto.

Finalmente, ¿qué terceros discos NO han salido todavía pero el mundo espera como agua de mayo? Aquí hay que subrayar con rotulador fluorescente el nombre de Frank Ocean. Este año, además, llega el tercer disco de la dos veces oscarizada Billie Eilish. Y, suponemos que dentro de un siglo, el sucesor de ‘SOS‘ de SZA. A menos que se considere ‘Lana’ tercer disco o simplemente una extensión del segundo, a lo ‘The Fame Monster’. Pero ese ya es otro tema…

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