Primavera a la Ciutat: del fiasco de Pete Doherty a la magia de Nilüfer Yanya

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Primavera a la Ciutat: del fiasco de Pete Doherty a la magia de Nilüfer Yanya

El Primavera Sound arrancó ya el lunes con una oferta inabarcable. Conciertos en varias salas, pero un solo cuerpo para disfrutarlos. Ante el reclamo de Pete Doherty, me decido por la sala Paral·lel 62. Los primeros en tocar son los neerlandeses Real Farmer. Gustan gracias a su post punk brutote, preciso, animado y… un pelín genérico. Pete Doherty está entre el público y no pierde comba. De hecho, es quién más lo vive. Y la gente aprovecha para hacerse/le fotos. Real Farmer emocionan cuando, hacia el final del concierto, su bajista recita el poema ‘This Is Why We Dance’ del poeta palestino Mohammed el-Kurd.

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Sacrificamos la segunda propuesta de la sala, Warmuscher, para ir a cenar antes de Doherty. Grave error. Deberíamos haberle sacrificado a él. Se adelanta al horario previsto y llegamos con el concierto empezado. No está Mike Joyce a la batería, que le ha acompañado en su gira británica, sino un tal Rafa que parece no saberse las canciones. Van desacompasadísimos ambos, de hecho. Pete tira de voz y de carisma para un set improvisado de rockabilly. Lo cual no estaría mal si no pareciera que tanto él como el batería están en los cursos iniciales de sus instrumentos. ‘Can’t Stand Me Now’ se reconoce por el canturreo del público, que básicamente son hooligans encantados de la vida. Tras media hora de raca-raca y digresiones varias, me largo con sensación de tomadura de pelo.

El martes en el Apolo la cosa fue mucho mejor. Christopher Owens, solo con la guitarra eléctrica y con bien de reverb, ofrece una imagen opuesta a la de Doherty. Se le ve frágil y enfermizo. Sin embargo, es ese aspecto de estarse a punto de romperse lo que dota de encanto a su actuación. Ayuda que el público guarde un respetuoso silencio. Su concierto es en gran parte de versiones: canta una doliente de ‘Trash’ de Suede; se calza la armónica a lo Dylan para ‘I Need You’ de Tim McGraw; me rindo y emociono cuando los focos lo iluminan cual halo santo y Christopher se arranca con ‘Ladies and Gentlemen We Are Floating in Space’ de Spiritualized.

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Clara Orozco

Trevor Powers, Youth Lagoon, viene con un bajo y un batería, que ocupan el centro del escenario, mientras él se medio esconde en un lateral al teclado. Trevor desgrana su dream-pop, entre The Radio Dept. y los Mercury Rev de ‘Deserter’s Songs’. El concierto está basado principalmente en su disco ‘Rarely Do I Dream’. Y, como en el disco, el concierto nos invita a flotar: el reverb a saco en la voz de Powers otorga un aspecto onírico a la actuación, aunque la contundencia de la batería nos ata al suelo.

Nilüfer Yanya abre nada menos que con ‘My Method Actor’. En directo consigue darle a sus canciones gran intensidad, llevarlas a un terreno más concreto y carnal, sin perder su atmósfera misteriosa. Ella no se sale del papel de cantautora tras una guitarra, seria y concentrada. Pero no le hacen falta alharacas extra, porque esta noche vence con sus canciones embrujadas, su voz y una banda muy buena, donde destaca la teclista-saxofonista.

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Nilüfer confía lo suficientemente en su repertorio para tocar ‘Like I Say (I runaway)’, lo más cerca que tiene de un hit, la tercera. Pero la mejor quizás es la maravillosa ‘Blinding’. Entre su voz, los punteos de guitarra y el saxo, nos lleva a otra dimensión. La seria Nilüfer no puede evitar sonreír cada vez que la vitoreamos. Y por si no lo amábamos lo suficiente, nos remata con la versión de otra diosa: ‘Rid of Me’ de PJ Harvey; una versión tan morosa como furiosa. Es esa furia y potencia las que se conjugan en la final ‘midnight sun’, donde la comunión entre ella, la banda y el público es casi total. Magia absoluta.

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