Casi un cuarto de siglo después de que se diera a conocer como miembro de los harcoretas Corn-Flakes –que se disolvían poco después– y, luego, en grupos aún existentes hoy como Élena, Raül Fernández Miró, Refree, se ha convertido en un reputado músico y productor a nivel nacional e internacional. Su particular talento para la expresividad de las guitarras y los arreglos más sorprendentes, le ha ido grajeando una fama creciente, hasta llegar a convertirse en objeto de deseo artístico para artistas experimentados como Kiko Veneno, Lee Ranaldo, Albert Pla, Josele Santiago o Christina Rosenvinge o nuevos nombres como Rosalía, Niño de Elche y Amaia Romero.
Meses atrás, en Nueva York y por petición expresa a Universal de la ganadora de OT 2017, Refree empezaba a grabar el álbum de debut de esta última, uno de los lanzamientos de los que más se espera, artística y comercialmente, en este inicio de 2019. En los últimos días de 2018 se publicaba una pista, ‘Un nuevo lugar‘, tras la que hemos considerado interesante hacer un pequeño trabajo retrospectivo en la carrera como productor (para sí mismo y para otros) del barcelonés para recordar su evolución.
Refree / Nones
Tras emplearse en proyectos que no llegaron muy lejos, como Romodance, Sitcom o Élena (él dejó el grupo, que continuó adelante con Elena Miquel –luego vocalista de Delafé y Las Flores Azules– y Raúl Moya), en 2002 Raül debutaba en solitario como Refree con ‘Quitamiedos’, entre el slowcore y el postrock. De nuevo bajo el auspicio de Jesús Llorente en su sello Acuarela, un año después daba un salto de gigante con ‘Nones’, un álbum en el que evolucionaba hacia un folk mediterráneo repleto de claroscuros (Serrat, Sisa y Ovidi Montllor pululan por ahí), con unos arreglos exquisitos. No en vano fue designado por Rockdelux como el mejor disco nacional de aquel año. Escuchado hoy, no ha perdido lo más mínimo, y subyace en él un espíritu en el que no cuesta imaginarse cantando a Amaia como una nueva Jeanette.
Aroah / El día después
Al margen del proyecto Immigrasons, en el que colaboró por primera vez con Sílvia Pérez Cruz, uno de sus primeros trabajos como productor fue para Aroah. La cantautora madrileña Irene R. Tremblay, afianzada tras un par de discos en solitario y un recordado split-single con Nacho Vegas, se lanzó a cantar íntegramente en castellano en ‘El día después’. Un disco que supuso la culminación de su carrera (desde entonces, parece haberse borrado del mundo de la música) y que contaba con una rica producción jazzística de Refree, que aquel mismo año (2007) publicaba su cuarto trabajo en solitario ‘Els invertebrats’. El gran valor de este trabajo de cara a los seguidores de Amaia puede estar en lo mucho que realza una voz femenina delicada y dulce como la de Irene, aunque el Raül de 2018 es mucho más iconoclasta, menos clasicista, que en estas (preciosas, por otra parte) canciones.
El Hijo / Madrileña
Tras 3 años de aparente silencio, 2010 marcó su vuelta, con varios lanzamientos importantes en los que Raül participaba de manera directa. Además de publicar el estupendo ‘Matilda’ –un disco que ha envejecido magníficamente–, produjo el segundo álbum largo de Abel Hernández tras el final de Migala. Si ‘Las otras vidas’, también producido por Refree, sonaba rico y grande, en ‘Madrileña’ se apostaba por una mayor economía de medios: solos Abel y Raül (con Xavi Molero a las percusiones), con guitarras, pianos, algún cacharrejo y un estudio –uno de los «instrumentos» favoritos de Raül–, se sacaban un disco incluso más potente desde lo emocional y lo evocador que su anterior trabajo como El Hijo. ‘Quebradizo y transparente’ podría ser perfectamente versionada por Amaia.
Nacho Umbert & La Compañía / Ay
Aquel 2010 Fernández también se encargó de producir ‘Ay…‘, el álbum que marcaba el regreso musical de Nacho Umbert, miembro de uno de los grupos más legendarios –quizá por su vida breve– de la primera ola indie, Paperhouse. Pero, en lugar del slowcore heredero de Slint de aquellos, Umbert sorprendía como un personalísimo cantautor, compartiendo numerosos referentes con Refree. Parecía inevitable que ambos se encontraran en este fenomenal retrato de la Cataluña más enraizada, la rural, la marinera, la capitalina de más raigambre… que está quedando enterrada por el turismo sin control. Un precioso fresco potenciado por las medidas pero enormemente descriptivas pinceladas de piano de Raül, sutiles toques de metales, cuerdas, maderas, percusiones… y los coros de Raül y una vieja amiga suya, Sílvia Pérez Cruz.
