Asumido el mal timing por nuestra parte, la actuación de Tyler, the Creator en el Primavera Sound este viernes 1 de junio parece el momento apropiado para rescatar ‘Flower Boy’, el notable cuarto álbum del artista californiano publicado el pasado año. Es, sencillamente, su mejor disco hasta la fecha: el más completo, el de más calado emocional y generacional, el que le presenta como un artista total. Porque Tyler Okonma es mucho más que un MC carismático e ingenioso, y estas canciones certifican que, además de un ingenioso artista visual, es un gran productor.
‘Flower Boy’ consuma todas las buenas ideas que había venido apuntado de manera algo caótica en discos como ‘Cherry Bomb’, ‘Wolf’ o ‘Goblin’ y las ordena con sentido y emoción. Sorprendentemente (o no, puesto que al fin y al cabo ambos se han criado juntos y se han nutrido de los mismos referentes como miembros primordiales de OFWGKTA), buena parte de ellas se centran en una faceta post-soul en sintonía con las obras de Frank Ocean. ‘Blond’ es un referente claro para ‘Flower Boy’ y no directamente en los cortes en los que colabora Ocean, sino en las que para mí son el punto culminante de este disco, la dupla (porque se unen) formada por ‘Garden Shed’ –con una estructura y sonoridad arriesgadas– y ‘Boredom’ –una montaña rusa que desemboca en una outro flipante–, unidas por las guitarras de Austin Feinstein (sus seis cuerdas copaban el sonido de la última obra de Ocean) y por un Tyler que, al fin, se suelta como cantante. No es que sea su fuerte, está claro –sonar arropado por Rex Orange County, Estelle, Anna Of The North y Corinne Bailey Rae disimula bastante–, pero lo hace lo bastante bien como para que el carácter confesional y personal de ambos temas suenen aún más honestos.
Y es que ambos abordan dos temáticas primordiales en este álbum y, probablemente, en su carrera venidera. Primero, su manera de abordar el desencanto de la fama, la soledad y la falta de autoconfianza, en el citado ‘Boredom’ –y de manera aún más sombría en ‘Foreword’, ’November’ y ‘Glitter’–. Algo que, quizá, ya abordaron mejor tanto su hermano Frank en el citado ‘Blond’ como Kendrick Lamar en ‘To Pimp A Butterfly’, pero que no parece ser una pose, sino un drama real; y segundo, y más importante, el outting que supone la letra de ‘Garden Shed’, con Tyler siendo bastante diáfano sobre su no heterosexualidad (algo que ya había deslizado en alguna ocasión); aunque, más importante que el hecho de que lo revele, es el mensaje que lanza no sólo en ese “no mates una rosa antes de que florezca / vuela, cariño, vuela, fuera del cascarón” de esta canción, sino también en ese “dile a esos chicos negros que pueden ser lo que quieran / teñíos el pelo de azul, coño, yo lo haré también” (‘When This Flower Blooms’). Las constantes metáforas sobre el florecer del “Chico Flor” son bastante evidentes y, ojalá, inspiradoras para quien no sienta la libertad de mostrarse como sea en realidad.
En todo caso, ‘Flower Boy’ es un disco variado que, aunque en general es su obra más luminosa, no rechaza otras facetas mostradas anteriormente por Okonma. Su lado más G-Funk reaparece en ‘Pothole’, esa oda a los baches de la vida entonada junto a Jaden Smith (bastante solvente en el gancho) o en ‘911/ Lonely Boy’, un tema doble repleto de invitados famosos (Schoolboy Q, Steve Lacy…) que equilibra dos caras –la humorística y la depresiva–. Su faceta más oscura y agresiva, a lo ‘Yonkers’, toma forma aquí en la apabullante ‘Who Dat Boy’, dueto con A$AP Rocky cuyo inquietante videoclip que aborda el tema del clasismo de manera espeluznante, y ‘I Ain’t Got Time’, de extraño arreglo cañí, que aportan riqueza al discurso del disco y aportan un punto de acidez y violencia entre el aparente brillo predominante. Sin embargo, la mayor parte de ‘Flower Boy’ parece inmerso en ese espíritu de soul funk psicodélico setentero de las obras recientes de Lamar y Ocean –también Thundercat y Flying Lotus, por los arreglos de piano y cuerdas, podrían servir como pistas–.
En esa tesitura llegan otros de los grandes momentos del álbum, como es una de las colaboraciones de Ocean, ‘When This Flower Blooms’, las de la joven promesa británica Rex Orange County, protagonista en ‘Foreword’ y la citada ‘Boredom’, y la visita recurrente de Kali Uchis. La artista de origen colombiano da lustre soul a ‘See You Again’, un cálido y exuberante número que Tyler escribió para ZAYN y que el ex-One Direction no quiso para sí. Ambos lo convierten en un hito del disco, una canción de amor virtual y rendido, para asqueo del propio protagonista (con ese “¡Yeugh!” que lanza tras cantar algo tan cursi como “abandonaría mi panadería por un pedazo de tu pastel”). Con semejante cantidad de puntos a favor (la personalidad rotunda de su flow como reverso de la ambiguedad de sus estilos y lírica es otro más), ‘Flower Boy’ es –pese a que su recta final es más divagante que su abrumadora primera parte– un evidente paso adelante de Tyler, the Creator como eso, creador. Y confiamos que apenas la primera de las muchas grandes obras que, ya consolidado, esperamos de él.
Calificación: 8,2/10
Lo mejor: la dupla ‘Garden Shed’/’Boredom’, ‘See You Again’, ‘Who Dat Boy’, ‘November’
Te gustará si te gustan: Frank Ocean, Kendrick Lamar, Kanye West.
Escúchalo: Spotify