Sílvia P. Cruz / 11 de novembre
Tras un 2011 en el que produjo profusamente –otro disco de Nacho Umbert, Senior i el Cor Brutal, ‘La vida es extraña y rara’ de Fernando Alfaro–, en 2012 aparecía una de las obras culminantes del Refree productor. Un álbum maravilloso, en el que la de Calella de Palafrugell tenía claro qué quería plasmar y él la guió para hacerlo de la mejor manera posible. Un disco rico y tremendamente emocional, de un estilo considerablemente alejado del más recurrente en él, donde el folclore, el jazz y la música clásica iban de la mano. Su alianza, que venía de tiempo atrás (Immigrasons al margen, cuando Refree produjo el debut de Las Migas, ‘Reinas del Matute’, Sílvia era aún su vocalista), se extendió en el exitazo de ‘granada’. Pese a la distancia, si hay una cantante joven cuyo lirismo pueda acercarse al de Pérez Cruz, es Amaia Romero.
Refree / Nova Creu Alta
Entre trabajos para Els Pets, Kiko Veneno (‘Sensación térmica’), el exitoso ‘granada’ y ‘El niño’ de Rocío Márquez, Raül Fernandez encontraba tiempo para escribir y producir un nuevo disco en solitario. ‘Nova Creu Alta’ (2013) marca distancias con el Refree de la anterior década, con un sonido más crudo y rockero (parece crucial, en este sentido, la regrabación de una selección de su catálogo en ‘Tots Sants’, grabado en directo y distribuido por Rockdelux). En cierto modo, canciones como ‘Avui ho he vist’ o ‘La festa’ se aproximan tanto al emocore de sus inicios como al psicofolkrock de Neutral Milk Hotel (favoritos de Amaia), mientras que ‘Kikirikí’ tienen un aire reconocible en él, ligado a la canción de autor catalana.
Christina Rosenvinge / Lo nuestro
El antecesor de ‘Un hombre rubio‘ merecía tantos elogios o más que ‘Un hombre rubio’. El séptimo álbum en solitario de Rosenvinge era un disco audaz y complejo, diverso y personal. Consecuencia del trabajo que habían desarrollado en la extensa gira para presentar la caja recopilatoria ‘Un caso sin resolver’ (que ya incluía regrabaciones de antiguos temas con el barcelonés), Christina Rosenvinge abría su abanico sonoro a ecos sintéticos de los 70 y 80, alumbrando nuevos espacios de crecimiento. No hay una conexión clara en este álbum con el estilo de Amaia, ya que es un trabajo profundamente ligado a la personalidad de su autora, pero sí puede mostrar hasta qué punto Refree es capaz de adaptarse, precisamente, al sello propio de un artista. Y, en todo caso, es un disco soberbio que hay que recomendar sí o sí.
Albert Pla & Refree / Miedo
Después de un 2017 intenso, que le llevó a actuar por doquier con Rosalía para presentar ‘Los ángeles’, y en el que también se editaron sus trabajos para Lee Ranaldo, ‘Electric Trim’, y Josele Santiago (Los Enemigos), ‘Transilvania’; Refree ocupaba el pasado año con nuevas grabaciones con Luisa Sobral (la hermana del ganador de Eurovisión 2017, sí), el grupo de rock barcelonés 77, la BSO de ‘Entre dos aguas’ de Isaki Lacuesta, su propio álbum de corte experimental (‘La otra mitad‘) y, como ya sabemos, Amaia Romero. Pero, paralelamente, preparaba otro álbum que, aunque sólo sea por proximidad temporal, parece inevitable que no comparta alguna conexión (y, como sabemos, es probable que Amaia ya conozca mejor la obra de Pla). Se trata de ‘Miedo’, la banda sonora de una suerte de musical firmado junto a Albert Pla –que surgió tras otro proyecto similar, ‘Guerra’, que ambos crearon con Fermín Muguruza– en el que, centrándose en distintas visiones del concepto que le da nombre, Fernandez va de la grandilocuencia épica de ‘Muerto’ al esqueleto minimalista y natural de ‘Circo’, pasando por la fanfarria circense de ‘Dejadme’ o la intensidad funeraria de ‘Entierro’, con la colaboración estelar de Rocío Márquez.